sábado, 31 de octubre de 2020

La Guerra franco-española en el frente de Flandes (1649-1659)

 
Tras la firma de la paz de España con las Provincias Unidas de los Países Bajos, y el final en Europa de la llamada Guerra de los treinta años (1648), España y Francia continuaron en solitario su guerra personal en los distintos frentes de operaciones: Países Bajos, Italia y Cataluña. En el frente de los Países Bajos, el Ejército español de Flandes estará más holgado, al no tener ya sobre sí la amenaza al norte de las Provincias Unidas, destinando todos sus recursos contra Francia. Y aunque fue derrotado por los franceses en la batalla de Lens (1648), en Francia se origina un periodo de inestabilidad y guerra civil conocido como "La Fronda" (1648-1653), de la que el Ejército de Flandes sacará provecho apoyando a los sublevados. 
 
En 1649, los frondistas ("frondeurs") pronto iniciaron contactos con el archiduque Leopoldo-Guillermo, Gobernador de los Países Bajos españoles. Así, aprovechando que el ejército real francés se hallaba agotado por el bloqueo de París, el Ejército español de Flandes recuperó algunas de las plazas perdidas en las campañas anteriores: En abril, el conde de Fuensaldaña reconquistó Saint-Venant tras un corto asedio de 8 días; y, unido al cuerpo de ejército del marqués de Esfrondato, retoma Ypres, tras 20 días de asedio.

Pintura que representa el sitio de Ypres por el Ejército español de Flandes, en 1649. La ciudad, que había caído en manos francesas el año anterior, fue recuperada en un corto asedio. (Toma de Ypres, Pieter Snayers, Museo del Prado)


En junio el ejército real francés, una vez rehecho, pasa a la ofensiva en Flandes. Y al mando del conde de Harcourt pone sitio a la ciudad de Cambrai (o Cambray). El Archiduque reunió tropas y se acercó a la plaza con intención de socorrerla. Al ver al enemigo encima, el conde de Harcourt levantó el asedio y se retiró en orden a Cateau-Cambrésis.
El Ejército de Flandes, reforzado por la caballería alemana del duque de Württemberg, tomó la plaza de La Motte-au-Bois, sin que pudiera hacer nada el conde de Harcourt, que se encontraba en Châtillon tratando de socorrerla.
 
En 1650, la insurrección de la Fronda se reanuda, pasándose al servicio del Archiduque el vizconde de Turena, uno de los mejores generales franceses: Turena entregó a los españoles la plaza de Stenay, y el archiduque Leopoldo le cedía 5.000 hombres y dinero para reclutar más soldados.
Reunidos los cuerpos de ejército del conde de Fuensaldaña y el de Turena cerca de La Capelle (o La Chapelle), penetran en Francia, tomando en pocos días Chatelet y sitiando luego la plaza de Guisa. El sitio de Guisa tuvo que levantarse a causa del temporal y las lluvias, sin embargo La Capelle cayó tras un breve asedio. Después se acercan a París, conquistando Chateau-Porcien y Rethel, provocando el desconcierto en la capital francesa.
Así, mientras Turena trataba de entablar negociaciones con la Corte francesa, el ejército hispánico sitiaba Mouzon, plaza que capituló mes y medio después, en noviembre. 
Tras rendirse la ciudad de Burdeos, en rebelión con la Corte francesa, de nuevo Mazarino pudo reforzar al Ejército real francés que actuaba al norte, al mando del mariscal Du Plessis-Praslin. Así, a comienzos de diciembre, el mariscal Du Plessis fue a retomar la plaza de Rethel, rindiéndola 4 días después. El vizconde de Turena llegó en su socorro, pero ya era tarde, teniéndose que retirar ante el escaso número de su ejército. Pero el ejército francés, al mando de los mariscales Du Plessis y Hocquincourt, le dio alcance, obligando a Turena a dar batalla. Turena fue derrotado y se retiró a la plaza de Montmedy. 

