jueves, 30 de noviembre de 2017

Estandarte capturado a los españoles en la batalla de Turnhout


El Museo del Ejército de los Países Bajos (Nederlands Legermuseum), localizado anteriormente en Delft, y trasladado en la actualidad a Soesterberg, posee un estandarte de caballería presumiblemente español.

Estandarte de caballería hispánico de los siglos XVI-XVII, posiblemente capturado en la batalla de Turnhout (1597). (Fuente: Nederlands Legermuseum de Delft / Nationaal Militair Museum de Soesterberg)


El estandarte tradicionalmente ha sido atribuido a una de las 38 banderas capturadas a los hispánicos por Mauricio de Nassau en la batalla de Turnhout (1597) y que posteriormente acabarían colgadas en el Salón de armas de La Haya. Particularmente se le asignó como el estandarte personal del capitán Mondragón, cuya enseña se reportó entre las capturadas en la batalla.

Señala su pérdida don Carlos Coloma, cronista y soldado de la Guerra de Flandes, quien ese mismo año de 1597 fue nombrado maestre de campo del Tercio "viejo" de los españoles:

"Perdiéronse 37. banderas, y el estandarte del Capitán Alonso de Mondragon;"

Por su parte, Juan Roco de Campofrío, Vicario general del Ejército de Flandes, señalaba que nunca antes había ocurrido la pérdida de tantas banderas, en el transcurso de la Guerra de Flandes:

"Lo que más se sintió fue la pérdida de 38 banderas por la reputación (...) que según afirmaron todos los soldados viejos nunca había sucedido a banderas del Rey nuestro señor, ni a mucho menos número."

En el grabado de la batalla de Turnhout, realizado por la familia Hogenberg, se muestra un carro de triunfo cargado con las banderas capturadas que es conducido hacia Breda, sobresaliendo sobre las demás banderas de infantería el estandarte del capitán Mondragón.


También en otro grabado de la batalla de Turnhout, obra de Bartholomeus Willemsz Dolendo, se puede apreciar el momento en que es derribado el portaestandarte del capitán Mondragón por la caballería neerlandesa.



Alonso de Mondragón estaba al mando de una compañía de lanceros a caballo, y participó en la batalla de Turnhout junto a varias unidades más de caballería española.
Alonso era sobrino y yerno del famoso militar vallisoletano Cristóbal de Mondragón, natural de Medina del Campo pero de ascendencia vasca, que fue gobernador del castillo de Gante y de Amberes, coronel de un regimiento valón y maestre de campo de un tercio español durante la Guerra de los ochenta años, de la que tomó parte desde el comienzo mismo del conflicto.
La caballería probó mal en Turnhout, retirándose a la salvaguarda de un bosque cercano, tras mantener un breve combate con la caballería enemiga. Prueba de esta actuación es que sólo una enseña de caballería, el estandarte de Mondragón, fue capturada, siendo las restantes mayormente pertenecientes a la infantería italiana y valona, ya que los mercenarios alemanes también abandonaron el campo de batalla en los primeros compases del combate.


El estandarte anteriormente conservado en el Museo de Delft está hecho de tela de damasco de color rojo bermellón. En una de sus caras tiene un águila bicéfala negra, siendo dorada una de sus cabezas. El águila lleva en su centro un escudo, dividido en 3 franjas horizontales con los colores en orden rojo-negro-rojo, si bien la franja del medio pudiera haber sido de color blanco (siendo así los colores de Austria). El águila está coronada, y porta en sus garras una espada y un cetro. En la otra cara el estandarte tiene una cruz de San Andrés o "aspa" de Borgoña, de color "oro". Y en ambos lados tiene un borde dorado.
Aunque el escudo que porta el águila no se corresponde con la heráldica de la familia Mondragón, no siendo la insignia su estandarte personal, sí pudiera corresponder al de la unidad que mandaba. También podría tratarse de algún estandarte hispánico capturado por los holandeses en otro momento.

Si bien en los grabados y las representaciones pictóricas de los siglos XVI y XVII los estandartes hispanos de caballería son representados principalmente con la cruz de San Andrés, o con motivos religiosos y heráldicos, en una pintura anónima flamenca atribuida a Snayers, del sitio de Aquisgrán por las tropas de Espínola (1614), los estandartes de caballería hispánica portan el águila bicéfala como divisa.



