domingo, 25 de abril de 2021

Mapa del frente de Extremadura en 1662

 
El ejército reunido por don Juan José de Austria cruzó la frontera portuguesa y buscó al ejército enemigo, que se estaba reuniendo en Estremoz. El ejército portugués, al mando del marqués de Marialva, eludió el combate siempre, y así don Juan se apoderó de las poblaciones de Villa Boim (o Vila Boim en portugués) y Borba.
Luego se decidió tomar una plaza de relevancia del cinturón defensivo fronterizo del Alentejo portugués, cuya primera línea conformaba Campo Mayor-Elvas-Juromeña. Así se fijó como objetivo la plaza de Juromeña (o Juromenha), de importancia similar a la de Arronches, que había caído en 1661.

Don Juan tanteó la plaza de Villaviciosa (o Vila Viçosa), y tomó posesión de varias poblaciones fronterizas: Veiros, Monforte, Cabezo da Vide, Alter do Chao, Fronteira, Alter Pedroso, Asumar, Ouguela, Crato y Santa Eulalia.
Don Juan fue indulgente y generoso con las poblaciones que se entregaron sin combatir, sin embargo no mostró clemencia con aquellas que mostraron resistencia. Así la población de Borba, que ofreció resistencia en contra del uso de la guerra -ya que la plaza no estaba fortificada adecuadamente para aguantar un largo asedio, al contrario de Juromeña- fue asaltada, saqueada y su gobernador ejecutado, "por haber hecho defensa en puesto que no debían, y ocasionado las muertes que hubo en los asaltos". La relación de la campaña de 1662, escrita por Jerónimo de Mascareñas, relata el incidente:

"Plantóseles luego artillería, y a las primeras balas sacaron una, y otras banderas blancas; (...) A los paisanos los dejó su Alteza libres, y los soldados que había dentro llevaron prisioneros a Olivença [Olivenza], (...)   
 Con este desorden, e indebida defensa no se pudieron escusar las del saco [saqueo], (...)
 A las tres de la tarde sacaron a la plaza pública al Gobernador, y a dos Capitanes de Infantería, que fueron los mas culpados en la resistencia, y en un pilar de ella les dieron garrote."

Lo mismo ocurrió con la población de Crato, que también ofreció resistencia, siendo saqueada. Prosigue Mascareñas relatando como se plantó la artillería y se cañoneó la villa, "con que sacaron luego bandera blanca", aunque su rendición no evitó que fuera saqueada, y ejecutado el mando que la defendía:

"Duró el saqueo hasta el día primero de Julio, que fue de mucha consideración, (...)
 El día siguiente a primero de Julio fue arcabuceado el Sargento mayor, que se había mostrado tan obstinado, cuyo ejemplo servirá de escarmiento, y enseñanza a otros Gobernadores."

Todo lo contrario a la guarnición de Juromeña, plaza adecuada a la defensa, la cual se rindió con honores tras un mes de asedio. Señala Mascareñas como los soldados portugueses de la guarnición salieron "todos por el centro de nuestro ejército" hacia la plaza portuguesa más cercana, es decir, "a Villaviciosa, donde se hallaba su ejército".

Terminada la campaña, de apenas 2 meses de duración, se ordenó replegar el ejército hasta la frontera, manteniéndose solamente las poblaciones importantes y que pudieran ser defendibles, destruyendo las defensas de las demás. En el frente gallego, el arzobispo de Santiago, que había sustituido al marqués de Viana al mando del ejército, realizó un pequeño avance, apoderándose de alguna plaza fuerte. Mientras, en el frente de Ciudad Rodrigo, el duque de Osuna tomaba la población de Escallón (o Escalhao).


Un mapa del cartógrafo portugués Joao Teixeira muestra la frontera luso-extremeña. Las perspectivas de los mapas del siglo XVII no eran tan precisas y exactas, en comparación con los mapas actuales, y las poblaciones al margen izquierdo del río Guadiana deberían estar posicionadas más al norte, mientras que las poblaciones del margen derecho deberían estar situadas más hacia el sur. Sin embargo este mapa servirá para reflejar las conquistas del Ejército real de Extremadura en 1662.









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NOTA1: Los usos de la guerra del siglo XVI y XVII en líneas generales indicaba que una plaza asediada no podía alargar la defensa más de lo razonable, en función de la debilidad de la guarnición o de su fortificación. Es decir, una plaza debidamente fortificada se podía rendir con condiciones antes del asalto final -que se daba cuando se abría una brecha en la muralla lo suficientemente grande como para permitir el asalto- también cuando no podía esperar socorro de un ejército aliado, o cuando escaseaba el alimento y las municiones, de modo que el alargar el asedio era totalmente innecesario. Si la plaza pudiéndose rendir con condiciones no lo aceptaba, obligando por tanto a los sitiadores a continuar el asedio, la guarnición de la plaza no podía esperar clemencia y la plaza podía ser saqueada.
Lo mismo ocurría cuando una pequeña plaza, que no podía resistir a un ejército considerable, era conminada a la rendición (con condiciones) y esta no aceptaba, obligando al ejército a plantar la artillería y a dar el asalto, con la consiguiente pérdida en hombres.
En líneas generales cualquier plaza que llegaba a ser tomada por asalto no podía esperar clemencia de los asaltantes. En cambio se considera ir contra la costumbre militar o un "crimen de guerra" si la plaza una vez rendida con condiciones éstas no se respetaban, y la plaza era saqueada, o civiles y miembros de la guarnición eran asesinados. En este último caso el mando superior la mayoría de las veces solía castigar a los culpables de tales abusos, aunque no siempre con el debido esmero que se esperaría.

domingo, 11 de abril de 2021

El Ejército real de Galicia en 1662

 
La Gaceta de Madrid de 1662 contiene una relación del Ejército hispánico de Galicia, que se encontraba reunido en la frontera galaico-portuguesa, con el fin de distraer en ese frente secundario a los rebeldes portugueses.
La mayoría de estas unidades tomarán parte en la campaña militar de este año en el frente gallego: Baltasar de Rojas se adentró en territorio enemigo, tras cruzar el río Miño, capturando y saqueando varias poblaciones de los alrededores.
 
 
 
 


General: Pedro Carrillo y Acuña, Arzobispo de Santiago de Compostela

Segundo: Baltasar de Rojas y Pantoja

Efectivos: (11.712 soldados, de los que 8.895 son infantería y 2.817 son caballería)


   Tercio español de Fernando de Valladares
   Tercio español de Francisco Martínez Bujo
   Tercio español de Manuel de León
   Tercio español de Don Juan Feijoo
   Tercio español de Jorge Madureira

   Tercio irlandés de James Dempsey

   Tercio valón de Jacques Fariaux
   
   Regimiento alemán de Francisco de Rojas y Cárdenas
   Regimiento alemán de Guillermo Cascar

   Compañías sueltas de "Granaderos" y de guarnición del fuerte de San Luis Gonzaga
   

Caballería al mando de Luis de Meneses, Conde de Tarouca
 
 
Detalle del frente gallego, sobre un mapa de Portugal, realizado por el cartógrafo francés Nicolas de Fer en 1705. En el detalle se muestran las principales bases de operaciones del Ejército de Galicia en la guerra con Portugal: Tuy -a la izquierda- y Monterrey -a la derecha-. Además se muestra la plaza fuerte de Salvatierra, tomada por los portugueses en 1643, y recuperada por los españoles en 1659, junto a la plaza portuguesa de Monzón (o Monçao). Al otro lado del río Miño, junto a Monzón, se muestran las plazas militares portuguesas de Melgazo (o Melgaço) y Valencia (o Valença) do Miño, soportando esta última varios intentos de los españoles por tomarla, en 1643, 1657 y 1661. En la orilla portuguesa del río Miño, y cerca de Valencia do Miño, se muestra el fuerte de San Luis Gonzaga (construido en 1657); en la orilla opuesta está el fuerte de Amorín. En la desembocadura del río Miño se encuentra la población de La Guardia, tomada por los portugueses en 1665.


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NOTA1: En el pequeño Ejército de Galicia militaban varias unidades venidas de Flandes, debido a la desmovilización de su ejército tras la Paz de los Pirineos (1659): como los irlandeses de Dempsey, que incluía soldados irlandeses del Ejército español de Flandes, o que habían estado al servicio de los "frondistas" de Condé, así como irlandeses desertores del ejército francés o de la guarnición inglesa de Dunkerque-Mardick. También los valones de Fariaux y la caballería del vizconde de Furnes (o Veurne), del conde de Hornes, y de Diego de Azcona. Y los alemanes de Rojas y de Cascar también vinieron desde Flandes. Todos embarcaron en una pequeña escuadra de la Armada de Flandes, que partió de Ostende en febrero de 1662. Algunas de estas unidades serán transferidas al frente extemeño al año siguiente.

NOTA2: El Ejército de Galicia muestra a sus unidades bien nutridas de hombres, a diferencia de las muestras tomadas al Ejército de Extremadura -en 1643, 1661, 1662 y 1663- donde la mayoría de unidades de infantería oscila entre los 300, 500 y 700 soldados de media.
Los tercios españoles del Ejército de Galicia superan los 1.000 hombres por tercio, exceptuando el tercio de Feijoo con 736 soldados. Los regimientos alemanes superan los 800 soldados cada uno, el tercio valón se acerca a los 700 hombres, y el tercio irlandés tiene 644 hombres.  

NOTA3: El tercio de Valladares se formó en 1643 con 1.000 hombres en 11 compañías, siendo la mayoría soldados de la guarnición de Vigo, y el resto reclutados en la ciudad gallega y su comarca. Participa en las principales acciones que se dieron en la frontera gallega: conquista de la plaza de Monzón (o Monçao) y reconquista de Salvatierra (1659); y el sitio frustrado de Valencia (o Valença) do Miño (1661). En 1668, finalizada la guerra con Portugal, el tercio fue transferido a Flandes, desembarcando en el puerto flamenco de Ostende.

El tercio de Jorge Madureira defenderá el castillo de Santa Cruz, en La Guardia, durante el sitio portugués de 1665. Madureira tuvo que entregar la plaza tras 10 días de asedio, en los que se dieron duros combates, abriendo los portugueses varias brechas en la muralla.

viernes, 2 de abril de 2021

La caballería del Ejército real de Castilla en la batalla de Castel Rodrigo (1664)

 
A lo largo de la guerra con Portugal (1640-1668), España mantuvo como principal teatro de guerra y ruta de invasión el frente extremeño, con Badajoz como plaza de armas y base de operaciones. Se trataba de repetir la invasión relámpago del duque de Alba en 1580. Si bien la Monarquía española mantuvo un frente secundario en Galicia, y además reunió un pequeño ejército en Ciudad Rodrigo, que abriría otro nuevo frente secundario.
 
Vista desde la muralla exterior abaluartada de Ciudad Rodrigo. Durante la Guerra de la Restauración portuguesa (1640-1668) la plaza salmantina únicamente pudo contar con su antiguo cinturón de muralla medieval, siendo asediada por los portugueses en 1649. A comienzos del siglo XVIII, con motivo de la Guerra de Sucesión española (1701-1714), se construyen las defensas modernas: muralla exterior con fosos, baluartes y revellines. A la derecha se puede ver una de las garitas de vigilancia, que se distribuyeron a lo largo de la muralla. (Foto del autor) 


La campaña de 1664 contra Portugal fue de nuevo infructuosa para los intereses de la Monarquía española. Los españoles no realizaron ninguna acción importante en el frente extremeño, y los portugueses sitiaron y tomaron la plaza de Valencia de Alcántara. En cambio, tras la derrota en Estremoz (1663), se buscó como alternativa una penetración en territorio portugués desde la plaza de Ciudad Rodrigo.
Para este fin se fue concentrando en la fortaleza fronteriza salmantina contingentes de reclutas castellanos. El pequeño ejército, al mando del duque de Osuna, realizó una ofensiva contra las fortalezas portuguesas de Almeida y Castel Rodrigo. Una relación de una campaña anterior, recogida en la Gaceta de Madrid de 1662, nos da cuenta de la composición del ejército de Castilla:

"(...) salió el Duque de Osuna con la gente de su cargo [que constaba de cinco mil Infantes, de los Tercios de la gente de Ciudad Rodrigo, y de la que se ha conducido de la Puebla de Sanabria, Ledesma, tierra de Campos, Avila, Valladolid, y Cañizares, sin otros 800 hombres, que se está esperando de la Ciudad de León, y su Reinado. La Caballería constará de poco menos 800 Caballos, todos de muy buena calidad]"