Escribe Juan Antonio Vincart (o Vincaert), "Secretario de los avisos secretos de guerra", como el ejército hispánico de Turena se vio forzado a combatir en Rethel con inferioridad númerica:
 
"Llegada esta mala nueva a Bruselas, fué muy sentida de S. A. y del Sr. Conde de Fuensaldaña; pero consoláronse luego con la consideración que habian quedado muchos más muertos de los enemigos que de los del vizconde de Toureina, y la reputación de haber 8.000 [soldados] osado pelear contra 20.000 [franceses], (...)"
 
En 1651, Turena abandona Flandes y vuelve al servicio de la Corte francesa. Se convino una tregua de unos meses y se entablaron negociaciones entre España y Francia, que resultaron infructuosas. Un ejército francés, al mando del mariscal D'Aumont, entra en Flandes y amenaza con tomar la ciudad de Saint-Omer. Mientras un cuerpo del Ejército de Flandes, al mando del marqués de Esfrondato, sitia y captura las plazas de Furnes (o Veurne) y Bergues Saint-Vinoc, con la intención de amenazar Gravelinas y Dunkerque.

En 1652 el archiduque Leopoldo recupera las importantes plazas costeras flamencas, así el conde de Fuensaldaña reconquista Mardick y Gravelinas, tras una semana de asedio. Dunquerke cae en septiembre, tras un corto sitio. Finalizando el año, el príncipe de Condé, general de los frondistas, derrotado, se ve obligado a abandonar París, poniendo su espada al servicio de España. El Archiduque aceptó el ofrecimiento, y de esta manera el vencedor de los españoles en Rocroi (o Rocroy) y Lens se pasó con hombres, armas y bagajes al servicio de sus antiguos enemigos.
Este mismo año la Monarquía española venció a Francia en todos los demás frentes: En el frente catalán se recuperó Barcelona, tras un largo asedio (1651-1652); en el frente italiano se toma la plaza de Casale, considerada como inexpugnable. 
 
 Izquierda: Detalle de una pintura que reproduce la plaza de Gravelinas, durante el asedio de 1652. (El sitio de Gravelinas, Pieter Snayers, Museo del Prado)
Derecha: Vista por satélite de la actual Gravelinas. La población francesa sigue manteniendo la misma fisonomía que tenía en el siglo XVII. (Fuente: Google Earth)

 
En julio de 1653 se rinde Burdeos, el último núcleo frondista, realizando al mes siguiente una entrada solemne en la ciudad el rey de Francia. Desde este momento Francia, libre de enemigos internos, dedicará todos sus recursos contra España y su aliado el príncipe de Condé.
Un cuerpo de ejército francés, al mando de Turena, se apodera de Rethel en un sitio de 4 días. Sin embargo, el conde de Fuensaldaña y el príncipe de Condé penetran en Francia, con un ejército de 24.000 hombres, y se apoderan de la pequeña plaza de Roye tras un corto asedio. En agosto Fuensaldaña y Condé se retiran al ser cortadas por Turena las líneas de suministro, evacuando Roye, y tratan infructuosamente de capturar Guisa. Ya en septiembre, Condé pasa a sitiar Rocroi, que capitula cerca de un mes después. Mientras, el ejército francés de Turena, que no trató de socorrer Rocroi, reconquistó Mouzon. Durante la campaña estallaron disputas y disensiones entre Condé y Fuensaldaña por las decisiones tomadas.
 
A comienzos de julio de 1654, el Archiduque pone sitio a la ciudad de Arras, con un ejército de cerca de 30.000 soldados, con el objetivo de que los franceses levantaran el asedio que, desde primeros de julio, tenían puesto a la plaza de Stenay.
El vizconde de Turena, al mando de otro ejército francés de 16.000 soldados, introdujo algún pequeño socorro en Arras, y maniobró para cortar las comunicaciones y líneas de abastecimiento del ejército sitiador.
A primeros de agosto, el cuerpo de ejército del mariscal Hocquincourt, que acababa de tomar Stenay, se une al ejército de Turena, que ahora suma 26.000 soldados. A finales de agosto, Turena y Hocquincourt asaltan las líneas fortificadas de asedio hispanas, obligando al archiduque Leopoldo a levantar el asedio y a retirarse a Douai (o Douay). Después de dejar Arras fuertemente protegida, en septiembre Turena capturó la fortaleza de Quesnoy.
 