El historiador y teólogo flamenco Guillaume Baudart, en su "Les Guerres de Nassau" (1616), menciona que fueron capturadas en total 40 banderas a los hispánicos (38 de infantería, el estandarte de Mondragón y una pequeña bandera perteneciente al convoy de provisiones):

"(...) & puis trente huit Drappeaux, la Cornette de Don Alonso de Mondragon, & une banderolle des Vivandiers [vivanderos, civiles que seguían al ejército para vender provisiones a los soldados],"

Las cuales reporta que fueron depositadas en el Salón de armas del Palacio de La Haya:

"(...) qu'encores en voit pendus a la grand Sale du Palais de la Haye,"

Así en el cuadro de "La asamblea de Binnenhof", realizado por Dirck van Delen en 1651, que representa la reunión ese mismo año del Parlamento holandés en La Haya, se muestra las banderas capturadas a los españoles durante la Guerra de los ochenta años, que tapizaban las paredes del Salón de armas de la sede del Parlamento.
Varias de las insignias hispánicas pintadas tienen la apariencia de ser estandartes de caballería, y algunas muestran el mismo diseño que el estandarte que se guardaba en el Legermuseum de Delft.


Un conjunto de estandartes de color azul, posiblemente capturados en la primera batalla de las Dunas (1600), se muestran con el águila bicéfala sobrepuesta en este caso a la cruz de Borgoña o de San Andrés.




Estandarte de caballería hispánico de los siglos XVI-XVII, posiblemente capturado en la batalla de Turnhout (1597): Colores especulativos.




Reverso de estandarte de caballería hispánico de los siglos XVI-XVII, posiblemente capturado en la batalla de Turnhout (1597): Diseño y colores especulativos.




domingo, 5 de noviembre de 2017

El Ejército hispánico que intentó socorrer Amiens, en 1597


La campaña de 1596 en los Países Bajos había finalizado con un balance positivo para la Monarquía hispánica: Se tomaron Calais y Ardres a los franceses, y se conquistó Hulst a las Provincias Unidas. Sin embargo, La Fère no pudo ser socorrida y hubo de rendirse al Rey de Francia.

Tras la campaña, un grupo de unidades del Ejército de Flandes, compuesto de italianos, valones y de mercenarios alemanes, al mando del borgoñón Conde de Varax, fue alojado en Turnhout, en la frontera con las Provincias Unidas.
En enero de 1597, Mauricio de Nassau, general de las Provincias Unidas, reunió un ejército para atacarlos. El conde de Varax trató de retirarse hacia Herentals, pero de camino fue emboscado y derrotado, perdiendo la vida en combate. El tercio italiano de Trevico fue destrozado en la batalla. Como cuenta el Vicario general del Ejército de Flandes, Juan Roco de Campofrío, a los italianos no se les dio cuartel:

"(...) porque los rebeldes [holandeses] iban diciendo <<Salva Valón>>, y a los Italianos, aunque se rendían, los mataban, o llevaban presos."

Detalle de un grabado de la batalla de Turnhout. En primer plano se muestra el tercio "Neapolitaner" de Trevico, deshaciéndose y con soldados huyendo. Arriba se muestra el regimiento alemán ("die Teutschen") de Sulz, retirándose en orden y sin apenas combatir. En la esquina inferior izquierda, la caballería española en retirada. Decir que el combate mostrado en detalle en la cabecera de este blog, perteneciente a una pintura de Pieter Snayers, probablemente esté representando esta misma batalla. (Grabado, manufactura de la familia Hogenberg)


También en los primeros meses de 1597, el zamorano Hernán Tello Portocarrero, gobernador de Doullens, informó al archiduque Alberto de las relajadas medidas de vigilancia de la guarnición francesa de Amiens, y que la ciudad podía ser tomada por sorpresa.
El Archiduque accedió a la empresa, y a comienzos de marzo, cerca de Amiens, se concentraron 3.000 soldados -entresacados de las guarniciones próximas y de varias unidades españolas, valonas y alemanas del Ejército de Flandes-, al mando de Hernán Tello: Varios soldados hispánicos, disfrazados de villanos que transportaban un carro de heno, se apoderaron del cuerpo de guardia de uno de los portones de la muralla. Tras lo cual, el resto de los soldados, que estaban emboscados en los contornos de la puerta, entraron en la ciudad y, tras un breve combate, se apoderaron de ella, saqueándola durante un día.

