sábado, 20 de julio de 2013

domingo, 14 de julio de 2013

La ofensiva del ejército transilvano-húngaro de Gabriel Bethlen


Al comenzar la insurrección de Bohemia, iniciando la guerra de los 30 años, Gabriel Bethlen (Bethlen Gábor, Príncipe de Transilvania) aprovechó la situación para declarar también la guerra al Emperador e invadir sus territorios húngaros. 

Bethlen Gábor, Príncipe de Transilvania. Durante la Guerra de los Treinta años lideró 3 guerras privadas contra el Emperador en 1619, 1623 y 1626. Llegó incluso a tomar contacto con los turcos para llevar la guerra al interior de Austria (Theatrum Europaeum, Merian)


Con el apoyo de los protestantes húngaros, Gabriel Bethlen ocupó Pressburg en octubre de 1619. Pressburg era por entonces la capital de Hungría y, con esta acción, se impuso todo el apoyo de los húngaros a la causa de los rebeldes.
Desde esta ciudad, Gabriel Bethlen unió sus fuerzas transilvanas y húngaras al ejército checo de Matías Thurn. Después ambos ejércitos sitiaron Viena, pero tuvieron que abandonar el asedio. Al año siguiente, el conde de Dampierre avanzaría para tomar Pressburg, fracasando en el intento y perdiendo la vida en ello.

La ciudad de Pressburg, con su castillo en la esquina derecha. El grabado muestra en primer término jinetes ligeros húngaros o húsares. (Topographia de Merian)


Un destacamento de las fuerzas transilvanas combatió en la batalla de la Montaña Blanca: Prácticamente era todo caballería ligera, unos 4.000 jinetes, al mando de Gáspár Kornis. Hicieron un mal papel en la batalla, su campamento fue atacado la noche anterior, dejando varios muertos y a su general en jefe Jarmusch Bornemissa herido. Durante la batalla se negaron a combatir, siendo los primeros en iniciar la retirada.

 
Las tropas de Bethlen Gábor se componía principalmente de tropas ligeras montadas, eran unidades curtidas y muy apropiadas para el tipo de guerra fronteriza que se daba en los Balcanes contra los turcos. (Grabado de jinete válaco, Abraham de Bruyn)


Los transilvanos acabarían también con la vida de otro general imperial de entidad, la del propio Charles Bonaventure de Longueval, conde de Bucquoy. En 1621, Bucquoy, veterano de Flandes y Comandante General de los imperiales, tomó Pressburg tras un breve sitio de 10 días.
Después los imperiales pasaron a asediar Neuhäusel (actual Nové Zámky). Bethlen Gàbor envió 6.000 jinetes ligeros para levantar el asedio, el ejército imperial sitiador pasó a estar sitiado y Bucquoy moriría en una escaramuza con la caballería transilvana-húngara.

Jinete húngaro o Húsar (Grabado de Abraham de Bruyn)

Finalmente las tropas imperiales, ahora al mando de Maximiliano Liechtenstein, tuvieron que levantar el sitio de Neuhäusel y comenzar una penosa retirada: tuvieron que abandonar toda su artillería, siendo perseguidos muy de cerca por la caballería ligera y a punto de ser copados por el propio Gabriel Bethlen, quien había llegado con todo el grueso de su ejército.

La infantería húngara o Haiduks era una infantería ligera, apropiada para el tipo de guerra fronteriza de los Balcanes. Armada de arcabuces y mosquetes, tenían espadas curvadas y alabardas para el combate cuerpo a cuerpo. (Grabado de Abraham de Bruyn)

Gabriel Bethlen unió sus fuerzas a las del margrave Juan Jorge de Jägerndorf y asedió Pressburg durante un mes. Pero la presión del ejército imperial le obligó, ahora a él, a abandonar el asedio. Gonzalo de Céspedes comenta refiriéndose a la guerra en Hungría, en ese año de 1621:

"(...) funesto, y trágico este Reyno [Hungría], se le mostró al Emperador desde el principio de la guerra, tres valerosos Capitanes con infelices accidentes, Dampierre, Palfi, y el Vucoy [Bucquoy] perdió sirviéndole su término. Pero del sitio de Presburg, pasado un mes, Belen Gauor [B. Gábor] se retiró desconfiado. Los Napolitanos y Valones que estaban dentro de presidio [guarnición] se le opusieron de manera, que mal herido les dejó abandonando municiones, y parte de su artillería."