Jerónimo de Barrionuevo, en sus "Avisos" de septiembre de 1654, sospecha que el pequeño ejército auxiliar del duque de Lorena pudo haber colaborado con el enemigo en el socorro de Arras. Debido a que las fortificaciones, reductos y trincheras hispánicas que rodeaban Arras se consideraban formidables: 
 
 "De [Ar]Ras han corrido estos días muy malas nuevas: que el francés la había socorrido día de San Luis, 25 de Agosto, (...) por decir que rompió el cordón [fortificado de asedio] por el cuartel de los Loreneses, (...) y todos estamos con grandes temores de alguna traición, que si no es de esta manera, no es posible entrar un pájaro con tres cordones anchísimos y profundos fosos, muchas medias lunas [obras defensivas del foso] y cortaduras, y cinco o seis citadelas [ciudadela o cuartel fortificado], cuatro baterías [de artillería] reales, (...)" 
 
En 1655, un ejército francés, al mando de Turena, entra en la provincia de Hainaut y, a mediados de junio, sitia la plaza de Landrecies, que rinde en menos de un mes. El Ejército hispánico de Flandes, al mando del Archiduque y de Condé, se repliega y toma posiciones defensivas. Así caen en manos de los franceses las plazas de Condé (ciudad) y Saint-Ghislain. Este año el duque Francisco de Lorena, hermano de príncipe Carlos IV de Lorena, se negó a prestar juramento de fidelidad a España y se pasó con las tropas auxiliares lorenesas al servicio de Francia.
 
El año 1656 comienza con cambios en el alto mando del Ejército español de Flandes: así el archiduque Leopoldo es reemplazado por don Juan José de Austria, hijo bastardo del Rey de España, en el gobierno de los Países Bajos. Y el vallisoletano conde de Fuensaldaña es sustituido por el valenciano marqués de Caracena en el mando del Ejército de Flandes.
A mediados de junio, un ejército francés de más de 20.000 soldados, al mando del vizconde de Turena y del mariscal La Ferté, tras amagar hacia Tournai (o Tournay) se dirigen a Valenciennes, iniciando el sitio a esta ciudad. A primeros de julio, el Ejército de Flandes, al mando de Juan José de Austria y del príncipe de Condé, acampa cerca de los sitiadores, con intención de socorrer Valenciennes. 
La noche del 16 de julio el ejército hispánico ataca el campo fortificado francés, asaltando el cuartel de La Ferté, haciéndole prisionero, y obligando a Turena a levantar el asedio, retirándose éste a Quesnoy.
 
De nuevo Barrionuevo, en sus "Avisos" de agosoto de 1656, indica como en la batalla de Valenciennes se cobró venganza de los loreneses:

"(...) que el Príncipe de Condé pidió el asalto de las trincheras que guardaban los loreneses que se fueron al Francés con el Príncipe Francisco, hermano del Duque [de Lorena], y que entrando, rompiéndolos valerosísimamente, y pidiendo ellos cuartel, no quiso dársele, diciendo en altas voces: <<¡Traidores, traidores! Corta, Corta!>>"  
 
Después de la victoria, el Ejército hispánico de Flandes sitió y capturó la plaza de Condé (agosto) e inicia los preparativos para sitiar Saint-Ghislain, pero tiene que abortarlos debido a lo avanzado de la campaña. Mientras Turena sitió La Capelle, la cual rindió en 4 días (septiembre).
 
Detalle de un grabado de la batalla de Valenciennes (1656). Aquí se muestran parte de las obras de asedio francesas, y con la letra "C" se indica el cuartel fortificado de los loreneses, ahora al servicio de Francia. (Grabado anónimo neerlandés del siglo XVII, Rijksmuseum)
 

En marzo de 1657, la República inglesa de Oliver Cromwell -que estaba en abierta hostilidad con España desde 1655- firmó un tratado con Francia, mediante el cual Cromwell le entregaría hombres y dinero para recuperar las plazas corsarias flamencas, quedando Gravelinas para Francia, y Mardick y Dunkerque para Inglaterra.
Por su parte a los Países Bajos españoles llegaron los exiliados realistas ingleses e irlandeses, al mando del duque de York, los cuales fueron expulsados de Francia.
La campaña de 1657 se inicia con la reconquista de Saint-Ghislain por el ejército hispánico del príncipe de Condé (marzo). El vizconde de Turena, al mando del ejército francés, puso sitio a la ciudad de Cambrai, sin embargo Condé pudo introducir un socorro de tropas en la plaza, obligando a Turena a levantar el asedio (mayo).
A comienzos de junio el ejército francés de Turena fue reforzado por el contingente auxiliar inglés, compuesto por 6.000 soldados veteranos. Así un cuerpo de ejército francés, al mando de La Ferté, inicia el sitio de Montmedy (junio), capturando la plaza 2 meses después. Mientras el ejército de don Juan José de Austria amaga hacia Calais y sitia sin éxito la plaza de Ardres, con la intención de distraer al ejército francés para que levante el asedio a Saint-Venant. Turena no se mueve y Saint-Venant cae en sus manos (agosto). 
Finalmente el ejército anglo-francés sitia y captura La Motte-au-Bois (septiembre) y el puerto flamenco de Mardick (octubre), que cae en pocos días. Poco después un ataque hispánico desde Dunkerque trató de reconquistar Mardick, sin embargo la guarnición rechazó el ataque.

A comienzos de 1658, el mariscal francés Hocquincourt, pasado al servicio de la Monarquía española en 1656, trató con el gobernador francés De Fargues la rebelión y entrega de la plaza de Hesdin a la causa española.
En mayo, el mariscal D'Aumont intenta sin éxito tomar por sorpresa el puerto flamenco de Ostende, quedando prisionero en el ataque.
Para la nueva campaña Cromwell envió 4.000 soldados ingleses más de refuerzo, y la armada inglesa reanudaba el bloqueo de los puertos flamencos. El ejército francés, al mando de Turena, tanteó la plaza rebelde de Hesdin y, a finales de mayo, junto al cuerpo de ejército inglés, sitió Dunkerque.
A mediados de junio el Ejército hispánico de Flandes, al mando de don Juan José de Austria y el príncipe de Condé, se acerca a la plaza con la intención de socorrerla -a marchas forzadas y sin artillería que le estorbase el camino- acampando en orden de batalla en las dunas cercanas a las lineas de asedio anglo-francesas. El vizconde Turena, informado que don Juan esperaba la llegada de artillería y refuerzos, prepara a su ejército para dar batalla al día siguiente: 
La flota inglesa bombardeó el flanco derecho del Ejército de Flandes. Se repite el escenario de Rocroi (1643) y Lens (1648), la caballería que protege los flancos hispánicos es derrotada, sacrificándose hasta el final la infantería española. Don Juan José fue derrotado en la llamada tercera batalla de las Dunas, abandonando su ejército el campo de batalla en dirección a Furnes. Acabada la jornada, un agotado Turena escribía de forma breve a su esposa, que traducido al castellano dice lo siguiente:

 "A la mariscala de Turena:
Os pongo dos palabras para deciros que hoy ha ocurrido una gran acción (...) El Príncipe Condé y D. Juan han sido enteramente destruidos en el campo. La Berge [Capitán de la guardia] ha muerto. Estoy tan cansado que no podría escribir nada más (...) Turena. El 14 de junio."
 
Dunkerque capituló 10 días después de la batalla, habiendo muerto en su defensa el gobernador marqués de Lede. Una relación de la campaña señala:

"A 26 [de junio] recibió S. A. aviso de la rendición de Dunquerque, después de una defensa mayor (...) debida principalmente al valor y buena disposición del Marqués de Lede, (...) perdiendo la vida por el servicio de Dios y de S. M. de una herida que recibió."
 
Tras la batalla Turena sitia y captura las plazas de Bergues Saint-Vinoc, Furnes y Dixmude (julio); en agosto cae Gravelinas, tras casi un mes de asedio. El Ejército de Flandes se ve obligado a replegarse para proteger el eje Gante-Brujas-Bruselas, amenazadas por el ejército de Turena. Así se ordenó que el duque de York fuese a Brujas; el príncipe de Condé a Tournai; el marqués de Caracena a Gante; Don Juan José a Bruselas; y el príncipe de Ligne se acercase a Courtrai. Mientras el cuerpo de ejército francés de La Ferté se une al de Turena, y ambos atacan Oudenaarde, que cae en 1 día, para después tomar Menin. El pequeño cuerpo de ejército hispano -1.500 soldados- al mando de Ligne fue sorprendido en pleno avance, siendo derrotado y obligado a refugiarse en Ypres, plaza que Turena asedia pocos días después (septiembre).  
 