A finales de marzo, un intento de los franceses de tomar Arras por sorpresa fracasó, retirándose tras perder cerca de 100 hombres combatiendo en los arrabales de la ciudad. Ese mismo mes los franceses, al mando del mariscal de Biron, iniciaron el bloqueo de Amiens, comenzando las obras de asedio, y acudiendo posteriormente en persona el propio Rey de Francia.
Mientras, el archiduque Alberto hacía los preparativos para la nueva campaña: se esperaba la venida de 4.000 soldados italianos al mando de Alfonso Dávalos, así como de alguna nueva unidad de alemanes; además, se hacían levas (o reclutas) para alistar de nuevo los regimientos alemanes y valones más deshechos de la campaña anterior.

El sitio de la ciudad de Amiens fue duro y sangriento: al bombardeo de la ciudad y aproximación de las trincheras de asedio, los defensores respondían con salidas contra las obras exteriores y los campamentos del enemigo.
También, a medida que las trincheras se aproximaron al foso, se efectuaron minas y trabajos de contramina donde se desarrollaron muchos de los combates.
En abril, se envió de noche un pequeño socorro de caballería: Los 300 jinetes, al mando de Juan de Guzmán, fueron descubiertos cerca del foso, y sólo pudieron entrar en la ciudad tras hacer la guarnición de Amiens una salida contra los franceses, que costó bajas en ambos bandos.

A finales de agosto, el Archiduque concentró en Douai un ejército de operaciones con la intención de socorrer Amiens. Desde allí se envió un contingente de 500 jinetes, al mando de Juan de Contreras Gamarra, Comisario general de la caballería, con el objetivo de reconocer las posiciones francesas y ver por donde realizar mejor el socorro. Sin embargo, descubiertos por la caballería francesa, al mando del propio Enrique IV de Francia, fueron desbaratados y perseguidos por los franceses, que mataron o cogieron prisionero a parte del contingente hispano.

A primeros de septiembre, Hernán Tello murió de un balazo, mientras inspeccionaba las fortificaciones. El marqués de Montenegro se hizo cargo de la defensa de la ciudad, en espera de la llegada del socorro.
En estas fechas el Archiduque había salido de Douai, dirigiéndose hacia Arras, y de allí se acercó a las posiciones francesas que sitiaban Amiens, concurriendo ya en algunas escaramuzas entre ambas caballerías de los contendientes.
A mediados de septiembre, tras una gruesa escaramuza con la caballería francesa -que se retiró- el ejército de socorro avanzó contra la línea fortificada francesa, pero fue frenado por la artillería gala. El Archiduque no se atrevió a avanzar, y tras arduas deliberaciones con sus mandos y consejeros, bajo el fuego enemigo, se acordó abandonar a los sitiados.
Al amanecer del día siguiente comenzó la retirada, y al darse cuenta los franceses, el rey Enrique IV sacó tropas con artillería de campaña para que escaramuzasen y batiesen al enemigo. El Archiduque llegó a la abadía de Berteaucourt, donde paró a descansar. Se habían perdido cerca de 1.000 hombres, entre muertos y heridos.
El 23 de septiembre llegaba a Arras, tras haber descansado varios días cerca de Doullens. Dos días después, tras un sitio de 6 meses, el marqués de Montenegro capitulaba y la guarnición hispánica abandonó la ciudad con todos los honores.


La pérdida de plazas por la ofensiva desatada este año por Mauricio de Nassau -conquistas de Rheinberg, Meurs (Murs), Grol (Groenlo o Groenló), Oldenzaal y Lingen- aprovechando la prioridad del Ejército de Flandes por el frente francés, unido al incremento de los motines en el ejército hispánico -guarniciones de Chatelet, Calais, Cambrai (1597); Ardres y Doullens (1598)-, al no abonarse sus pagas, debido a la bancarrota declarada por España a finales de 1596, obligó en parte a Felipe II a buscar la paz con Francia. Influyó también la situación de crisis económica y demográfica que vivía la Corona de Castilla, así como el deseo del Rey de España, ya cerca de la muerte, de dejar un gobierno pacífico a su heredero.
Así, en mayo de 1598 se firmó la Paz de Vervins, un tratado favorable a los intereses de Francia, ya que todas las plazas ocupadas por los españoles tuvieron que ser evacuadas: Calais, Ardres, Doullens, La Chapelle y Chatelet, en Picardía, y Blavet, en Bretaña. Sólo Cambrai (o Cambray) se retuvo en poder de los españoles. Además se reconocía a Enrique IV como el legítimo rey de Francia.


