lunes, 13 de septiembre de 2021

Complemento a Uniformes y símbolos de identificación en la Guerra de la Restauración portuguesa


En una entrada anterior sobre los Uniformes y símbolos de identificación en la Guerra de la Restauración portuguesa se indicaba la uniformidad en la indumentaria de alguna unidad en concreto, sobre todo unidades portuguesas. 
Para las unidades propiamente españolas podemos indicar que, durante gran parte de la guerra, usaban mayoritariamente vestidos de color "pardo", difiriendo poco del de un civil, y al igual que sus enemigos portugueses. Será hacia el final de la guerra cuando se intentará alguna clase de uniformidad regimental.   

Al parecer los Tercios provinciales fijos, que se decidieron formar en 1663, fueron dotados de uniformes de distinto color para cada uno de ellos, con el fin de distinguirlos en el frente. Así, en 1665, se pudo capturar a varios desertores del Tercio provincial de Madrid al ser reconocidos por sus vestidos de color rojo.
Esta decisión se mantendrá en el territorio nacional a lo largo de todo el siglo XVII: Así en 1677, durante la Guerra de Holanda o Guerra franco-neerlandesa (1672-1679), una consulta de las Cortes de Aragón señalaba que el tercio del duque de Monteleón lleva "librea amarilla", el tercio de la Diputación de Cataluña la lleva "colorada", el tercio del duque de Medina-Sidonia tiene librea o casaca azul, "y otro [tercio la] lleva verde". En 1678 el tercio de Aragón lleva "casaca de paño azul" y las vueltas de "bayeta común pajiza" o color amarillo. Todas estas unidades de infantería se encontraban sirviendo contra los franceses en el Principado de Cataluña.
 
Detalle de una pintura que reproduce un "Auto de Fe" celebrado en Madrid en 1680, el cual muestra varios soldados y oficiales con casacas amarillas. Todos llevan fajas y plumas coloradas, color distintivo del ejército español. Un oficial abanderado porta una bandera amarilla con la cruz roja de San Andrés o de Borgoña. Se puede observar al tambor, y también un oficial al mando de la unidad: con "media armadura", escudo redondo o "rodela", espada y la banda roja. Además todos llevan un pañuelo anudado al cuello o "corbata", prenda que se ha ido introduciendo en la década anterior. (Francisco Rizi, hacia 1683, Museo del Prado, Madrid)
 

Sin embargo, en 1664, don Juan José de Austria, general del Ejército de Extremadura y promotor de los Tercios provinciales fijos, se quejaba -en carta dirigida a su padre el Rey- de la pobre calidad de los vestidos recibidos para sus soldados, comparando su aspecto con el de un simple pastor, y pidiendo al Rey que gastara más en la apariencia de sus soldados:

"He propuesto y suplicado tantas veces a V.Mg. la formación de los Tercios pagados [provinciales fijos], de que confío, (...) y ahora con ocasión de haber visto la calidad de vestidos, que ha traído el Pagador del tercio de Córdoba (que creo yo haría asco de ponérselos el más miserable pastor), (...) porque es cosa indignísima, que por el ahorro de doscientos reales más o menos en cada vestido, se vean estos pobres soldados, que tienen por inmediato dueño a V.Mg., peor tratados que el lacayo que sirve al más miserable amo (...)" (Badajoz, 18 de mayo de 1664)

Parece que el regimiento de la Guardia del Rey, que llegó al frente de Extremadura en 1660-1661, pudo disponer de algún tipo de uniformidad durante su corta presencia en Badajoz.
En 1660 el regimiento de la Guardia acude con el Rey a ratificar el tratado de paz con Francia, en la isla de los Faisanes, en la  frontera franco-española. Una relación del acontecimiento, escrita por el secretario Leonardo del Castillo, indica como estaba uniformado el regimiento de la Guardia del Rey: en la casaca o "sobrevesta", que era de color amarillo, lleva el escudo o las "armas" del Rey de España, y en los hombros la cruz de San Andrés o "aspa" de Borgoña. Así los describe:

"Tenían los soldados unas casacas amarillas, guarnecidas con franja de terciopelo ajedrezado de dos colores, y mirábanse en las partes opuestas que caían sobre los pechos y las espaldas las armas Reales bordadas con curiosidad y primor, figurándose también de los mismos torzales y matices en las que cubrían los hombros las cruces celebradas de Borgoña. Formaba una hermosa vista, lo que sobresalía este airoso traje en la alternativa de las picas y mosquetes y en la igual ordenanza de las hileras, y procedía en la frente del escuadrón el Duque de Veraguas con la misma casaca que los demás infantes y su pica."


