domingo, 19 de diciembre de 2021

Mapas del frente de Extremadura en 1658-1659 y de la batalla de las Líneas de Elvas (1659)


En 1658, los portugueses realizaron una campaña ofensiva, reaccionando así a la pérdida de Olivenza del año anterior: el ejército luso sitió nuevamente Badajoz en junio, demorándose el asedio en los siguientes meses sin que pudieran tomar la plaza. Se organizó un ejército español de socorro con la intención de liberar la plaza. Don Luis de Haro, marqués del Carpio, fue nombrado general de este ejército, con el título de "Lugarteniente del Rey".
 
Vista del baluarte de San Vicente en Badajoz, construido en el último tercio del siglo XVII. En primer plano se puede observar una de las garitas de vigilancia. Durante la Guerra de la Independecia española (1808-1814), el baluarte de San Vicente fue asaltado por los británicos, durante el sitio de Badajoz de 1812, estando la ciudad ocupada por los franceses. (Foto del autor)
 
 
A comienzos de agosto los duques de San Germán y de Osuna rompieron el cerco, con la intención de dirigirse a Mérida y contactar con el ejército de socorro del marqués del Carpio. El marqués de Tenebrón, que sirvió en la caballería española durante el asedio, relata la rotura del cerco, en la que tomó parte, estando todavía convaleciente de una herida que sufrió en el fuerte de San Miguel:

 "Este mismo año de 58, estándose el ejército en Mérida y nosotros en Badajoz sitiados, se resolvió hacer salida con la caballería; y salió el señor Duque de San Germán, Capitán general, y el señor Duque de Osuna, General de la caballería, y nos llevaron a todos los capitanes que estábamos convalecientes de heridas, para formar el ejército, y una noche forzamos la línea del enemigo con mil caballos. Yo iba bien malo y sin poder mover el brazo derecho; hubo muchísimas balas mientras la infantería allanaba la línea [fortificada de asedio] para poder pasar nosotros; y fué bastante tiempo el que se tardó, (...)
 Acabóse la faena y pasamos, y el enemigo nos cargó con tres mil caballos hasta Alburquerque, (...)"

En octubre, don Luis de Haro y el duque de San Germán partieron de Mérida con la intención de liberar Badajoz. En 2 días pasaron por Lobón y llegaron a Talavera, cerca de la ciudad asediada, donde hicieron un consejo para determinar la manera donde romper el asedio portugés. Pero Méndez de Vasconcelos, con el ejército portugués muy mermado por las bajas, decidió levantar el asedio antes de que llegaran los españoles y evitar así la batalla. De esta manera don Luis de Haro entró sin oposición en Badajoz.

El conde de Ericeira, militar portugués en estas campañas y cronista de la guerra, relata como el ejército luso, reducido por las bajas a unos 11.000 soldados, se retiró hacia Elvas, tras incendiar sus cuarteles y el puente de barcas por el que cruzó:  

"(...) e encorporado o exercito, passou Guadiana com nove mil Infantes, e mil e oitocentos cavallos, havendose dado fogo a Atalaya do Cerro do vento, (...) Recolheose a ponte de barcas, por que passou o exercito, (...) se lhe deu fogo por arbitrio de Simaô Correya, que marchava na retaguarda (...)
Porém Joanne Mendes [de Vasconcelos], ou cançado do grande trabalho, e afflicçaô, que tinha padecido, (...) elegeu o partido de retirar o exercito a Elvas, (...)"

El general portugués Méndez de Vasconcelos fue depuesto del cargo, encarcelado y procesado; pero en 1659 fue absuelto de los cargos y liberado: "que Joanne Mendes [de Vasconcelos] procedeo como devia ás obrigaçoens do posto, que occupou no exercito de Alentejo, (...) por cuja razaô o mando soltar, e que se naô proceda contra elle:", según refiere Ericeira.


Seguidamente los españoles se internaron en Portugal y avanzaron hacia Elvas. El ejército real de Luis de Haro tomó las poblaciones de Barbacena, Santa Eulalia, y la villa y castillo de Villa Boim (o Vila Boim), que cambiaron de manos varias veces durante la Guerra de la Restauración:

"(...) se renderaô com pouca resistencia as pequenas Villas de S. Eulaya, e Villa-Boim, tam incapazes de se defenderem, (...)", nos relata Ericeira.

"(...) que habiéndome hallado en todo el sitio de Badajoz y en todas las operaciones de aquella campaña y castillos que ganamos de Santa Olalla, Villabuí y Barbasena, (...)", según refiere Tenebrón.

Los españoles pasaron el mes de diciembre asediando Elvas, lo que produjo que alrededor de 3.000 hombres desertaran, debido a las inclemencias del duro invierno, y a las octavillas lanzadas por los portugueses que prometían buen trato a los desertores y salvoconducto a España.
Se produjeron varias salidas y combates por algunas posiciones. Tenebrón cita uno de estos pequeños combates o escaramuzas, que fue por la captura de las reses del enemigo (noviembre): 

 "El año de 58 sitiamos a Yelves [Elvas], y durante el sitio discurrieron los señores Generales quitarle el ganado que salía a pacer; montamos a caballo toda la caballería una mañana, (...) Yo estaba en la retaguardia, y el Comisario general, Don Pedro de Quintanal, me sacó y puso en la manguardia [o vanguardia], y me dió cuatro partidas de a quince caballos, cada una con su Teniente, (...) y entonces tomé la vuelta con el batallón y los fuí cubriendo; (...) nos dispararon la artillería con balas de mosquete, que sonaban en las hojas de los olivos, como si granizara; y así que nos alargamos más, nos tiraron con las balas gordas muchos balazos, (...) Y hice otro reparo; que los soldados que murieron eran de otras compañías, y de la mía no murió ninguno, (...)"
 
