domingo, 3 de noviembre de 2019

Banderas del ejército francés en la batalla de Thionville (1639)


A lo largo de los siglos XVI y XVII la infantería y caballería francesa usará como divisa en sus banderas una cruz blanca. Las banderas francesas con la cruz blanca fueron introducidas durante la Guerra de los Cien Años (1337-1453): A comienzos del siglo XV, en el contexto de esta guerra, el rey francés Carlos VI manda a sus tropas portar la cruz blanca como emblema, por influencia de la casa de Armagnac, que estaba en conflicto civil con la casa de Borgoña, la cual portaba la "croix rouge", y estaba apoyada por Inglaterra.
Es a lo largo del siglo XV cuando se muestra en las ilustraciones y miniaturas al ejército francés con la cruz blanca como divisa, tanto en las banderas como en las ropas de los soldados.

Detalle de una miniatura francesa del siglo XV que muestra al ejército francés en la batalla de Castillon (1453), durante la Guerra de los Cien Años. Los soldados portan como símbolo de identificación la cruz blanca en la bandera y en su indumentaria. (Chroniques, de Enguerrand de Monstrelet)


Miniatura francesa del siglo XV que muestra la toma de Verneuil por el ejército francés (1449), en la Guerra de los Cien Años. Los soldados franceses portan la cruz blanca en la bandera y en sus ropas. (Vigilias de Carlos VII, de Martial d'Auvergne)


Ya a comienzos del siglo XVI, en las llamadas Guerras de Italia (1494-1559), la cruz blanca es usada como divisa en las banderas y vestimentas de los soldados franceses. Así, el cronista fray Prudencio de Sandoval señalaba como en la batalla de Bicoca (1522) los franceses trataron de sorprender a los imperiales quitándose sus divisas y enseñas, colocándose las de los hispano-imperiales:

 "Por la mano derecha venía otro escuadrón de caballos franceses, mudada la cruz blanca, de que ellos usaban, en colorada, pretendiendo Lautrech que los suizos entrasen el [campamento] real a las vueltas con los españoles."

Esta clase de incidentes llegaron a ser corrientes en la época. Durante el asedio francés a la plaza de Pavía (1524-1525), dice Sandoval como dos oficiales españoles, que portaban la cruz blanca en sus ropas, lograron burlar el cerco y entrar en Pavía:

 "Hecho esto, y puestas sus cruces blancas, que es la insignia de los franceses en la guerra, se partieron para el campo francés, donde fueron bien recibidos (...)"

En la batalla de Pavía (1525) relata Sandoval como los arcabuceros españoles disparaban a todo aquel que llevaba la cruz blanca en la ropa, o que no estaba "encamisado":

"Pero en viendo cruz blanca o el caballero sin camisa sobre las armas, daban con ellos en tierra."

Detalle de un tapiz de la batalla de Pavía, mostrando a los soldados franceses y mercenarios suizos huyendo por el puente del río Ticino. Los soldados a sueldo de Francia llevan la cruz blanca como divisa en el pecho y espalda en sus ropas, así como en la enorme bandera que porta el soldado de la derecha. (Tapiz flamenco de la serie "La batalla de Pavía", Bernard van Orley)


Durante el siglo XV y XVI los franceses usaron la cruz blanca como divisa en contraposición de la cruz roja usada por sus enemigos: ingleses, borgoñones, imperiales alemanes y los españoles. Relata Sandoval de la campaña de 1544:

 "En este tiempo, los caballeros franceses, con sus cruces blancas, y los imperiales con las coloradas, tuvieron buena conversación, (...)"

Las banderas con la cruz blanca sobre campo azul debieron ser muy comunes. Durante el levantamiento de Siena (1552) relata Sandoval la captura de una bandera francesa similar:

"los cincuenta españoles hicieron una encamisada, y dieron en ellos con tanto ímpetu, que les ganaron una bandera azul con la cruz blanca, y los desbarataron y prendieron muchos, (...)"

También las banderas con la cruz blanca sobre un campo rojo. Una relación anónima sobre el sitio de la plaza francesa de San Quintín (1557) dice:

 "Hoy han puesto los franceses banderas en las murallas, coloradas, con cruces blancas, y asomáronse algunos franceses a la muralla y decían bravezas como ellos suelen decirlas."

Detalle de un fresco que reproduce a los soldados franceses en la batalla de San Quintín. Los soldados portan banderas de diversos colores -amarillas, granates y roja- todas ellas con la cruz blanca como divisa. (Fresco de Nicola Granello y Fabrizio Castello, Sala de las batallas, Monasterio del Escorial) 


Asimismo es común ver representadas, en pinturas y grabados de los siglos XVI y XVII, banderas y estandartes con las armas reales de Francia (tres flores de lis). La enseña real, con las flores de lis en campo azul, fue usada por los monarcas franceses al menos desde el siglo XII.