Detalle de un grabado coloreado donde se muestra la ratificación de la Paz de los Pirineos (1659), en junio de 1660, en la isla de los Faisanes. Un puente une las dos orillas con la pequeña isla. También se muestra la disposición del regimiento de la Guardia española, y la caballería al mando de Baltasar de Urbina, venidos del ahora inactivo frente de Cataluña. (Escuela española del siglo XVII)
 
 
Vista por satélite de la actual isla de los Faisanes, en la desembocadura del río Bidasoa, en la frontera franco-española. Ya no están los puentes, ni el pabellón que se construyó para la rúbrica de los acuerdos de paz. (Fuente: Google Earth)
 
 
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NOTA1: La decisión de crear los Tercios provinciales fijos se tomó en septiembre de 1663, al conocerse el desastrado final de la campaña militar en Portugal, donde el Ejército hispano de Extremadura fue derrotado en la batalla de Estremoz (o Ameixial para los portugueses). Los Tercios provinciales fijos eran de carácter permanente y asignados a una provincia en concreto, que asumiría los gastos de mantenerlo. 
Los Tercios provinciales fijos fueron 5 al inicio, y se conocerían por el nombre de la provincia donde se reclutaba y se financiaba: tercio de Toledo; de Valladolid y Burgos; de Madrid; de Sevilla; y el de Córdoba y Jaén. Sin embargo, estos tercios tardaron en ser reclutados y no pudieron estar operativos hasta 1667, cuando ya era demasiado tarde para cambiar el rumbo de la Guerra con Portugal (1640-1668).
 
NOTA2: Si bien se parece observar hacia la década de 1670 una variedad de colores para cada tercio español en el frente peninsular (rojo, azul, verde, amarillo...), como vimos en una entrada anterior, en esta misma década, y las siguientes del siglo XVII, los tercios españoles en Flandes fueron ataviados con uniformes de color "gris-blanco", estadarizándose este color para todo el ejército español a comienzos del siglo XVIII. En Italia parece que, hacia el último tercio del siglo XVII, la mayoría de las unidades españolas vestían casacas "encarnadas" o de color rojo.   
 
NOTA3: En Mérida se documenta el alojamiento en sus casas del regimiento de la Guardia real, y el de su Teniente-coronel, el duque de Veragua, en agosto de 1661. La población extremeña ya había tenido que alojar en mayo de ese mismo año al tercio del conde de Gattinara.
 
A comienzos de 1661, figura así la plana mayor del regimiento de la Guardia de S.M. en Extremadura:

Teniente Coronel: Pedro Nuño Colón de Portugal, Duque de Veragua
Sargento-mayor: Juan Blas de Agriano
Ayudante del Sargento-mayor: Antonio Cantalapiedra

El regimiento se componía de 15 compañías, al mando de los siguientes Capitanes:

   Compañía coronela
   Compañía tenienta coronela
   Félix Pardo de la Costa
   Juan Miralles
   Don Juan Zurita y Mendoza
   Don Bartolomé de Agreda
   Manuel de Fonseca
   Miguel Tio Colomino
   Don Pedro Olivera
   Ignacio Ruiz de Murillo
   Don Antonio Feijoo
   Antonio Cardoso
   Marcelo Ruiz de Avila
   Juan Pino
   Francisco Barrosano

Cirujano-mayor: Felipe de la Fuente
Capellán-mayor: Juan Camacho Contreras
Tambor-mayor: Bartolomé Zamorano

2 compañías agregadas del Tercio "viejo" de la Armada del Mar Océano, al mando de los siguientes Capitanes:

   Don Pedro Bravo de Hoyos
   Don Pedro Cárdenas y Guzmán
 

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