viernes, 2 de abril de 2021

La caballería del Ejército real de Castilla en la batalla de Castel Rodrigo (1664)

 
A lo largo de la guerra con Portugal (1640-1668), España mantuvo como principal teatro de guerra y ruta de invasión el frente extremeño, con Badajoz como plaza de armas y base de operaciones. Se trataba de repetir la invasión relámpago del duque de Alba en 1580. Si bien la Monarquía española mantuvo un frente secundario en Galicia, y además reunió un pequeño ejército en Ciudad Rodrigo, que abriría otro nuevo frente secundario.
 
Vista desde la muralla exterior abaluartada de Ciudad Rodrigo. Durante la Guerra de la Restauración portuguesa (1640-1668) la plaza salmantina únicamente pudo contar con su antiguo cinturón de muralla medieval, siendo asediada por los portugueses en 1649. A comienzos del siglo XVIII, con motivo de la Guerra de Sucesión española (1701-1714), se construyen las defensas modernas: muralla exterior con fosos, baluartes y revellines. A la derecha se puede ver una de las garitas de vigilancia, que se distribuyeron a lo largo de la muralla. (Foto del autor) 


La campaña de 1664 contra Portugal fue de nuevo infructuosa para los intereses de la Monarquía española. Los españoles no realizaron ninguna acción importante en el frente extremeño, y los portugueses sitiaron y tomaron la plaza de Valencia de Alcántara. En cambio, tras la derrota en Estremoz (1663), se buscó como alternativa una penetración en territorio portugués desde la plaza de Ciudad Rodrigo.
Para este fin se fue concentrando en la fortaleza fronteriza salmantina contingentes de reclutas castellanos. El pequeño ejército, al mando del duque de Osuna, realizó una ofensiva contra las fortalezas portuguesas de Almeida y Castel Rodrigo. Una relación de una campaña anterior, recogida en la Gaceta de Madrid de 1662, nos da cuenta de la composición del ejército de Castilla:

"(...) salió el Duque de Osuna con la gente de su cargo [que constaba de cinco mil Infantes, de los Tercios de la gente de Ciudad Rodrigo, y de la que se ha conducido de la Puebla de Sanabria, Ledesma, tierra de Campos, Avila, Valladolid, y Cañizares, sin otros 800 hombres, que se está esperando de la Ciudad de León, y su Reinado. La Caballería constará de poco menos 800 Caballos, todos de muy buena calidad]"

El duque de Osuna sitió Castel Rodrigo. Los portugueses, al mando de Pedro Jacques de Magallanes, trataron de liberar la plaza. Al igual que en la batalla de Estremoz (llamada de Ameixial por los portugueses), los soldados castellanos emprendieron la retirada nada más comenzar el combate. Se perdieron más de 1.000 hombres y se abandonó la artillería, que quedó en manos del enemigo. Osuna fue destituido y se le procesó por la derrota, pero finalmente fue absuelto de la mayoría de los cargos.
Don Juan José de Austria, desanimado por la nueva derrota, y harto de pedir refuerzos, y por la falta de medios con los que emprender una campaña militar con garantías de éxito, pidió licencia para abandonar el mando supremo de Extremadura.


El marqués de Buscayolo da cuenta de una muestra hecha a la caballería reunida en Ciudad Rodrigo, en junio de 1664, poco antes de salir de campaña, citándose: 141 oficiales, 807 soldados montados y 72 desmontados. Siendo 1.020 hombres en total.
 
 
 

 
 
Una relación de prisioneros españoles está listada en el "Mercurio Portugués" de julio de 1664. En la relación se nombra a los oficiales mayores y capitanes capturados del Ejército de Castilla, también indica el número de oficiales menores y soldados capturados:
 
 
 
 


General: Gaspar Téllez Girón, Duque de Osuna

Segundo: Juan Salamanqués

Efectivos: (Unos 4.500 soldados, perteneciendo más de 800 de ellos a la caballería)


   Tercio español de Juan Flores
   Tercio español de Don Diego de Ledesma
   Tercio español de José Moreno
   

Caballería al mando de Antonio de Isasi (capturado en combate)


Artillería al mando de Juan Salamanqués
 
 
Mural de azulejos pintados del siglo XVII, que reproduce la batalla de Castel Rodrigo en 1664. El ejército portugués se muestra en primer plano, avanzando hacia la plaza de Castelo Rodrigo. A lado de la plaza portuguesa se desarrolla la batalla. (Anónimo, Palacio del Marqués da Fronteira, Lisboa)
 

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NOTA1: La guarnición de Valencia de Alcántara estaba compuesta por varias de las unidades implicadas en el asedio portugués a Evora del año anterior. Un diario del asedio de Valencia de Alcántara, reunido por el historiador y eclesiástico portugués Jerónimo de Mascareñas, detalla la composición de la guarnición española:

"Tiene el señor Don Pedro Fonseca noventa hombres efectivos de su tercio, hánsele de dar de paisanos [milicianos del lugar] 260 hombres. (...)
 El señor maestre de campo Don Juan de la Carrera guarnece con su tercio, que consta de 600 hombres, la puerta de Juan Durán al baluarte de la Madalena. (...)
 El tercio del señor maestre de campo Don Fabricio Rosi tiene 50 hombres, guarnece la puerta de Santiago, dásele de ayuda por la cortedad de su tercio las compañías naturales [de milicianos del lugar] de Don Balthasar de Medinilla y Don Bartholomé de Cuellar y Don Martín de Borja, también de naturales Don Alonso Chumaçero que harán por todos 150 hombres sin los 50 de su tercio (...)"

NOTA2: El genovés marqués de Buscayolo, consejero del duque de Osuna, fue el que impulsó el proyecto de la invasión de Portugal desde la plaza de Ciudad Rodrigo, como principal vía para alcanzar Lisboa. Buscayolo tomó parte en la campaña, ejerciendo el cargo de Teniente de Maestre de campo general.
También el marqués de Buscayolo cita una muestra hecha a la caballería después de la batalla: 140 oficiales, 692 soldados montados y 133 desmontados. Es decir, 965 hombres en total. Se mostraría una pérdida de 55 hombres en la caballería. En algunos textos se alude a la pérdida de 115 soldados de caballería, al no contabilizarse los soldados desmontados.

NOTA3: A Juan Salamanqués le hemos visto anteriormente al mando de un tercio en la campaña portuguesa de 1662. Cuando el Consejo de Guerra destituyó al duque de Osuna, Salamanqués quedó al cargo del Ejército de Castilla.

No se pudo reunir un ejército más numeroso a causa de no poder contar con los tercios de Pedro de Ulloa y de Ignacio de Zayas, comprometidos en otros frentes.

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