Izquierda: Plano de la plaza fortificada de Elvas, realizado por el cartógrafo francés Nicolas de Fer en 1705. Al comienzo de la Guerra de la Restauración portuguesa (1640-1668) se fortificó, construyéndose las murallas y baluartes que rodean la ciudad. Sus fortificaciones restieron a los españoles en 2 ocasiones: un sitio de varios días realizado por el marqués de Torrecuso (1644) y el asedio más serio del marqués del Carpio (1658-1659).
Derecha: Vista por satélite de la actual ciudad portuguesa de Elvas. La ciudad lusa mantiene la misma fisonomía que tenía en el siglo XVII, conservando a día de hoy su recinto fortificado. (Fuente: Google Earth)
 
 
Los portugueses fueron reuniendo un ejército de socorro en Estremoz, al mando de Antonio Luis de Meneses, futuro marqués de Marialva. Se ordenó que las poblaciones de Villa Boim, Santa Eulalia y Barbacena, tomadas por los españoles durante la campaña, fueran abandonadas, ante la proximidad del ejército de socorro luso.
En enero de 1659, el ejército portugués de Meneses, junto con parte de la guarnición de Villaviciosa (o Vila Viçosa) y de otras plazas, se presentó ante Elvas y atacó las trincheras españolas, forzando a los españoles a retirarse a Badajoz con pérdidas elevadas y el propio duque de San Germán herido en la cabeza.  

En el frente gallego se obtuvieron mejores resultados: el marqués de Viana, al mando del Ejército español de Galicia, cruzó el río Miño, venciendo a los portugueses en Villanova de la Cervera (Vila Nova de Cerveira), tomando Lapela (octubre), y asediando después las plazas de Monzón (o Monçao) y Salvatierra, las cuales se rindieron a comienzos de 1659.
 
 
Un mapa, realizado por el cartógrafo francés Nicolas de Fer en 1705, muestra la frontera extremeño-portuguesa, con las principales poblaciones y plazas fuertes. Este mapa servirá para reflejar las operaciones militares en este frente fronterizo, durante la campaña de 1658-1659. 
 
 
 


 
 
MAPA DE LA BATALLA DE LAS LINEAS DE ELVAS 
 
Un grabado comtemporáneo, realizado hacia 1661 por Pierre de Saint-Colombe, ingeniero militar francés al servicio de Portugal, reproduce la batalla de las líneas de Elvas (1659), mostrando las líneas fortificadas de asedio de los españoles: con los pequeños fuertes que rodean la plaza, y con los distintos cuarteles en que se dividen las obras de asedio, estando cada uno de ellos al mando de un Comandante del Ejército de Extremadura. El cuartel de la Corte, donde se hospedaba don Luis de Haro, era el acuartelamiento mayor, y estaba situado lo más próximo a la frontera española y a Badajoz, para desde allí poder evacuar el campamento en caso de huida. 
 
 
 


 

_______________________________
NOTA1: El ejército portugués habría perdido durante los 4 meses que duró el asedio de Badajoz entre un 36% y un 47% de hombres -muertos por combate o enfermedad, capturados, desertores y desaparecidos- en función del número total de su ejército, citado en las distintas fuentes (Ericeira y Barrionuevo). Sin que pueda determinarse si los heridos y enfermos, que debieron ser muchos, estarían contabilizados en estas bajas, o en los cerca de 11.000 portugueses que se retiraron a Elvas, que cita Ericeira.

NOTA2: El conde de Ericeira señala que una muestra tomada en Badajoz al Ejército de Extremadura, al día siguiente de la batalla de Elvas, cifraba únicamente 6.300 hombres:

"(...) e passandose mostra em Badajoz no dia depois da batalha, se naô acháraô mais que cinco mil Infantes, e mil e trezentos cavallos, e destes perecéraô brevemente muitos de enfermidades adquiridas no rigor do inverno, (...)"

Sin duda muchos soldados españoles, que estarían desperdigados por los campos anexos, irían regresando a Badajoz en los días siguientes, aumentando los efectivos del ejército hispano. Las fuentes españolas cifran sus pérdidas en la batalla a poco más de 1.000 hombres, aunque durante el asedio las bajas hispanas totalizarían muchas más.
En cuanto las pérdidas de los portugueses, éstas también fueron cuantiosas durante el asedio de Elvas, debido a las enfermedades y el rigor del invierno. Así Ericeira menciona que algunos días se alcanzaban los 300 muertos entre los civiles y la guarnición de Elvas:

"porém taô lastimosamente offendidos das enfermidades, que me segura D. Sancho Manoel [de Villena o Vilhena], que ha dias, que morren trezentos homens;" 
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario