martes, 23 de enero de 2018

La batalla de Edgehill (1642)


Las tensiones entre el rey Carlos I de Inglaterra y el Parlamento inglés originaron las guerras civiles británicas (1639-1651): que engloban una serie de conflictos militares que ensangrentaron los campos de Inglaterra, Escocia e Irlanda.

La necesidad de dinero del Rey de Inglaterra con el que sufragar la Monarquía y una serie de aventuras militares en el continente, y las reticencias y condiciones que el Parlamento imponía al dárselo, fueron la causa de la creciente tensión entre el Rey y el Parlamento.
Por otra parte el gobierno de Carlos I de Inglaterra fue impopular debido a una serie de fracasos militares costeados con ese dinero: la expedición de Mansfeld al continente (1624); la del vizconde de Wimbledon a Cádiz (1625); y las expediciónes de la Isla de Ré (1627) y de La Rochelle (1628), en apoyo de los hugonotes franceses.
De 1629 a 1639, Carlos I de Inglaterra gobernó de manera absoluta, sin mantener ninguna aventura bélica, y sin convocar el Parlamento.
Pero la guerra con el "Covenant" escocés (1639-1640) dejó a la Monarquía inglesa en situación de bancarrota, obligando de nuevo a Carlos I a convocar el Parlamento para pedir dinero. En este contexto, en 1641 estalla la rebelión irlandesa contra los colonos ingleses y escoceses (o "New English"), provocando matanzas en todos los asentamientos de colonos en Irlanda, especialmente en el Ulster.
Este hecho originó nuevas tensiones entre el Rey y el Parlamento, el cual sospechaba que la rebelión de los irlandeses había sido auspiciada por el propio Rey. El levantamiento irlandés derivaría en la llamada Guerra de la Confederación de Kilkenny (1641-1652).

Grabado que muestra la matanza de colonos ingleses y escoceses en Portadown, durante la rebelión irlandesa de 1641. El texto señala como fueron conducidos hombres, mujeres y niños al puente de la localidad, y lanzados al río; quienes no quedaron ahogados fueron rematados con garrotes y disparos de mosquete. (Grabado atribuido a Wenceslaus Hollar, The Teares of Ireland, 1642)


En 1642, la situación entre Carlos I de Inglaterra y el Parlamento era insostenible. El Rey de Inglaterra decide huir de Londres e instaló la corte en York. Tras esto, tanto el Rey como el Parlamento comenzaron a reclutar sus ejércitos, la guerra ya era inevitable.
En septiembre, una primera escaramuza tomó lugar en el puente de Powick, donde la caballería realista del Príncipe Ruperto venció a la caballería parlamentaria, al mando de Nathaniel Fiennes. Un mes después el ejército realista de Carlos I se dirigió hacia Londres. En Edgehill, cerca de Banbury, ambos ejércitos se enfrentaron. Los ejércitos se desplegaron según la costumbre de la época: 2 o más líneas de infantería con una reserva, y la caballería protegiendo los flancos. Tras una batalla de resultado indeciso, el ejército parlamentario, al mando del conde de Essex, abandonó el campo de batalla al amparo de la noche, dejando al rey Carlos dueño del campo y con la victoria al día siguiente.
Tras la batalla, Banbury y Abingdon se entregaron al rey Carlos. La marcha hacia Londres continuó: el Príncipe Ruperto tomó por asalto y saqueó Brentford; pero, tras un pequeño combate en Turnham Green, el Rey de Inglaterra decidió no proseguir hacia Londres y se retiró a Oxford. Al no poder Carlos I tomar Londres, la guerra civil inglesa se alargaría durante los siguientes años, concluyendo con un trágico final para él, al ser condenado a morir decapitado en 1649.

Grabado de escuela inglesa que representa la batalla de Edgehill, perteneciente a un boletín de noticias contemporáneo del Parlamento. El texto, claramente inclinado hacia el bando parlamentario, dice que en la batalla 16 cañones dispararon contra 80 soldados de la guardia del conde de Essex, y ninguno resultó herido, rompiendo después a 1.000 soldados del Rey. 4 regimientos parlamentarios y 16 unidades de caballería huyeron, entonces quedaron 6.000 parlamentarios contra 18.000 realistas; aun así tomaron el estandarte real, partiendo la cabeza al portaestandarte del Rey, sir Edmund Verney, y mataron al General de campo Lord Lindsey. El texto omite que el estandarte real fue recapturado en la misma batalla.   


