sábado, 30 de noviembre de 2013

Bosquejo biográfico de Alejandro de Bournonville, Conde de Hennin-Liétard


En los siglos XVI, XVII y XVIII, los puestos de mando militares estaban reservados, en la gran mayoría de los casos, a la nobleza. La promoción nobiliaria en la milicia era meteórica, en comparación con los soldados rasos, salidos de la masa campesina o de la pequeña burguesía de las ciudades.
Mientras los soldados debían de esperar cerca de 10 años para poder promocionar a capitán de una compañía, a la nobleza bastaba con servir 3 años con la pica o el mosquete, ó directamente se le daba la compañía, incluso la podía comprar.

Ser noble facilitaba las cosas, y, ejercer un tiempo en el ejército, le daba la oportunidad a poder ser compensado por el Rey con puestos políticos y señoriales. La larga guerra de los ochenta años, hizo que la nobleza flamenca de los Países Bajos Españoles se implicara activamente en la contienda, creándose auténticos linajes militares nobiliarios.

Un ejemplo típico puede ser la vida de Alejandro de Bournonville: Hijo de Odoardo de Bournonville, Conde de Capres, coronel de un regimiento valón y gobernador de Arras. En su niñez, Alejandro fue "menino" de la Infanta Isabel Clara Eugenia, en la Corte de Bruselas. Tras una estancia, en su juventud, en Florencia y Viena, regresa a los Países Bajos Españoles. Su abolengo hace que sea nombrado Gentilhombre de la Cámara del Archiduque Alberto. Hacia 1607 fue capitán de una compañía valona; y, en 1614, obtuvo una compañía de lanceros a caballo.

Posteriormente participa, al mando de un tercio valón, en las campañas de Bohemia con las fuerzas auxiliares del Imperio, en el inicio de la guerra de los treinta años: Convaleciente de una herida grave, regresó a los Países Bajos. Su tercio combatió en la batalla de la Montaña Blanca (1620), encuadrado con el otro tercio valón de Guillermo Verdugo.
En 1621, recuperado de su herida, "continuó en servir contra los herejes de Holanda, mandando el más antiguo Regimiento Walon, con el cual se señaló en todas las ocasiones que se vino a las manos;". Mandó el tercio durante 10 años, y después es promocionado a gobernador de Lille.


Detalle de un grabado de la batalla de la Montaña Blanca: A la derecha de la composición se encuentra el enorme cuadro o "batallón" de Guillermo Verdugo, compuesto de los tercios valones de Verdugo, y de Bucquoy-Hennin. A la izquierda, el "batallón" con los regimientos alemanes de Breuner y Tieffenbach, mostrado deshaciéndose y con soldados huyendo, ya que tuvo muchas bajas. Detrás de ellos, se vislumbra el cuadro o "batallón" napolitano de Carlo Spinelli. (Theatrum Europaeum, Merian)


Esteban Casellas, que escribió una obra laudatoria de la Casa de Bournonville, bosqueja la vida del Conde de Hennin. El autor da una especial importancia a su participación en la batalla de Fleurus:

 "Alexandro Primero, Señor, y Duque de Bournonville, Conde de Hennin, Caballero del Tuson [Toisón], y Gobernador de la Provincia de Lila [Lille], ó Flandes Walona [Lille, Douay y Orchies], hijo único de Odoardo, nacido tres meses antes de su muerte [nació en Septiembre de 1585, en Bruselas], para continuar sus hazañas, y glorias, se aplicó del todo a la guerra, con notable inclinación a ser soldado, como lo fue bizarro, magnífico, y muy estimado por su valor. Comenzó a servir con cargo de Capitán de Corazas, o Lanzas [caballería], como entonces las llamaban. Fué también Capitán de una de las Compañías de Infantería ordinarias, que instituyó Carlos V en aquellos Países. Desta manera siguió los Reales Ejércitos en Flandes, esmerándose en todas las ocasiones que se ofrecieron, hasta las treguas que se hicieron con Holanda [1609]. Pasó a servir al Emperador en las guerras que tenía contra el Conde Palatin [Palatino], sobre el Reino de Bohemia [1618]; siendo así, que el Palatin era primo segundo del Duque Alexandro: pero pospuso éste las obligaciones del estrecho parentesco, a las innatas de servir a la Iglesia, y a la Augustísima Casa de Austria. Trajo consigo a aquellas guerras un Regimiento de 3.000 walones [valones], la mayor parte a sus costas, y expensas propias: y otro Regimiento del General Conde de Buquoy [Bucquoy], de otros tantos infantes; y uno de Caballería del Coronel Gaucher [Jean Varods de Gauchier], y con estos 6.000 infantes, y 1.000 caballos, llevándolos muy en orden atravesó con magnífico aparato la Alemania [1619], y llegó a Bohemia en ocasión que el de Buquoy estaba muy apretado de los enemigos en Budvitz [Budweis], y con tal socorro, no solo quedó libre; pero aun se amedrentaron tanto los enemigos, que el mismo Palatin desmayó, y desconfió de poderse mantener contra gente tan escogida.
 En el asalto de Pisca [Písek], pretendiendo el Duque Alexandro llevar la delantera con su gente, fue por si mismo a reconocer el foso, y murallas, de una almena de las cuales le hirieron mal de un mosquetazo, atravesándole la bala toda la cara, quitándole algunos dientes, y prinvándole de la facultad visiva del ojo derecho. Vengáronle bien sus soldados, entrando llenos de coraje la Plaza a fuerza de armas, irritados de la desgracia del Duque, a quien amaban como a padre, por su valor, y benéfica leberalidad. Pero a éste, para curar de tan cruel herida, le fue forzoso dar la vuelta a su Casa: y curado al fin, no sin gran dificultad, entró de nuevo en los Ejércitos de Flandes, en los cuales se portó de calidad, que la Infanta Isabela Clara Eugenia le escogió para embiarle a asistir a Don Gozalo de Córdoba General del Ejército opuesto al General Conde de Mansfelt [Mansfeld], bastardo de la Casa de Mansfelt, que había sido paje de la madre de nuestro Duque, el cual fue causa entonces de que Don Gonzalo diese la batalla [Fleurus, 1622] a Masfelt, y al Príncipe de la Casa de Brunsvich [Brunswick] Obispo de Halberstat [Halberstadt], en la cual peleó el Duque Alexadro como voluntario en la Infantería, que la Caballería había ya abandonado el campo; pero volviendo a él, fue por consejo del Duque enviado un número de infantes a una haya, y pasaje, para impedirlo a las tropas de Halberstat, y Masfelt, que recibieron allí el mayor daño, y ruina de los suyos. Quedó el campo por los nuestros, dejando maltratados a los enemigos, los cuales pasaron descalabrados a juntarse con los Holandeses, que era su mayor pretensión. Asisitió después en el celebrado sitio de Bredá [Breda, 1624-25], y fue gran parte en la tentativa del socorro de Boisleduc [s'Hertogenbosch, 1629]. A la entrada de la Veluè [Veluwe], País de los Holandeses, fueron muy señaladas sus acciones: entonces hubo de perder parte de su ropa, y caballos en Wesel, por la sorpresa de aquella Plaza [Agosto, 1629]. Finalmente se puede decir con verdad, que no hubo facción importante en aquellos Ejércitos, en que no se hayase, y fuese gran parte de su buen logro, hasta que le dieron el Gobierno de la Flandes Walona [1631], que su padre Odoardo había conservado al servicio del Rey. Estos son algunos de los testimonios (...) de su prudencia, y Política, en tres embajadas extraordinarias que hizo, una al Emperador [1627], y dos en Francia, a Enrique IV la una [¿1607-10?], y a Luis XIII la otra [1630], dando en todas cabal satisfacción a sus Príncipes. Murió en 1656."


Alejandro casó con Anne de Melun y tuvo 4 hijos soldados: Alejandro, Ambrosio-Francisco, Wolffang-Guillermo y Juan Francisco.

Alejandro Hipólito II de Bournonville (Alexander Hyppolyte II de Bournonville): De igual nombre que su padre, fue el hijo primogénito y, por lo cual, el heredero de sus títulos. Ostentó el cargo de Virrey de Cataluña. (Doze frutos de la muy antigua y ilustre casa de Bournonville, Esteban Casellas)

  • Su primer hijo, Alejandro, heredó el título de Conde de Hennin; y, al igual que su padre, fue Caballero del Toisón. Fue soldado en la compañía de su padre, y en 1638 pasó al servicio del Imperio Germánico, al mando de una compañía de coraceros a caballo. En 1643 fue nombrado coronel de un regimiento de infantería imperial y gobernador de la plaza de Ham. Se distinguió con su regimiento en la batalla de Allerheim o segunda batalla de Nördlinghen (1645). Su promoción en los cargos fue totalmente ascendente, llegando al cargo de "Feldmarschall" del Imperio, es decir Mariscal de Campo General de todo el ejército imperial. Alternó sus servcios entre el Sacro Imperio Germánico y España, para ser nombrado finalmente Virrey de Cataluña (1678).