El duque de Osuna sitió Castel Rodrigo. Los portugueses, al mando de Pedro Jacques de Magallanes, trataron de liberar la plaza. Al igual que en la batalla de Estremoz (llamada de Ameixial por los portugueses), los soldados castellanos emprendieron la retirada nada más comenzar el combate. Se perdieron más de 1.000 hombres y se abandonó la artillería, que quedó en manos del enemigo. Osuna fue destituido y se le procesó por la derrota, pero finalmente fue absuelto de la mayoría de los cargos.
Don Juan José de Austria, desanimado por la nueva derrota, y harto de pedir refuerzos, y por la falta de medios con los que emprender una campaña militar con garantías de éxito, pidió licencia para abandonar el mando supremo de Extremadura.


El marqués de Buscayolo da cuenta de una muestra hecha a la caballería reunida en Ciudad Rodrigo, en junio de 1664, poco antes de salir de campaña, citándose: 141 oficiales, 807 soldados montados y 72 desmontados. Siendo 1.020 hombres en total.
 
 
 

 
 
Una relación de prisioneros españoles está listada en el "Mercurio Portugués" de julio de 1664. En la relación se nombra a los oficiales mayores y capitanes capturados del Ejército de Castilla, también indica el número de oficiales menores y soldados capturados:
 
 
 
 


General: Gaspar Téllez Girón, Duque de Osuna

Segundo: Juan Salamanqués

Efectivos: (Unos 4.500 soldados, perteneciendo más de 800 de ellos a la caballería)


   Tercio español de Juan Flores
   Tercio español de Don Diego de Ledesma
   Tercio español de José Moreno
   

Caballería al mando de Antonio de Isasi (capturado en combate)


Artillería al mando de Juan Salamanqués
 
 
Mural de azulejos pintados del siglo XVII, que reproduce la batalla de Castel Rodrigo en 1664. El ejército portugués se muestra en primer plano, avanzando hacia la plaza de Castelo Rodrigo. A lado de la plaza portuguesa se desarrolla la batalla. (Anónimo, Palacio del Marqués da Fronteira, Lisboa)
 

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NOTA1: La guarnición de Valencia de Alcántara estaba compuesta por varias de las unidades implicadas en el asedio portugués a Evora del año anterior. Un diario del asedio de Valencia de Alcántara, reunido por el historiador y eclesiástico portugués Jerónimo de Mascareñas, detalla la composición de la guarnición española:

"Tiene el señor Don Pedro Fonseca noventa hombres efectivos de su tercio, hánsele de dar de paisanos [milicianos del lugar] 260 hombres. (...)
 El señor maestre de campo Don Juan de la Carrera guarnece con su tercio, que consta de 600 hombres, la puerta de Juan Durán al baluarte de la Madalena. (...)
 El tercio del señor maestre de campo Don Fabricio Rosi tiene 50 hombres, guarnece la puerta de Santiago, dásele de ayuda por la cortedad de su tercio las compañías naturales [de milicianos del lugar] de Don Balthasar de Medinilla y Don Bartholomé de Cuellar y Don Martín de Borja, también de naturales Don Alonso Chumaçero que harán por todos 150 hombres sin los 50 de su tercio (...)"

NOTA2: El genovés marqués de Buscayolo, consejero del duque de Osuna, fue el que impulsó el proyecto de la invasión de Portugal desde la plaza de Ciudad Rodrigo, como principal vía para alcanzar Lisboa. Buscayolo tomó parte en la campaña, ejerciendo el cargo de Teniente de Maestre de campo general.
También el marqués de Buscayolo cita una muestra hecha a la caballería después de la batalla: 140 oficiales, 692 soldados montados y 133 desmontados. Es decir, 965 hombres en total. Se mostraría una pérdida de 55 hombres en la caballería. En algunos textos se alude a la pérdida de 115 soldados de caballería, al no contabilizarse los soldados desmontados.

NOTA3: A Juan Salamanqués le hemos visto anteriormente al mando de un tercio en la campaña portuguesa de 1662. Cuando el Consejo de Guerra destituyó al duque de Osuna, Salamanqués quedó al cargo del Ejército de Castilla.

No se pudo reunir un ejército más numeroso a causa de no poder contar con los tercios de Pedro de Ulloa y de Ignacio de Zayas, comprometidos en otros frentes.