En la entrada anterior señalé que los regimientos borgoñones fueron organizados en tercios en 1598, siguiendo lo anotado en el magnífico libro de Geoffrey Parker "El ejército de Flandes y el Camino Español 1567-1659". Sin embargo, esto induce a error, y los regimientos borgoñones fueron organizados en tercios en 1602, al igual que los valones.
La decisión fue propuesta al rey Felipe III por el Archiduque Alberto de Austria, gobernador y soberano de los Países Bajos españoles. Y era un intento de unificar todo el Ejército de Flandes en un mismo formato organizativo, y que las demás "naciones" de los Estados patrimoniales de la Monarquía española tuvieran las mismas atribuciones y ventajas que tenían los españoles, y de las que ya gozaban las unidades italianas del Ejército de Flandes. En carta escrita por el Archiduque Alberto al rey de España, en marzo de 1602, se solicitaba:
"(...) y mudándose los valones de regimientos a tercios es tanto más necesario el hacerse con los borgoñones, siendo los mismos los beneficios que dello redundan, en que interesa aún menos la hacienda de V. M., a quien suplico tenga por bien que se ponga al mismo pie de los españoles, (...)"
La confusión de señalar 1598 como el año en que los borgoñones pasaron a organizarse en tercios, viene dada en que, de alguna manera, los borgoñones ya gozaban del mismo "pie" de tercio que los españoles e italianos; es decir, a efectos prácticos tenían la misma organización y sueldo que los "tercios", pero a efectos nominativos se seguían denominando "regimientos".
Así todas las unidades pertenecientes a los territorios patrimoniales de la Monarquía española quedaron encuadradas en tercios en 1602: los españoles y los italianos, que siempre estuvieron organizados en tercios; y los valones y los borgoñones, que pasaron a organizarse en tercios ese mismo año.
En cuanto a las unidades mercenarias de la Monarquía española, los regimientos irlandeses, ingleses y escoceses pasarían también a organizarse en tercios a partir de 1602. Mientras que los mercenarios alemanes siempre se organizaron en regimientos.
Al comenzar el siglo XVIII, con la llegada de la dinastía Borbónica a España, y la Ordenanza promulgada en 1704, todas las unidades de la Monarquía española -tanto las de los territorios patrimoniales, como las propiamente "mercenarias"- pasarían a estar organizadas en regimientos, mandados por coroneles, siguiendo el modelo organizativo del ejército francés. Así, el rey Felipe V indicaba en la Ordenanza del año 1704 que:
"Toda la Infantería se forme en Regimientos, y cada uno se compondrá de doce Compañías inclusa una de Granaderos; en cada Compañía, un Capitán, un Teniente, un Lugar-Teniente, dos Sargentos, tres Cabos de escuadra, (...) de forma, que cada Compañía se componga de cincuenta hombres, y tres Oficiales superiores, que serán el Coronel, Teniente Coronel, y Sargento Mayor (...)"
No hay comentarios:
Publicar un comentario