Según una relación contemporánea de la campaña:

"(...) la impensada desgracia que tuvieron las tropas del Príncipe de Ligni, (...) siendo cargadas de 4.000 caballos y los dragones [infantería montada] de ambas armadas [de Turena y La Ferté], tan de golpe, (...) con que todo se puso en desorden y confusión, y el Príncipe, herido ligeramente en una pierna, pudo salvarse a Ipre con hasta 300 caballos, y otra parte a Lila [Lille] con el Teniente general de la caballería, D. Francisco Pardo, y la infantería quedó toda prisionera; y habiendo con esta novedad enviado a Ipre el Sargento general Basecourt un tercio de 150 dragones, fueron también derrotados por los enemigos, los cuales a toda prisa tomaron los puestos a Ipre, (...)"
 
A finales de septiembre Ligne rinde la plaza de Ypres, tras una tremenda voladura en uno de los almacenes de pólvora. Turena llega a amenazar las cercanías de la propia Bruselas: así una correría francesa ocupa Ninove, saquea la población de Grammont y alcanza la de Alost, que rechaza a los franceses.   

En mayo de 1659, ante las negociaciones de un tratado de paz entre España y Francia, se acuerda una suspensión de las hostilidades en los Países Bajos españoles, no habiendo campaña militar durante este año. En noviembre las dos monarquías firman la paz definitivamente, en la isla de los Faisanes, situada en la desembocadura del río Bidasoa y en la frontera franco-española. 
El tratado de paz fue favorable para Francia, ya que en los Países Bajos ganaba la mayor parte de las plazas del Artois (Arras, Hesdin, Bapaume, Béthune...); en Flandes gana las plazas de Gravelinas, Bourbourg y Saint-Venant; en Hainaut, gana las de Avesnes, Landrecies y Quesnoy; en Namur, las de Philippeville y Marienburgo; y en Luxemburgo, las de Thionville, Montmedy, Damvillers e Yvoi. La plaza de Dunkerque se cedía a los ingleses. España cedía también el Rosellón catalán. Francia nos devolvía el Charolais y el resto de las plazas ocupadas en los Países Bajos, Cataluña e Italia. España abandonaba las plazas de Rocroi y Chatelet. De este modo se puso fin a la guerra que España y Francia venían librando desde el año 1635, en el marco de la Guerra de los treinta años (1618-1648), y que había continuado durante otros 10 años más. 
 
 
Grabado alegórico que ensalza la victoria francesa en las dunas de Dunkerque (1658). En primer plano, dos mujeres, que representan a la prudencia y la fuerza, sostienen un mapa de Flandes, que enseñan al rey de Francia, Luis XIV. El Rey está acompañado por el cardenal Mazarino y el duque de Anjou; detrás de ellos los mandos del ejército: Turena, La Ferté y Castelnau. Al fondo, la batalla de las Dunas; la ciudad de Dunkerque arriba a la derecha; y al margen superior izquierdo, la escuadra inglesa -"l'Armée Angloise"- que abre fuego contra las posiciones hispánicas. (Grabado de Jean de Frosne)
 
 
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NOTA1: El duque Carlos IV de Lorena fue acusado de negociar con Mazarino y del fracaso de las operaciones militares, siendo detenido en Bruselas en enero de 1654 y trasladado al Alcázar de Toledo. Allí estuvo preso hasta que fue liberado tras la Paz de los Pirineos (1659). Esto motivó que su hermano dejara de servir a la Monarquía española y pasara con el ejército lorenés a Francia en 1655.

NOTA2: El 12 de junio, 2 días antes de la batalla de las Dunas, el mariscal Hocquincourt -en ese momento al servicio de España- murió a consecuencia de un balazo, cuando realizaba un reconocimiento de las líneas anglo-francesas.

