viernes, 31 de enero de 2020

El Ejército hispánico acantonado en el Principado de Cataluña, en 1640


Como ya se indicó en una entrada anterior, tras la campaña de Salces (o Salses), en el frente pirenaico, se procedió a desmovilizar a las menguadas milicias catalanas, y alojar en el Principado de Cataluña al resto de las unidades españolas y extranjeras, en vista de preparar la siguiente campaña venidera. De modo que el Principado de Cataluña hubo de hacerse cargo del sostenimiento durante el invierno de unos 9.000 soldados foráneos, los cuales tenían que ser hospedados y mantenidos por los paisanos locales.

Una relación y un informe, fechados respectivamente a 16 y a 23 de abril de 1640, recogen la composición de la infantería hispánica alojada en Cataluña:


Infantería hispánica alojada en el Principado de Cataluña (abril de 1640)
Ejército/Unidad Compañías Oficiales Soldados Total
Ejército de la Vanguardia



Regimiento castellano del Conde-Duque, al mando
de Juan de Arce
20 178 762 940
Oficiales agregados
122
122
Tercio aragonés "viejo" de Aragón, al mando de
Justo de Torres Mendoza
14 126 369 495
Tercio castellano del Conde de Molina 12 82 514 596
Ejército de Cantabria



Regimiento castellano de la Guardia de S. M., al
mando del Marqués de Mortara
20 165 1.127 1.292
Regimiento castellano del Conde de Aguilar 12 115 470 585
Tercio castellano de Diego Caballero de Illescas 10 99 307 406
Tercio irlandés del Conde de Tyrconnell 9 106 487 593
Tercio valón del Barón de Molinghien (o Molinghem) 19 175 856 1.031
Tercio napolitano de Leonardo Moles 16 171 885 1.056
Tercio napolitano de Gerolamo Tuttavilla 12 125 534 659
Tercio modenés del Duque de Módena 20 137 266 403

164 1.601 6.577 8.178



Pronto no tardaron en estallar incidentes violentos entre los paisanos catalanes y la soldadesca, los cuales se fueron incrementando hasta llegar a la rebelión armada en Cataluña. En Santa Coloma de Farners los vecinos mataron al alguacil real Juan de Monrodon y a varios de sus sirvientes, al incendiar la casa donde se refugiaron. El soldado portugués Francisco Manuel de Melo, cronista de la Guerra de Cataluña, relata el oscuro incidente, que varía según la fuente, originado al tratar Monrodon de alojar en la villa al tercio de Leonardo Moles, a finales de abril de 1640:

"(...) que haberse enviado contra el mismo lugar [Santa Coloma de Farners] un alguacil real dicho Monredón [Monrodon o Montrodón] (...) siendo la primera parte de su prevenido castigo alojar en la villa todo el tercio del Moles. (...) A este terrible mandamiento se opuso alguno (...) pero él [Monrodon], arrebatado de su furor, le disparó una pistola a los pechos. Sus criados, y otros que le seguían, (...) se arrojaron a embestir la plebe descuidada y temerosa; trabóse la pendencia entre éstos y aquéllos, con muerte y sangre de algunos naturales. (...) retiróse el Monredón a una casa donde pensó escaparse; cercáronsela los ofendidos, y pegándola fuego, (...)"

En la "Declaración del Rey de España" ante la rebelión de Cataluña, Felipe IV reclamaba que:

"Y los de Sta. Coloma de Farnés sin acudir a los medios regulares que la Provincia tiene dispuestos por sus mismas constituciones de hecho y contra todo derecho quemaron a Monjodón, (...)"

A comienzos de mayo, en represalia los tercios incendian Riudarenes y, días más tarde, Santa Coloma de Farners. Prosigue Melo:

"Envió [el virrey Santa Coloma] contra el pueblo [de Santa Coloma de Farners] uno de sus oidores, a cuyas lentísimas diligencias se consiguió la entrada en la villa por los soldados de Moles y después su ruina. Fueron quemadas y derribadas poco menos de doscientas casas. No perdonó su furia a la iglesia consagrada a Dios, como ya dicen se había atrevido en el incendio lamentable de Río de Arenas [Riudarenes], (...)"