Una relación contemporánea, que reúne noticias ocurridas en diversas partes de Europa en 1642, nos lega un relato detallado de la batalla de Edgehill. Llama la atención el uso por el autor de la palabra "Tercio" para referirse a los distintos regimientos o escuadrones ingleses. La relación nos dice:

 "Llegaron las cosas del Rey de Inglaterra, y el Parlamento de Londres a tanto rompimiento, que salieron en campaña con sus ejércitos, y a dos del mes de Diciembre, hallándose muy cerca los ejércitos del Rey y del Parlamento, y Conde de Eses [Robert Devereux, conde de Essex] su General, comenzó a jugar la artillería gruesa, y estaba asestada tan bien, que dio en el cuartel de su Magestad y bien cerca de su persona (...) con que el Príncipe Roberto Palatino [Príncipe Ruperto del Palatinado] apresuró dar principio a la batalla, haciendo semblante de querer acometer a la vanguardia del enemigo [parlamentario], que no la esperaba tan presto, con que la puso en desorden, matando muchos, y poniendo en huida los demás. Visto esto por el Regimiento de caballería de Juan Biron [Sir John Byron], el cual con el Tercio de infantería, que gobernaba el Conde Linces [Robert Bertie, conde de Lindsey], Lugarteniente de General de su Magestad, que asistió a la guarda del Rey, incorporándole consigo, dejó su puesto, y cargó sobre los derrotados (...) el Coronel Handem [¿John Hampden?], con gente escogida de la del Tercio del Parlamento, y con cien caballos Irlandeses acometió a la gente del Tercio que tenía del Conde Linces, y la puso en huida: pero el Rey con la espada en la mano los detuvo, (...) Diose luego aviso al Príncipe Roberto del peligro en que el Rey se hallaba, y acudiendo luego deshizo todo el Tercio de Handem. Antes que llegase el Príncipe, fue preso y herido el Conde de Lincens, de que murió, y se llevaron el estandarte Real: pero don Juan Smit [capitán John Smith] caballero Católico lo cobró bizarro, (...) quitando la vida a muchos dellos. Y habiéndole presentado al Rey, debajo del mismo estandarte le armó caballero su Magestad, y le encargó la guarda del mismo estandarte. Prosiguiose el combate hasta la noche, que derrotado todo el ejército del Parlamento se puso en huida, y en su seguimiento hizo gran matanza la caballería del Rey: pero con el beneficio de la noche fueron menos los muertos. Quedaron muertos sobre la Plaza de tres a cuatro mil infantes, y entre ellos personas de calidad [de la nobleza], y mil y ochocientos de la caballería. El General, que era el Conde de Esses, procuró escaparse, fue seguido de algunas tropas de caballos ocho millas hasta las puertas de Wauich [Warwick], donde se metió, y le tomaron su carroza, (...) Ganose toda la artillería, en que había nueve piezas gruesas, y dellas se clavaron [inutilizaron] las mayores, por escusar el embarazo de conducirlas. Tomose todo el bagage [equipamiento e impedimenta del ejército] y municiones, y treinta banderas, treinta y seis cornetas [banderas de la caballería] que llevó consigo su Magestad a Oxonia [Oxford]. (...) Luego que descansó la gente marchó el Rey a Bamberi [Banbury], que contribuyó, por escusar el pillage que temía [la ciudad pagó un rescate para evitar el saqueo]. (...) Los de Abington [Abingdon], que son Puritanos [movimiento extremista del protestantismo], vinieron luego a hacer su composición, si bien (...) la gente del Príncipe Roberto saqueó las casas de las cabezas redondas [roundheads], que así llaman a los Puritanos, porque tienen cortado el cabello. (...)"


Detalle de un grabado que muestra el mapa de Inglaterra, Escocia e Irlanda al comienzo de la guerra civil inglesa y de la guerra confederada irlandesa. La superficie de ambas islas está atestada de ejércitos en movimiento, enfrentamientos y combates. (Grabado de Wenceslaus Hollar)  


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NOTA1: Este trasfondo de levantamientos en contra de la autoridad monárquica también se dieron en ese mismo tiempo en otros países europeos. El Sacro Imperio Germánico llevaba más de dos décadas de guerra civil, convertida en una auténtica guerra europea, en la llamada Guerra de los treinta años. 
En la Monarquía Española, este mismo conflicto europeo origina la sublevación de Cataluña contra la autoridad real: los abusos de los soldados acantonados en el Principado contra la población civil, y las aportaciones en dinero y hombres que el Principado de Cataluña tuvo que dar para la campaña pirenaica contra los franceses de 1639, originan, entre otras causas, la rebelión de los catalanes en 1640, que rápidamente es alimentada con hombres y dinero desde Francia. El conflicto se alargará durante 12 años de cruel guerra. Pocos meses después Portugal se subleva contra la autoridad de Madrid, estando el aumento de los impuestos para sufragar las guerras, y las reclutas para la Guerra de Cataluña, entre sus causas. Holandeses, primero, y franceses e ingleses, después, apoyarán con hombres y dinero la sublevación, que llevará a la independencia de Portugal tras una guerra de más de dos décadas.
Un año después se abortaba la conspiración del duque de Medina-Sidonia para sublevar Andalucía. Más adelante también se abortan las conspiraciones secesionistas en Aragón y Navarra.
En 1647, Nápoles y Sicilia se levantan contra la Monarquía española, de nuevo con el apoyo francés. Siendo necesario enviar tropas reales a sofocar el levantamiento secesionista.
En todos los casos las causas son la mismas: malestar por las guerras de la Monarquía española, que provocaban el aumento de la presión fiscal para financiarlas, y el aumento de las reclutas de soldados en territorios ya agotados demográficamente -tras contínuos años de guerra-, o donde los fueros regionales no lo permitían.

