lunes, 17 de febrero de 2020

Banderas de los insurrectos catalanes en la Guerra de los Segadores


El saqueo de las poblaciones catalanas de Riudarenes y Santa Coloma de Farners, y en especial el incendio de la iglesia de Riudarenes, provocó un enorme malestar en el Principado. El obispo de Gerona lanzó una excomunión general contra los tercios del rey Felipe IV.
A los tercios castellanos y extranjeros se les acusaba de herejes y sacrílegos. Había un odio especial en el Principado por los tercios de Arce y de Moles, a los cuales se les acusaba de las violaciones y excesos cometidos. Así nos lo cuenta el soldado portugués Francisco Manuel de Melo, cronista de la Guerra de Cataluña, donde combatió en 1640 y 1641:

 "[25] Casi en estos días pronunció el obispo de Gerona [fray Gregorio Parcero] una notable sentencia de excomunión y anatema sobre los regimientos [tercios] de Arce y Moles, declarándoles por herejes sacramentarios, y refiriendo en ella dos estupendos sacrilegios, uno en Río de Arenas [Riudarenes] y otro en Santa Coloma de Farnés, cosa ciertamente, o dudosa o creída, digna siempre de lágrimas."

Poco después, cuando los tercios abandonan La Selva en dirección al Rosellón, la iglesia de Montiró también será incendiada. En este sentido, los rebeldes catalanes se adjudicaban ser defensores de la iglesia católica frente a los invasores del Principado, y usarían banderas negras -como señal de luto- con emblemas religiosos. Así, prosigue Melo:

"Alzaron [los rebeldes catalanes] banderas negras por testimonio de su tristeza; en otras pintaban en sus estandartes a Cristo crucificado, con letras y jeroglíficos acomodados a su intento; y desta vista los catalanes cobraban aliento y disculpa, los castellanos temor y confusión."

El historiador catalán Narciso Feliu de la Peña, en sus "Anales de Cataluña", también lo recoge:

"(...) levantando [los rebeldes catalanes] Banderas negras, pintando en ellas con Emblemas expresivas de su dolor, a Cristo Crucificado, y al Divino Sacramento;"


A lo largo de la Guerra de los treinta años se produjeron rebeliones campesinas en varios países, debido a la presión fiscal para sostener la guerra, alojamientos de soldados, reclutas etc... entre otros factores. En 1626, la revuelta campesina en la alta Austria tuvo que ser aplacada con unidades regulares del Imperio Germánico y de Baviera. En 1636 un nuevo levantamiento campesino estalló en Austria, que fue sofocado con tropas estatales. Lo mismo ocurrió con las revueltas de los "Croquants" (1636) y "Va-nu-pieds" (1639) en Francia. El motín de Evora (1637), en Portugal, también fue aplacado por tropas castellanas enviadas desde España. En el grabado, un grupo de soldados incendia y saquea un monasterio. (Les Grandes Misères de la Guerre, Jacques Callot, 1633)



LA BANDERA O PENDON DE SANTA EULALIA

La bandera de Santa Eulalia era una enseña de la ciudad de Barcelona. Parece ser que hubo dos banderas de Santa Eulalia, una representativa de la ciudad (la militar) y otra de la catedral (la religiosa).
El historiador catalán Jerónimo Pujades, en su "Dietari", describe la bandera de Santa Eulalia, tal como la vio durante una procesión en 1601. Es decir, de tela de seda rojo carmesí, con la imagen de la Santa en medio, junto con las insignias de la ciudad de Barcelona y la del capítulo de la catedral:

"De tafetá carmesí molt gran amb orlas pintadas de or y plata y en lo mig la figura de dita Santa, y dos insignias, la una de la Ciutat y la otra del Capitol y al cap de asta caven dos cordons de seda carmesina y or ab bellisimas flochs en la fil."

Al inicio de la revuelta catalana se forma en Barcelona el tercio de Santa Eulalia. Así lo menciona Francisco Manuel de Melo:

"(...) y se comenzaron a ejecutar las levas [reclutas] prevenidas en las cofradías (son allí cofradías lo que en Castilla gremios). Destos [los gremios] se había de formar el tercio de la bandera de Santa Eulalia debajo el mando de su tercero conseller Pedro Juan Rosell."

Este tercio tomará parte en el socorro a la plaza de Tarragona (1640):
 
"De los socorros prometidos por la Diputación sólo había llegado el tercio dicho de Santa Eulalia, de ochocientos infantes bisoños [novatos]."

El tercio de Santa Eulalia también se distinguirá en la batalla del castillo de Montjuic, cuando éste fue asaltado por las tropas reales (1641):

"La fuerza de Monjuic entregaron a Monsiur de Aubiñí [D'Aubigny] (...) a ésta se juntaban algunas de su mejor infantería del tercio de Santa Eulalia, y el capitán Cabañas con hasta doscientos miquelets [miqueletes, milicianos catalanes];"

Es durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1714) cuando la bandera de Santa Eulalia juega un papel fundamental en la defensa de Barcelona, durante el asalto final de los borbónicos (1714). Así lo relata el capitán Francesc de Castellví, quien tomó parte en la defensa:

"La Bandera de Santa Eulalia, que llevaba el "conseller" primero [Rafael Casanova], llegó a las 7 dadas de la mañana (...)
Embistieron los sitiados con tanto denuedo, animados por la presencia de la bandera y de tanta gente de distinción que la seguía, que obligaron a los sitiadores a retroceder hasta la puerta Nueva, (...) y recobrando otra vez el baluarte de San Pedro, pasando a golpe de bayoneta a los sitiadores que le ocupaban."



Bandera o Pendón de Santa Eulalia: Diseño y colores especulativos.




Banderas de los rebeldes catalanes, hacia 1640: Diseño y colores especulativos.










Estandarte de caballería catalana o aragonesa, Asedio del castillo de Salses (Pintura mural anónima del siglo XVII, Huerta del Campanar, Valencia): Colores especulativos.




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NOTA1: Al inicio del siglo XVIII, durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), la bandera negra va a ser utilizada de nuevo por las milicias catalanas. Así en una relación del asedio de Barcelona por el ejército borbónico, atribuida al abad Anthelme Tricaud, se recoge como los defensores catalanes ondeaban en la brecha de la muralla una bandera negra con una calavera:

 "On vit sur le midy une troupe de femmes & de <<Licentiados>>, (ce sont des Ecoliers) s'avancer jusqu'à a la brêche, & y planter un drapeau noir, orné d'une tête de mort:"

El caballero francés Jacques de Viguier indica como durante el asedio los catalanes colocaron 3 banderas en las murallas: una roja, señal que no se harían prisioneros; otra blanca con un águila, símbolo de la casa de Austria; y otra negra con una calavera blanca en el medio, indicando que no esperaban ni habría cuartel.
Además en una publicación inglesa contemporánea a la Guerra de Sucesión, "The Deplorable History of the Catalans", J. Baker (1714), se indica como en 1713 los catalanes izaron en el castillo de Montjuic una bandera negra con un "moto" o lema relativo a la defensa de sus Privilegios. Y la ciudad de Cardona concedió a sus regimientos varias banderas negras con el lema "Viviremos libres o moriremos":

"(...) that the Catalans proclaimed War, by beat of Drum and sound of Trumpet, against France (...) and hung out a black Standard at Montjouy [Montjuic] with this Inscription, <<Death or our Privileges maintained>>.
They likewise raised three new Regiments' in the City [Barcelona], and gave them the Names of the <<Holy Faith>>, the <<Rosary>>, and the <<Conception>>. (...)
 The Inhabitants of Cardona and the Neighbouring Country being resolved likewise to defend themselves to the last Extremity, put that Place into a good Posture of Defence, and have formed five new Regiments to which they gave black Colours with Motto's importing, <<That they will live Free, or Die>>."

También se menciona las banderas con la calavera colocadas en la brecha de Barcelona, durante el segundo asedio borbónico a la ciudad de la guerra (1713-1714), aunque esta vez sin indicar el color:

"In the Day [1 de agosto], a Number of Men and Women of the Town placed in the Breach a Colours with a Death's Head in it."
    

2 comentarios:

  1. ummmm revueltas campesinas por los estragos de la guerra si. Pero revueltas separatistas como en Cataluña y Portugal solo las sufrió España.

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    1. Así es Daniel, la revuelta de Portugal fue claramente secesionista e impulsada por la nobleza; y la revuelta catalana toma después una deriva secesionista. También importante es la revuelta popular de Nápoles (1647-1648), que también adquiere un fin separatista, y que tuvo que ser sofocada con tropas reales enviadas desde España.

      Un saludo y gracias por el comentario.

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