Juan Roco de Campofrío, que fue testigo de la operación para liberar Amiens, recoge la muestra que se tomó en Douai al ejército hispánico de socorro, así como el alto mando que lo regía:

"(...) porque el ejército que su Alteza [el archiduque Alberto de Austria] llevaba, era según la común opinión y muestra que se tomó en un casar cerca de Duay [Douai] de veinte y seis mil hombres de todas Naciones. Infantería española 336 oficiales, 3004 soldados. Infantería italiana oficiales 94, soldados 1563. Irlandeses, oficiales 24, soldados 1525. Alemanes, oficiales 549, soldados 7426. Valones, oficiales 431, soldados 6725, de manera que suma la infantería 21.712. Caballería 4.797, repartidas en compañías de lanzas, corazas, arcabuceros de a caballo, de guardas y bandas del País [Bandas de ordenanza, integrada por la nobleza de Flandes], que todo suma 26.509 personas. Si bien los más juzgábamos que esta suma no era cierta, y que eran pocos más de 20.000 hombres de guerra los que llevaba el ejército, y por capitán general de la caballería Don Francisco de Mendoza, Almirante de Aragón, mayordomo mayor de su Alteza y por Maestre de campo general el Conde de Mansfelt, y por General de la caballería de las bandas y guardias de los estados el Conde de Sola [Solre], caballerizo mayor de su Alteza, y por General de la Artillería el Conde de Possú [Bossu] y 17 piezas de artillería cañones y medios cañones, medias culebrinas [artillería de calibre medio] y piezas de campaña."



General: Archiduque Alberto de Austria

Segundo: Conde Pedro-Ernesto de Mansfeld

Efectivos: (26.509 soldados de infantería y caballería "sobre el papel")


   Tercio español de Carlos Coloma
   Tercio español de Don Luis de Velasco, futuro Conde de Salazar
   Tercio español de Luis de Villar

   Regimiento valón de Charles Bonaventure de Longueval, Conde de Bucquoy
   Regimiento valón de Charles de Lalaing, Barón de Achicourt
   Regimiento valón de Claude de La Barlotte
   Regimiento valón de Eustache d'Ognies, señor de Grusson
   Regimiento valón de Jean-Charles de Gavre, Conde de Frezin

   Regimiento borgoñón de Christophe de Rye, Marqués de Varambon

   Tercio italiano de Alfonso Dávalos de Aragón

   Regimiento alemán del Conde Ludovico Biglia
   Regimiento alemán de Rudolf Schlegel
   Regimiento alemán del Conde de Sulz
   Regimiento alemán de Robert de Ligne, Barón de Barbançon

   Regimiento irlandés de William Stanley


Caballería al mando de Francisco de Mendoza, Almirante de Aragón

  • Bandas de ordenanza de Philippe de Croy, Conde de Solre


Artillería al mando de Pieter de Henin-Liètard, Conde de Bossu


Cuadro que representa el socorro de Amiens por las tropas del archiduque Alberto. En primer plano se representa el ejército hispánico de socorro aproximándose a las obras de asedio fancesas. A la izquierda se muestra Amiens y las 2 líneas atrincheradas francesas que cercan la ciudad: La de circunvalación, para protegerse de las salidas de la guarnición; y la de contravalación, para protegerse de un ataque desde el exterior, y desde la cual cañonean al ejército de socorro. En la parte inferior se representa la caballería francesa -izquierda-, al mando del propio Rey de Francia, y la caballería hispana -derecha-, iniciando una escaramuza entre ambas. (Pintura anónima flamenca, Monasterio del Escorial)


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NOTA1: Durante las campañas de 1596 y 1597, los veteranos militares Manuel de Vega y Juan de Tejeda actuaron como consejeros militares adjuntos al archiduque Alberto. Don Alonso de Mendoza, que había regentado el mando de uno de los tercios españoles en la campaña de 1596, también colaboró como consejero militar del Archiduque durante el socorro de Amiens.