Izquierda: Detalle de una miniatura del siglo XV que muestra al ejército francés sitiando Harfleur, durante la campaña de Normandía (1449-1450), en el transcurso de la Guerra de los Cien Años. Los franceses portan la bandera real, con las flores de lis, y una bandera con la cruz blanca en campo azul. (Chroniques, de Enguerrand de Monstrelet) 
Derecha: Detalle de una miniatura del siglo XV que representa al ejército francés en la batalla de Azincourt (1415), en la Guerra de los Cien Años. La enseña real, con las flores de lis, yace tendida en el suelo, al igual que varios soldados franceses que llevan la cruz blanca en sus vestidos. (Brut Chronicle)


Las lises doradas se convirtieron en un símbolo tan fuerte que se consideraba sinónimo de la propia Monarquía francesa. Así, Sandoval relata como durante el sitio de Logroño (1521) por el ejército franco-navarro, éstos "traían por nombre o apellido: «¡Viva el rey, e la flor de lis de Francia y la Comunidad de Castilla!»" Y el soldado portugués Francisco Manuel de Melo, cronista de la Guerra de Cataluña, refiriéndose a la entrada del ejército francés en Guipúzcoa (1638), dice: "viendo España entonces las lices [lises] de sangre, que ya la antigua paz y deudo habían vuelto de oro".

Detalle que muestra soldados franceses combatiendo a los españoles, en el frente pirenaico o el italiano. La bandera lleva varias flores de lis doradas sobre campo azul. En primera línea combate un "rodelero", armado con espada y escudo. (Pintura de Cornelis de Wael)


Ya en el siglo XVII parece que tanto españoles y franceses dejaron de usar cruces en los vestidos de los soldados, relegando a símbolos de identificación los acordados por los soldados el mismo día de la batalla. Si bien los oficiales españoles usaron bandas y plumas de color rojo, los oficiales franceses usaron bandas, fajas y plumas de color blanco. Así, en la batalla de Rocroi (1643) el general francés duque de Enghien llevaba un sombrero "guarnecido de grandes plumas blancas", y vestía "la espada en la mano, con sola una hungarina [especie de chaquetón] roja y su banda blanca,". También los franceses acordaron un "santo y seña" para el día de la batalla: "la voz que también tenían para juntarse era la de Enguien."

Detalle de una pintura de la batalla de Rocroi. En él se muestra una compañía de coraceros franceses, todos con bandas de color blanco, penachos de plumas blancas y rojas, y estandarte de color blanco. (Pintura de Justus van Egmont)


No cabe duda que estos símbolos de identificación usados por el ejército francés en la batalla de Rocroi (o Rocroy) son los mismos que utilizaron en la batalla de Thionville (o Diedenhofen, en alemán). Así viene representado en una serie de cuadros que encargó Octavio Piccolomini -el general imperial de origen italiano, vencedor de la jornada-. El pintor flamenco Pieter Snayers fue el encargado de realizar las pinturas, las cuales se realizaron durante la década de 1640. En las pinturas Snayers reproduce las banderas y estandartes franceses con las cruces blancas o con las flores de lis.


También la caballería viene representada con fajas y plumas de color blanco, al igual que los oficiales.



Igualmente, a partir de 1610 se entrega una bandera blanca coronela a los regimientos permanentes del ejército francés. Es decir "l'enseigne blanche" será portada por los 4 regimientos llamados "viejos" o "vieux", los más antiguos y considerados de élite: Picardía ("Picardie"), Piamonte ("Piémont"), Champaña ("Champagne") y Navarra ("Navarre"). El privilegio de portar el "drapeau blanc" también lo tenían los regimientos de élite de las Guardias Francesas ("Gardes françaises") y las Guardias Suizas ("Gardes suisses"). Posteriormente este privilegio también se extenderá al regimiento de Normandía ("Normandie") y a los llamados "petits vieux": los regimientos de Rambures, de Sault, de Vaubécourt, de Chappes y de "Auvergne".
En 1635, al intervenir directamente Francia en la Guerra de los treinta años, 19 regimientos tenían la bandera blanca coronela del Rey; y en 1636, 22 regimientos la tenían, de un total de más de 100 regimientos franceses levantados para ese año. 

 Izquierda: Detalle de un soldado abanderado francés portando una enorme enseña blanca, durante el combate por el Paso de Susa (1629). (Pintura de Claude de Lorena)
Derecha: Detalle de un combate entre soldados franceses y españoles en el teatro de operaciones Pirenaico o de la Península itálica. Un alférez, o su abanderado, porta una bandera militar blanca. (Cornelis de Wael)


La bandera del regimiento de Bussy-Rabutin es conocida. El propio Bussy-Rabutin, quien tomó parte en la batalla de Thionville (o Diedenhofen), relata como durante la confusión del combate pudo recuperar su bandera:

"Je rencontrai dans le champ de bataille un jeune Gentilhomme de mes parens, nommé le Lonzat Fradel, Enseigne de mon Régiment, avec son drapeau: je le lui pris, & je le sauvai."