sábado, 6 de julio de 2013

Impresionante grabado del cadáver del Conde de Dampierre


Los grabados funcionaban a la manera de las fotografías de la prensa hoy en día; se realizaban para que fuesen copiados en masa en la imprenta, grabados a su vez por otras personas de los originales y, en ambos casos, acabar siendo difundidos por todas las capitales e imprentas de Europa. 
El "Theatrum Europaeum", una especie de compendio de todo lo acontecido en la Europa de los siglos XVII y XVIII, contiene un grabado del cadáver del Conde de Dampierre. El grabado, realizado por Mattäus Merian, es impresionante y pone los pelos de punta. Claramente Merian fue testigo vista del cadáver de Dampierre o lo grabó de otro realizado "in situ". 

La guarnición de Pressburg linchó el cadáver de Dampierre, abandonado por sus soldados ante la acometida de los defensores. El general Gabriel Bethlen transfirió sus restos a Viena, donde fue enterrado con todos los honores, asistiendo el propio Emperador Fernando II a su funeral. (Grabado de Merian, "Theatrum Europaeum")

Al finalizar las Guerras de Religión de Francia en 1598, grandes contingentes de soldados y sus generales se quedaron sin oficio, habían combatido durante décadas y para muchos de ellos éso era lo único que sabían hacer. Los únicos escenarios de guerra cercanos estaban en Flandes, y en la frontera del Sacro Imperio Germánico con el Imperio Otomano. 
Si bien, muchos franceses (sobre todo hugonotes) fueron reclutados por las Provincias Unidas; los Países Bajos españoles no eran atractivos para ellos, ya que las tropas hispánicas se encontraban por aquel entonces siempre amotinadas y en demanda de sus pagas. 
Sin embargo en la frontera del Imperio alemán había estallado una guerra con los turcos, el Emperador pagaba bien a sus ejércitos, y a todo ello se añadía un cierto carácter de cruzada. A la demanda de ayuda del Emperador respondió el Papa con una liga: soldados y dinero acudieron a la llamada, y mercenarios de toda Europa se encontraron combatiendo en las fronteras de los Balcanes. 
De Francia acudirían nobles como el duque de Mercoeur (quien tenía el mando del contingente francés); familiares de Mercoeur, de la casa de Lorena; el duque de Nevers y Francisco de Bassompierre. Allí se distinguió el lorenés Henri Duval, conde de Dampierre. 

Tras la finalización de la guerra en 1606, Dampierre quedaría al servicio imperial, y, en 1615, al estallar la guerra de los "uscoques", sería el coronel-propietario de un regimiento de arcabuceros a caballo. Con este regimiento participará en la represión de la sublevación de los checos en 1618, que dará lugar a la guerra de los treinta años. 
Durante la guerra en Bohemia, Dampierre tendrá el mando de un pequeño cuerpo de ejército, con el que tendrá una suerte diversa. En noviembre de 1620 trata de reconquistar Pressburg (la actual Bratislava), muriendo en un reconocimiento. 

 El conde de Dampierre con bastón de mando de general; ya que, al comienzo de la Guerra de los Treinta Años, promocionó de coronel a general de un pequeño cuerpo de ejército. (Grabado de Eberhard Kieser)

Gonzalo de Céspedes y Meneses, en su Historia de Felipe IV, relata como fue la acción que provocó su muerte: 

"Llegó a Presburg [Bratislava] el día siguiente; y aunque esto había de ser al alba, vió el Sol primero, y todavía ni su demora le estorbó, que a pocos láces no ocupase el arrabal, el fuerte, y puente, que luego al punto hizo romper. Tales sucesos conseguidos parece que le aseguraban felicidad en los demás, que la fortuna suele reírse con los que quiere destruir, tan convecinos son en ella sus infortunios y bonanzas. Juzgába el Conde por menor la defensión de la ciudad, si antes tomase su castillo, y asi dejándola pasó a acometerla con petardos: mas no hubo apenas arrimádose a reconocer su contraescarpa, cuando apuntado desde arriba llovieron balas sobre él, y atravesado por algunas murió en los brazos de los suyos, que no pudieron conducirle a más honrosa sepultura; porque asombrados de tal pérdida, dieron la vuelta a los bajeles, y en sus alcances el presidio [la guarnición], que hizo también no poca riza. Tal fué el suceso del Francés, que aceleró su gran viveza y confianza natural, culpable aún en cualquier soldado, y mucho más en la Cabeca o General, de quien tal vez, pende la vida del ejército."