Una escena común de la Guerra de los treinta años, que bien pudiera haber ocurrido en el Principado de Cataluña: un soldado, con atuendo croata o de europa del este, amenaza a una pareja de campesinos. De fondo, varios soldados saquean el pueblo. El cuadro, fechado hacia 1648, 8 años después de la rebelión en el Principado de Cataluña, es atribuido al pintor flamenco David Teniers "el Joven".


También, en mayo, en las cercanías de Blanes los payeses catalanes atacaron al tercio de don Juan de Arce y al de Moles. Según la Declaración del rey Felipe IV de España:

"(...) acometieron las banderas [compañías] reales del tercio de Moles [2 y 3 de mayo], sitiaron a Juan de Arce [en Amer, de 4 al 7 de mayo]; mataron los capitanes que habían pedido en rehenes en un monasterio de Gerona [28 de mayo],"

El tercio de don Juan de Arce tuvo que retirarse por La Selva hacia los Pirineos, habiendo sido hostigado. Peor suerte tuvo el tercio de Módena, que fue degollado. Y una unidad andaluza y extremeña de la caballería real fue destrozada cuando se dirigía a Barcelona. En un informe del conde de Santa Coloma, virrey de Cataluña, se indica:

"(...) y habiendo seguido la tropa de Don Fernando Chirinos, que era de más de 400 caballos y de los Modeneses, los villanos peleando con ellas hasta la misma ciudad [Barcelona], donde se han venido a guarnecer [21 y 22 de mayo] (...) Han degollado ocho capitanes de los Modeneses y puéstoles las cabezas en unos palos, y algún número de soldados que no se sabe ahora el que es; y de D. Fernando Chirinos se sospechaba lo mismo (...)"

Francisco Manuel de Melo también refiere el suceso:

"Gobernaba Don Fernando Cherinos de la Cueva, con título de comisario general, más de otros cuatrocientos caballos andaluces y extremeños que había conducido a Cataluña. (...) Trató de recogerse luego, y caminando a la ciudad, (...) porque los catalanes, más resolutos, aprovechándose de la duda, cargaron impensadamente sobre sus tropas, y degollando la mayor parte dellas, se hicieron dueños de sus caballos y armas, escapándose pocos de la prisión o de la muerte."

Y la Declaración de Felipe IV resume el suceso, ocurrido en la segunda mitad del mes de mayo:

"(...) quebrantaron la cárcel de Barcelona, quisieron quemar al Virrey (...) degollaron el tercio de Módena, derrotaron la caballería de Chirinoa,"

Detalle de una pintura que muestra un grupo de campesinos atacando por sorpresa a un conjunto de soldados alojados en una casa. Junto a los soldados se observa dos mujeres -ricamente vestidas- y un oficial, posiblemente un capitán español o imperial, debido a que porta una faja de color rojo. (Sebastian Vrancx)


La víspera del "Corpus Christi", la entrada en Barcelona de cientos de segadores, con el fin de ser contratados para la temporada veraniega, originó algunos tumultos entre los segadores y los soldados del virrey de Cataluña. Así lo cuenta Francisco Manuel de Melo:

"Fue aquel año el siete de junio. Continuóse por toda la mañana la temida entrada de los segadores, afirman que hasta dos mil, que con los anticipados hacían más de dos mil y quinientos hombres, algunos de conocido escándalo. (...)
 [84] Entraban y discurrían por la ciudad. No había por todas sus calles y plazas sino corrillos y conversaciones de vecinos y segadores. (...)
 [88] Señalábase entre todos los sediciosos uno de los segadores, hombre facineroso y terrible, al cual queriendo prender por haberle conocido un ministro inferior de la justicia, (...) resultó desta contienda ruido entre los dos. Quedó herido el segador, a quien ya socorría gran parte de los suyos. (...) Entonces algunos de los soldados de milicia que guardaban el palacio del virrey tiraron hacia el tumulto, (...)"