Por último, las banderas de ordenanza del siglo XVIII pertenecientes a los regimientos sucesores de Grancey y Plessis-Praslin, que estuvieron presentes en la batalla de Thionville, se atribuye ser las mismas en forma y diseño a las que portaron a lo largo del siglo XVII y en especial durante la guerra de los treinta años. 



Bandera blanca coronela perteneciente a un regimiento de infantería francés




Bandera ordinaria de infantería francesa atribuida al regimiento de Picardía




Bandera ordinaria de infantería francesa perteneciente al regimiento de Navarra: Diseño especulativo.




Bandera ordinaria de infantería francesa atribuida al regimiento de Rambures




Bandera de infantería francesa atribuida al regimiento del Marqués de Canisy




Bandera de infantería francesa atribuida al regimiento de Bussy-Rabutin




Bandera de infantería francesa, posiblemente una bandera blanca coronela o de las Guardias Francesas, presente en la pintura El paso de Susa forzado por Luis XIII (Claude de Lorena)




Bandera de infantería francesa, presente en los cuadros El sitio de Ayre-sur-la-Lys y en la serie La batalla de Thionville (Pieter Snayers)




Bandera de infantería francesa posiblemente perteneciente al regimiento del Conde de Grancey




Bandera de infantería francesa posiblemente perteneciente al regimiento de Plessis-Praslin




Estandarte de caballería francesa, serie La batalla de Thionville (Pieter Snayers)




_______________________________
NOTA1: En el siglo XVII, cada regimiento francés tenía una bandera blanca coronela, y una bandera de ordenanza -cruz blanca y colores diversos en los 4 cuarteles en que se divide- por cada compañía que tuviera el regimiento, y cuyo número fue variando a lo largo de los años posteriores.

NOTA2: A los regimientos franceses de élite Picardía ("Picardie") y Rambures les hemos visto combatiendo 4 años más tarde en la batalla de Rocroi (1643), ocupando una de las posiciones más expuestas de la vanguardia, protegiendo las alas de la primera línea de infantería. En la misma batalla combatirá también un regimiento llamado Bussy, en el flanco de la segunda línea de infantería, aunque debe tratarse del regimiento de Bussy-Lameth.

NOTA3: El regimiento de Picardía estaba al mando del marqués Pierre de Breauté, quien era sobrino del Pierre de Breauté que vimos morir combatiendo, al servicio de las Provincias Unidas, en el llamado "Desafío de Breauté", 39 años antes de la batalla de Thionville. Y era primo a su vez del otro Pierre de Breauté, que murió combatiendo en el sitio de Breda en 1624, también al servicio de las Provincias Unidas, tratando de vengar el honor de su padre, en un nuevo desafío con soldados flamencos del Ejército de Flandes. Herman Hugo, capellán militar de Espínola y cronista del asedio de Breda, relata este nuevo desafío, ocurrido 24 años después del primero:

"Un trompeta Francés, (...) enviaron al Conde Juan de Nassau; le provocó en nombre de la Nobleza Francesa, para que (...) probase con ellos la mano. Prometió el Conde de hallarse el día siguiente a la hora que señaló, con tres compañeros, y sin otras armas que la espada y dos pistolas: (...) se puso [el Conde Juan de Nassau] a vista de los cuarteles del enemigo acompañado de otros tres, que eran el Capitán Steenhuyse[n] y los dos Tenientes de las compañías de caballos de Grobbendonck el mozo [Lancelot Schetz], y de Botberghe. Salieron del campo contrario cuatro caballeros, quedando otros diez y seis algo más apartados, y viéndolo otros trescientos desde la última trinchera; que entre ellos dicen que estuvo el Príncipe Mauricio [de Orange-Nassau]. Uno de los cuatro era Breauté el mozo, hijo del que fue muerto en otro desafío que envió al padre del mozo Grobbendonck; cuyo Teniente Lackerbettien [Lekkerbeetje] murió en el mismo rencuentro: criáronle [a Breauté] para vengar la muerte del padre: y para combatirse con el hijo del matador, (...)"

Lancelot Schetz, hijo del barón de Grobbendonck, por patente de abril de 1621 mandaba una compañía suelta de caballería. De la parte hispana resultó herido el capitán Steenhuysen, y el conde Juan de Nassau recibió un pistoletazo sin consecuencias. De parte de los mercenarios franceses, Breauté murió y otros 2 de ellos resultaron heridos. La desgracia de esta familia no acaba aquí, el marqués de Breauté perderá la vida al año siguiente a la batalla de Thionville, combatiendo en las operaciones de asedio de Arras (1640).

No hay comentarios:

Publicar un comentario