NOTA3: En los frentes italiano y catalán las operaciones militares tuvieron resultados alternos:

En el frente italiano: En 1649, don Juan José de Austria, nombrado virrey de Sicilia, aplaca una revuelta anti-española en la ciudad de Palermo. En Lombardía, el marqués de Caracena -gobernador de Milán- aprovecha la situación interna de Francia para tomar las plazas de Castelnuovo, Gualtieri y Pomponesco.
En 1650, Don Juan José, colaborando con el conde de Oñate -virrey de Nápoles- y el marqués de Caracena, arrebata a los franceses en una rápida campaña militar las plazas toscanas de Piombino y Porto Longone.
El año de 1651 fue tranquilo en el frente italiano. En 1652 se toma a los franceses la importante plaza de Casale, ante la que fracasó Espínola. A finales de septiembre de 1653 se produce una batalla sin resultado decisivo, en la que ni Caracena -al mando de los hispánicos- ni el mariscal Grancey -al mando de los franco-piamonteses- pudieron declararse victoriosos.
En 1655, el duque de Módena vuelve a cambiar de bando, entonces Caracena toma las plazas de Reggio-Emilia y de Corregio. El príncipe Tomás de Saboya, al mando de un ejército franco-saboyano-modenés, pone sitio a la ciudad de Pavía, pero Caracena se mueve con su ejército haciendo que el cerco sea inútil, y Tomás tiene que levantar el asedio.
En septiembre de 1656 la plaza de Valenza del Po cayó en manos del ejército franco-saboyano. En 1657 llegó ayuda desde Alemania y el conde de Fuensaldaña puede intentar la reconquista de Valenza.
En 1658 los franceses invaden el Cremonese. En julio el ejército francés, al mando del duque Francisco de Módena, se apoderó de la fortaleza de Cassano. Los franceses se apoderaban de Vigevano y de Mortara, llegando a las puertas de Milán.
En 1659, a la muerte de Francisco I de Este, los franceses colocaron a cargo de su ejército a su hijo, Alfonso IV de Este. Pero las conversaciones de paz paralizaron las operaciones miliares, teniendo que ir el propio Fuensaldaña a Madrid para tomar parte en ellas.
 
En el frente pirenaico-catalán: En septiembre de 1649 Juan de Garay, al mando del Ejército real hispánico en Cataluña, salió de Lérida y se apoderó de varias poblaciones (Vimbodí, Poblet, Montblanc, Cabra del Camp, Valls, Constantí, Torredembarra, Vilanova y Sitges); venciendo en los combates de Montblanc y Villafranca.
En 1650, el marqués de Mortara, al mando de las tropas reales, se apodera de Flix y de Miravet, poniendo sitio a Tortosa, que se rinde mes y medio después.
En 1651, Mortara comienza el asedio de Barcelona, mientras que don Juan José de Austria bloqueaba con su escuadra el puerto de la ciudad condal. Finalmente Barcelona se rinde a finales de 1652, poniendo fin de facto a la Guerra de los segadores, conflicto enmarcado en la Guerra de los treinta años y la Guerra con Francia. Sin embargo la guerra con los franceses y los núcleos de insurrectos catalanes continuará hasta la firma de la Paz de los Pirineos (1659). 
En 1653 los franceses invaden el Ampurdán y ponen sitio a la ciudad de Gerona, librándose una batalla en sus alrededores por el socorro de la ciudad, en la que don Juan José de Austria, virrey de Cataluña, resultó vencedor. Sin embargo los franceses se apoderan de Figueras.
En 1654 los franceses entran de nuevo por el Principado, apoderándose de la mayor parte del Ampurdán y de la Cerdaña. En 1655, Don Juan José recobró las plazas de Solsona y Berga. Al año siguiente fue llamado para hacerse cargo del Ejército de Flandes. El marqués de Mortara, virrey de Cataluña, vence a los franceses en Castelfollit (1657), Comprodón (1658) y a orillas del río Ter (1659).
 

2 comentarios:

  1. En Italia los franco saboyanos también intentan conquistar Alessandria en 1657.

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    1. Así es Borhammer99, más adelante me gustaría tratar el tema más en profundidad y mencionar otras acciones militares que no reflejo en ambas NOTAS.

      Un saludo y gracias por la aclaración.

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