  • Ambrosio-Francisco, duque de Bournonville, fue coronel de un regimiento valón al servicio de Francia (1645-1651) y llegó a ser mariscal de campo y gobernador de París (1657-1662).

  • Wolffang-Guillermo, vizconde y barón de Barlin, combatió al servicio del Imperio, durante la guerra treinta años, en el regimiento de su hermano Alejandro. Pasado al servicio de España, fue coronel de un regimiento mercenario alemán y ascendió a gobernador de Mons, Valenciennes y, finalmente, Bruselas.

  • Juan-Francisco, barón de Capres y marqués de Risbourg, fue capitán de una compañía de infantería en el regimiento alemán de su hermano Wolfang-Guillermo. Desde 1656, mandó un tercio valón en el frente de Cataluña hasta la firma con Francia de la Paz de los Pirineos (1659). Vuelto a Flandes, sucedió a su hermano, Wolfang-Guillermo, en el cargo de coronel del regimiento alemán que ostentaba.


jueves, 14 de noviembre de 2013

Banderas de las Provincias Unidas de los Países Bajos en el sitio de Breda


El cuadro de "La rendición de Breda", de Velázquez, muestra una bandera de la guarnición holandesa; que desfila, con todos los honores, justo detrás de la escena principal de la obra pictórica. La bandera consta de tres franjas horizontales, con los colores azul, naranja y blanco, colores de la librea del Píncipe de Orange.




Una segunda bandera se aprecia a la izquierda de la composición, entre las dos alabardas de los guardias holandeses: La bandera consta de tres franjas horizontales, en orden blanco-azul-naranja.
Aunque la bandera más comúnmente representada, tanto en cuadros como en grabados de los siglos XVI y XVII, muestra la división en 15, 11, 9, 7 ó 6 franjas horizontales. Los colores podían variar: desde los colores personales del capitán de la compañía, los colores de una ciudad que represente una milicia, a los colores de las armas del Príncipe de Orange.




Las banderas con los colores del Príncipe de Orange (azul, naranja y blanco) no tenían una secuencia establecida: combinándose aleatoriamente los tres colores y repitiéndose en esa misma serie a través de las franjas horizontales. Incluso algún color podía alterar ese orden.
A lo largo del siglo XVII, poco a poco se irá estandarizando el orden de la bandera en tres franjas horizontales: naranja-blanco-azul. Y hacia 1630, la franja de color naranja comienza a ser sustituída por una franja de color rojo. A partir de ese año, diversas pinturas empiezan a mostrar la bandera tricolor, rojo-blanco-azul, tanto en barcos como en fortificaciones.
Se aduce que la razón era hacer más reconocible, en cuanto a visibilidad, la bandera holandesa: El color apagado del naranja, en las largas distancias marítimas o con el humo del combate, podría dificultar su distinción correctamente. 

Detalle de la batalla naval de Lillo (1574), mostrando una de las banderas utilizadas por los rebeldes neerlandeses: 8 franjas horizontales y los colores del Príncipe de Orange. (Tapiz de Jan de Maecht)





1 y 2- Reverso de banderas de infanetería de las Provincias Unidas, Vista caballera del sitio de Breda (Snayers)

Estas banderas muestran una "banda" que cruza el campo desde el extremo superior, junto al asta, hasta el extremo inferior opuesto. En las pinturas de los siglos XVI y XVII, que muestran banderas holandesas, la "banda" viene representada en color azul oscuro, naranja (claro u oscuro) y blanco.
El campo solía ser blanco, naranja y azul claro, aunque pudiera adoptar otro color. También es común ver alguna bandera con la "banda" y el campo dividido en franjas horizontales, las cuales adoptarían cualquier color (el del capitán, la ciudad o la casa de Orange).

Las banderas con esta "banda" fueron ampliamente utilizadas por el ejército neerlandés durante la guerra de los 80 años, quizá por la afinidad tanto ideológica como de mutuo auxilio que tuvo con los hugonotes franceses. El partido hugonote francés adoptó la "banda" como señal identificativa para sus banderas, en contraposición con las cruces blancas de las banderas del partido católico francés.
La bandera con la "banda" pudo haber sido en sí mismo un símbolo ideológico y político para los partidos protestantes; en su lucha con las monarquías católicas, que generalmente ostentaban cruces en sus banderas.