Los tumultos fueron a mayores, corrió la sangre de algún castellano alojado en la capital, así como de funcionarios catalanes que colaboraban con el Virrey. El virrey Santa Coloma decidió huir de la ciudad con su familia, embarcándose en una de las galeras de Génova que estaba en el puerto. Cuando se dirigía hacia allí, el virrey Santa Coloma fue asesinado en la playa.
Varias viviendas de Barcelona resultaron saqueadas por la muchedumbre enfurecida, entre ellas la del marqués de Villafranca, general de la escuadra de galeras de España, y el convento de San Francisco, donde fueron asesinadas varias personas refugiadas en él. Este episodio será conocido como el "Corpus de Sangre". La Declaración del Rey de España enumera los incidentes ocurridos ese aciago 7 de junio de 1640:

"(...) mataron los jueces de la Audiencia, quemaron y saquearon las casas de los ministros del rey, apoderándose de la Atarazana y Fuerte Real que S. M. tiene allí (...) Mataron últimamente al Virrey y Capitán General [conde de Santa Coloma] con atrocidad y ejemplo no visto (...)"

En junio, los tercios que lograron llegar a Perpiñán tuvieron que asaltar las puertas de la ciudad, al negarles ésta el alojamiento. La guarnición del castillo ayudó en el asalto, bombardeando la propia ciudad. Toda esta situación caótica es señalada por el Conde-duque de Olivares, en carta que da al Cardenal-Infante la noticia de la sublevación:

"De España hay harto con la muerte del Conde de Santa Coloma a manos de los villanos de Cataluña, en Barcelona. Caso raro, y ahora el estarse acañoneando los de la villa de Perpiñán y el Castillo. En efecto, es una rebelión general, (...) Aseguro a V. A. que me tiene esto fuera de mí (...)" (Carta, 24 de junio de 1640)

El rey Felipe IV ordenaba reunir un ejército con el fin de invadir el Principado de Cataluña. Comenzaba así un nuevo espisodio de la cruel Guerra de los treinta años.


Grabado que reproduce a un grupo de campesinos atacando una agrupación de soldados en marcha. Los campesinos están armados con diversas herramientas del campo, como guadañas, mayales para trillar el grano, tridentes u horcas, y bastones. (Les Grandes Misères de la Guerre, Jacques Callot, 1633)


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NOTA1: Una relación de los soldados acuartelados, que habían de quedar entre Blanes y San Celoni, indica las unidades de caballería que se encontraban en el Principado:

En Lloret, las compañías de don Felipe Francés y el marqués de Tabar; en Blanes, las compañías del marqués de Mondéjar y don Bernabé de Velasco; en Pineda, las compañías de don Bernardo Chacón y el marqués de Leganés; en Canet, la compañía de don Fernando de Murga; en Tossa, la compañía de don Felipe de Quiñones; y en Arenys, la compañía del comisario don Fernando Chirino.

NOTA2: La relación de abril de 1640 refleja el desgaste sufrido por algunas de las unidades hispanas durante la campaña por la liberación de Salces (1639-1640). Así, el regimiento del Conde-duque, que tenía unos 2.000 hombres antes del asedio, había perdido la mitad de sus efectivos para abril de 1640, ya fuera a causa del asedio de Salces o por deserción. Lo mismo ocurre con el tercio de Diego Caballero, incluso el tercio de Módena habría perdido más de la mitad de sus efectivos. El tercio aragonés de Torres Mendoza había perdido el 37% de sus efectivos. El del marqués de Mortara perdió el 35%, el tercio valón perdió el 31% y el del conde de Aguilar sólo el 26%.
En cambio parece ser que algunas de las unidades sufrieron menos, así el tercio del conde de Molina tiene los mismos efectivos, y lo mismo ocurre con el tercio irlandés de Tyrconnell y con el tercio italiano de Tuttavilla. Mientras que el tercio italiano de Moles tuvo unas pérdidas poco reseñables, tan sólo el 12%.

NOTA3: No se debe confundir a Francisco Manuel de Melo, soldado y cronista de la Guerra de Cataluña, con el también portugués Francisco de Melo, gobernador de los Países Bajos, diplomático y anterior virrey de Sicilia, al que hemos visto anteriormente al mando del Ejército de Flandes en la batalla de Rocroi.

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