domingo, 7 de febrero de 2021

El Ejército real de Extremadura en 1660-1661, durante la sublevación de Portugal

 
La paz de los Pirineos con Francia (1659) posibilitó a España poder abordar sin impedimentos la sublevación portuguesa, conflicto que se alargaba ya durante dos décadas, alimentado por los enemigos de la Monarquía española. Para ello, libre del adversario francés, se procedió a la desmovilización del Ejército de Flandes y el de Lombardía, trasladándose algunas de estas unidades veteranas al frente de Extremadura, para combatir a los rebeldes portugueses. 
Además el rey de España Felipe IV ordenó a su hijo ilegítimo don Juan José de Austria, gobernador de los Países Bajos, que regresara a España para ponerse al frente del Ejército de Extremadura. Así, en marzo de 1659, don Juan José abandonaba Bruselas, quedando Caracena al cargo de los Países Bajos.

Durante el año 1660 las operaciones militares en el frente extremeño no revistieron gravedad, y se fueron realizando todos los preparativos para la siguiente campaña de 1661. Así, a comienzos de 1660, el rey Felipe IV ordenó llevar a La Coruña y Cádiz todas las armas disponibles de las fábricas, para irlas transportando de allí al Ejército de Extremadura. A La Coruña llegaron 2.000 mosquetes, 1.000 arcabuces y 1.000 picas; y a Cádiz, 11.760 arcabuces, 5.250 mosquetes, 4.860 pistolas y 3.060 carabinas, 4.744 hojas de espada y 2.100 lanzas.
A partir de 1660 fueron llegando a la Península tropas procedentes de Flandes y de Italia, además de unidades reclutadas en el Sacro Imperio Germánico. También se procedió a enviar unidades veteranas destinadas en Cataluña hacia el frente de Portugal. A los contingentes antes mencionados (soldados españoles, italianos y alemanes), también se fueron uniendo tercios de poca experiencia militar, resultado de las levas o reclutas forzosas realizadas en Andalucía y Extremadura.  


En la obra "De la conquista y pérdida de Portugal" (1885), del historiador decimonónico Serafín Estébanez Calderón, se encuentra una muestra del Ejército de Extremadura de noviembre de 1660. Mayormente se trata de las mismas unidades que, al año siguiente, tomarán parte en la conquista de las plazas fuertes portuguesas de Arronches y Alconchel.












General: Don Juan José de Austria

Segundo: Francesco Tuttavilla, Duque de San Germano

Efectivos: (11.843 soldados, de los que 7.600 son infantería y 4.243 son caballería)


   Regimiento español de la Guardia de S.M., al mando de Pedro Nuño Colón de Portugal, Duque de Veragua
   Tercio español de Granada
   Tercio español de Rodrigo de Múgica
   Tercio español de Don Francisco de Alarcón
   Tercio español de Andrés Velázquez de Velasco, Conde de Escalante
   Tercio español de Don Francisco de Guzmán
   Tercio español de Alonso Feijoo
   Tercio español de Don Juan Enríquez
   Tercio español de Antonio Paniagua
   Tercio español de Don Francisco Tello
   Tercio español de Baltasar de Urbina
   Tercio español de Francisco de Araujo
   Tercio español de Simón de Castañizas
   Tercio español de Don Juan de Zúñiga
   Tercio español de Don Alvaro de Luna
   Tercio español de Pedro de Biedma

   Tercio irlandés de Michael Dungan
   Tercio irlandés de Dennis O'Mahon

   Tercio italiano de Francesco Gattinara, Conde de Sartirana
   Tercio italiano del Conde Antonio Trotti
   Tercio italiano de Giuseppe Fossani
   Tercio italiano de Emanuele Caraffa
   
   Regimiento alemán del Conde Franz Adam Losestein
   Regimiento alemán del Barón Johann Franz von Kaiserstein
   Regimiento alemán del Barón Antoine de Carondelet
   Regimiento alemán del Conde ¿Ercole Visconti?

   
Caballería al mando de Diego Caballero de Illescas


Plano de la fortaleza de Arronches, realizado por el cartógrafo francés Nicolas de Fer en 1705. Durante la Guerra de la Restauración portuguesa (1640-1668) se fortificó la plaza, contruyendo las murallas y baluartes que rodeaban la población portuguesa.


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NOTA1: Los tercios de Castañizas, Zúñiga, Luna y Biedma figuran como "de la milicia de esta provincia", es decir, se componen en su mayoría de reclutas extremeños. Estos figuran con más de un centenar de soldados cada uno.
El nivel de deserción es muy alto, así se indica que un tercio de reclutas andaluces había tenido un 38% de bajas por deserción a su llegada a Extremadura. Además la mayoría de los tercios españoles y los 2 tercios irlandeses, que ya están en Badajoz y Olivenza, figuran únicamente con una decena de hombres. En cambio el regimiento español de la Guardia se acerca a los 1.000 hombres.  

El regimiento de la Guardia acababa de venir del ya inactivo frente de Cataluña, donde había combatido durante años. De camino tuvo que acudir a la isla de los Faisanes, donde acompañó al Rey español a una reunión con su homólogo francés (junio de 1660). A este regimiento le hemos visto anteriormente combatiendo en el sitio de Salces (1639-1640) y en la rebelión de los catalanes (1640), habiendo sido dividido en dos unidades: una al mando del marqués de Mortara, que había acudido al socorro de Fuenterrabía (1638), quedando encuadrada en el llamado Ejército de Cantabria; y otra al mando del vallisoletano Juan de Arce, encuadrada en el Ejército de Cataluña.

NOTA2: Los tercios italianos de Sartirana, Trotti y Fossani estaban formados por infantería lombarda, mientras que el tercio de Caraffa estaba constituido por reclutas napolitanos.

NOTA3: Entre los regimientos alemanes se incluían los formados de unidades imperiales -es decir, directamente cedidas al Ducado de Milán por el Emperador alemán- y un regimiento reclutado en las tierras patrimoniales del Imperio Germánico. El viaje por mar de las distintas unidades italianas y alemanas desde Italia hasta la Península ibérica resultó accidentado, ya que, cerca de Cádiz, 2 navíos en los que venían embarcados los soldados se hundieron, pereciendo alrededor de 700 de ellos, la mayoría alemanes.

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