La intervención de Francia en la Guerra de los treinta años también provocó varios levantamientos campesinos contra su política: En 1635, la presión fiscal y el aumento de los impuestos para soportar la guerra provocaron levantamientos en Burdeos y Agen, que hubieron de ser sofocados con tropas reales.
Las mismas causas provocan el levantamiento de los "Croquants" en Angulema (1636) y en Perigord (1637), provocando una pequeña guerra campesina que tuvo que ser sofocada por tropas al mando del duque de La Valette. En 1643, otra vez se levantan en Rouergue los "Croquants", contra los impuestos del Cardenal Mazarino.
En 1639, se levantan contra los impuestos los "Va-nu-pieds" en Normandía. La represión de la revuelta corrió a cargo de las tropas reales, al mando del coronel Gassion.
En 1641, el desencanto de algunos nobles franceses -el duque de Bouillon y el conde de Soissons- con el Cardenal Richelieu, y por la política de guerra con España, les  llevó a conspirar con el Gobierno español de Bruselas. Bruselas envió dinero para que los nobles rebeldes organizaran un ejército en Sedán, además se les enviaría un ejército auxiliar hispano-imperial que colaboraría con el ejército rebelde.
Enterado del complot, Richelieu envió un ejército real francés a Sedán, al mando del duque de Châtillon. Ambos ejércitos se enfrentaron en La Marfée: Châtillon fue derrotado, pero el conde de Soissons murió en la batalla, perdiéndose el impulso de la rebelión y la oportunidad de España de retirar a Richelieu del poder o encender una guerra civil en Francia que quitara presión a los Países Bajos españoles.
En 1642, se aborta la conspiración del marqués de Cinq-Mars, que con el apoyo de España, y junto a Gastón de Orleans, pretendía acabar con Richelieu y firmar la paz con España. Cinq-Mars fue ejecutado.
En 1643, se producen levantamientos en Francia contra los impuestos de Mazarino. Se producen ataques contra los recaudadores de impuestos y contra tropas reales.
En 1645, la muerte producida en una rencilla entre un soldado y un anciano, hace que se levante la ciudad de Montpellier.
De nuevo la presión fiscal para hacer frente a los compromisos militares de Francia en la Guerra de los treinta años, y la duración de las guerras en el exterior, hacen que el gobierno del Cardenal Mazarino sea impopular. En 1648, todo ello provoca los movimientos de sublevación del Parlamento y de parte de la nobleza contra la autoridad real, conocidos como "La Fronda". "La Fronda" llevará a Francia a una época de inestabilidad y de guerra civil que durará 5 años.

NOTA2: Al estallar las tensiones entre el Rey de Inglaterra y el "Covenant" escocés, muchos de los mercenarios escoceses que luchaban en el continente al servicio de Suecia, en el transcurso de la guerra de los treinta años, retornaron a Escocia entre los años 1638 y 1640, para luchar por el "Covenant". Este incremento de profesionales militares, que conformaron el núcleo del ejército que levantó el "Covenant" escocés, hizo que éste fuera superior al ejército inglés, formado mayoritariamente de milicias.

Al comenzar la guerra civil inglesa en 1642, ambos bandos convocaron a los mercenarios británicos que luchaban en el continente. Los oficiales británicos que habían adquirido experiencia militar en el continente, luchando en el ejército holandés o en los ejércitos de la guerra de los 30 años en Alemania, fueron muy valorados tanto para el Rey como para el Parlamento.
Muchos de ellos acudieron a la llamada para combatir en las Islas británicas. Por ejemplo, en agosto de 1642, el Príncipe Ruperto y su hermano Mauricio llegaron a Inglaterra para luchar por el rey Carlos, acompañados por un grupo de oficiales y soldados ingleses y escoceses, veteranos de las guerras europeas.
También del Ejército hispánico de Flandes algunos oficiales mercenarios británicos retornaron para combatir en las IslasAsí, en 1644, Henry Gage -maestre de campo del tercio inglés al servicio de España en los Países Bajos- acudió a Inglaterra ante la llamada del rey Carlos, ofreciéndole sus servicios en Oxford. Al año siguiente encontró la muerte combatiendo en el puente de Culham, cerca de Abingdon. 
Además, tras llegar al Ejército de Flandes las noticias de la rebelión irlandesa contra Inglaterra (1641) y la subsiguiente guerra en Irlanda, Thomas Preston y Owen Roe O'Neill -ambos maestres de campo de sendos tercios irlandeses al servicio de España en Flandes- abandonaron sus cargos en 1642 y regresaron a Irlanda para entrar al servicio de la Confederación irlandesa de Kilkenny. Junto a ellos vinieron varios oficiales y soldados irlandeses veteranos de Flandes, además de armas y municiones. Preston quedó al cargo del Ejército confederado irlandés de Leinster, mientras que O'Neill quedó al cargo del Ejército del Ulster.

NOTA3: El coronel John Hampden, quien aparece mencionado en la relación de la batalla, se unió con su regimiento al ejército parlamentario al anochecer, cuando la batalla ya había terminado, por tanto no tomó parte activa en la misma.