NOTA2: Roco de Campofrío indica que la muestra arrojaba la cifra de 26.509 soldados "sobre el papel", pero que serían unos 20.000 soldados totales efectivos. También la comparación de las muestras tomadas al ejército de campaña hispánico en 1596 y 1597 refleja un incremento en el número de efectivos "sobre el papel" para el socorro de Amiens:


        1596                                                1597 

   5.253 españoles                            3.340 españoles
   1.173 italianos                               1.657 italianos
   3.669 alemanes                             7.975 alemanes
   522 irlandeses                               1.549 irlandeses
   4.699 valones                                7.156 valones

   Total Inf. 15.316 soldados             Total Inf. 21.677 soldados

   Caballería 2.815 soldados             Caballería 4.797 soldados

Exceptuando los españoles e italianos, todas las demás unidades del ejército de campaña hispánico (valones, alemanes e irlandeses) muestran haber engrosado sus efectivos respecto a la campaña anterior.
Para la campaña de 1597 se realizaron reclutas de valones y alemanes: Así, el regimiento irlandés del coronel Stanley, que el año anterior tan sólo tenía en campaña 522 soldados, parece haber completado sus efectivos con reclutas valones. Roco de Campofrío se refiere a él como un regimiento "de infantería Irlandesa y Valona".
Para esta campaña de 1597 se trajo también un tercio italiano que pudo suplir las bajas italianas en Turnhout, en cambio los españoles no fueron reforzados. Por este motivo las unidades españolas en campaña aparecen reducidas de 5.000 hombres en 1596 a 4.000 en 1597 -3.300 de la muestra para el socorro y 800 que participaron con Hernán Tello en la captura de Amiens-, reflejando el desgaste (20%) al que se vieron sometidas estas unidades de élite del Ejército de Flandes en particular -poco propensas a deshacerse desertando y que formaban la punta de lanza de las ofensivas- durante la campaña de 1596, sobre todo en el sangriento asedio de Hulst.
Durante 1597, el archiduque Alberto no dejó de pedir refuerzos españoles, hallándose "y particularmente sin españoles" con los que reforzar el Ejército de Flandes. En carta fechada a 26 de junio de 1597, el Archiduque comunicaba al Rey, respecto a la llegada del tercio italiano de refuerzo, "pero faltan los españoles, que es el nervio principal de quien se saca todo el servicio"

NOTA3: En carta fechada el 23 de octubre en Arras, un mes después del intento de socorrer Amiens y finalizadas las operaciones en el norte de Francia, el Archiduque comunicaba al Rey una relación de la totalidad del Ejército de Flandes, especificando el coste del mismo: Arrojando "sobre el papel" una cantidad total de 38.000 infantes y más de 7.000 jinetes.

   7.000 españoles

  •    5.000 en los 3 tercios
  •    1.229 en una compañía suelta
  •    1.102 en las guarniciones de los castillos de Amberes, Gante y Cambrai

   3.569 italianos
   16.000 alemanes
   10.000 valones
   1.000 borgoñones

7.213 jinetes, incluidos 1.138 lanceros y 390 arcabuceros montados españoles, siendo el resto italianos y naturales de los Países Bajos.


Al igual que Roco de Campofrío, el Archiduque indica la enorme diferencia de los soldados revistados "sobre el papel" y los que realmente había:

"Aunque en las muestras hay la gente que se apunta en esta relación, al efecto suele faltar mucho del número, y así para tener el que se presupone y conviene que haya, es menester añadir más de quince mil hombres, pues toda la infantería que se puede sacar en campaña de lo que al presente hay no pasa de otros tantos." (Relación del Archiduque al Rey, 23 de octubre de 1597).

La relación del Archiduque muestra el desgaste habido en la campaña para socorrer Amiens. Si al comienzo de la campaña se pudo reunir un ejército de operaciones efectivo de unos 20.000 hombres, al final de ella refleja que sólo puede reunir 15.000. Habiéndose perdirdo unos 5.000 hombres, ya sea por los combates (cerca de 1.000 muertos y heridos), ya sea por enfermedad o incapacitados por otras causas, y el resto por deserción o figurando simplemente como desaparecidos. Es decir, unas bajas del 25%, un desgaste moderado para un ejército en campaña de la época. 
El Archiduque vuelve a incidir en la necesidad de reforzar al Ejército de Flandes para la campaña siguiente, para ello pedia al Rey 6 o 7 mil españoles más, y además otro tercio de italianos que se pudiera reclutar en Nápoles. Así, en 1598 Sancho Martínez de Leiva trajo por mar 4.000 soldados españoles desde Galicia, que fueron distribuidos en los 3 tercios españoles.