En una entrada anterior ya se hizo alusión a la intervención de manera oficial del reino de Francia en la llamada Guerra de los treinta años en 1635. La tensión creciente de Francia tanto con la casa de Habsburgo de España, como con la de Austria, así como la decisiva derrota del ejército sueco en la batalla de Nördlingen (1634) ante un ejército hispano-imperial, condujo al cardenal Richelieu a intervenir directamente en el conflicto.
Si Francia a lo largo de la década anterior había estado financiando de manera soterrada tanto a los enemigos de España -Tratado de Compiègne (1624) con los holandeses, renovado en años posteriores- como a los del Sacro Imperio Germánico -Tratado de Bärwalde (1631) con los suecos, renovado en 1633-; España por su parte dio cobijo en Buselas en 1631 a María de Médicis y en 1632 al duque de Orleans -madre y hermano del Rey de Francia respectivamente-, ambos enemigos declarados de Richelieu. Desde Bruselas, el Gobierno español conspiró con ellos para levantar un ejército en el interior de Francia que depusiese a Richelieu.
El duque Gastón de Orleans penetró en Francia a la cabeza de un contingente de aventureros y mercenarios, donde se unieron en el Languedoc con el pequeño ejército del duque de Montmorency, que apoyaba la sublevación. Sin embargo el ejército coaligado fue derrotado en la batalla de Castelnaudary (1632), por las tropas reales francesas al mando del mariscal Schomberg.
Incluso ya antes las tres potencias (Francia, España y el Sacro Imperio Germánico) se enfrentaron directamente en el conflicto armado que surgió por la sucesión de Mantua y Monferrato (1627-1631).
Un incidente militar en el electorado de Tréveris propicia la excusa que el cardenal Richelieu necesitaba para declarar la guerra a España, hecho que se produce oficialmente en mayo de 1635. España tendrá que hacer frente a una guerra total en todas sus fronteras, tanto peninsulares como en Italia y en los Países Bajos. Es en los Países Bajos españoles donde el Ejército hispánico de Flandes quedará pinzado en dos frentes, el holandés y el francés.
El soldado portugués Francisco Manuel de Melo, cronista de la Guerra de Cataluña, resume las operaciones militares que se dieron el año de 1635, cuando un ejército franco-neerlandés invadió los Países Bajos españoles. Sin embargo la invasión se fue desinflando, teniendo que retirarse el ejército invasor al territorio de las Provincias Unidas. Por su parte el Sacro Imperio Germánico declarará la guerra a Francia en marzo de 1636. Así, un ejército hispano-imperial invadirá Francia en julio de 1636, llegando a las proximidades de París, extendiendo el pánico en la capital gala. Dice Melo:
"[10] Mostráronse el año de seiscientos treinta y cinco las banderas de Francia formidables a todo el Paíz Bajo. Fue roto [derrotado] el príncipe Tomáz de Saboya, entraron Terllimón [Tirlemont o Tienen], sitiaron a Lovaina, amenazaron Bruselas; y en Italia, embestida Valencia del Po [Valenza del Po] y la Valtelina ocupada, con otros algunos sucesos favorables a franceses [1635]; pero no sin descuento de los españoles, que no con menos dicha penetraron la Francia, ganaron la Capela [La Capelle o La Chapelle], Chatelet, Landrecy y Corby [Corbie o Corbié], en la Picardía, desearon Paríz [1636], defendieron la misma Valencia sitiada, y poco después, desesperando de mayor empresa, se hicieron dueños de las islas de S. Honerato y S. Margarita [islas Lérins, 1635]."
La batalla de Les Avins o Avein, donde un contingente hispánico, al mando del Príncipe Tomás de Saboya, fue derrotado por el ejército francés, debió de ser famosa en su tiempo. Así, Estebanillo González, en su obra picaresca posiblemente autobiográfica, se refiere a ella:
"(...) presumo que se había hallado en la rota del Príncipe Thomás y que los enemigos lo habían tenido alguna semana atado a un árbol de pies y manos sin darle sustento humano."
También Estebanillo González resume las victorias hispano-imperiales de 1635 y 1636, al referirse en su obra a los socorros imperiales al mando de Octavio Piccolomini:
"(...) después de haber sido con el suyo [ejército] causa principal de que dejasen a Lovayna libre y a los Estados [de los Países Bajos españoles] pacíficos y triunfantes [1635], ha sido el primer motivo y casusa de haber ganado la Capela, rendido a Xateleto [Chatelet] y conquistado a Corbí [Corbie, 1636], (...)"
Reseñando Estebanillo la batalla por el cruce del río Somme, donde derrotaron al Ejército francés de Champaña, al mando del conde de Soissons, que trataba de impedir en la orilla opuesta el paso de los hispano-imperiales:
"(...) habiendo convertido los cristales del caudaloso Soma [río Somme] en mar de sangre enemiga y sus plateadas márgenes en promontorios de fogosas piras y en lilibeos de funestos despojos [las orillas con restos humeantes y montones de armas y cadáveres]."
Los despachos que el italiano Giustiniano Priandi enviaba al duque de Mantua desde París, los días 7 y 19 de agosto de 1636, también refieren la derrota francesa en el cruce del Somme. Traducido al castellano dice lo siguiente:
"(...) el ejército imperial español de Picardía con quince mil caballos y otros tantos infantes con treinta cañones, mandados por el príncipe Tomás junto con Piccolomini, Giovanni di Vert [Jean o Johan de Werth], Forgaz [Conde Peter Forgàch, coronel de la caballería imperial croata], Buquoy y La Motteria han forzado el paso del Somme en Bary [Bray-sur-Somme] defendido durante tres días por el conde de Soissons, el cual se ha retirado hacia Nesle con algún desorden y pérdidas (...)"
Además Priandi indica el pánico que se produce en París ante la proximidad de los hispano-imperiales, y los preparativos que el Rey de Francia mandaba para rechazar al enemigo: decretó una leva (recluta) "en masse" e hizo llamar apresuradamente en su ayuda a los ejércitos franceses que operaban en Alsacia y Borgoña. Dice de nuevo Priandi:
"(...) y su vanguardia [hispano-imperial] ha avanzado hasta Mondidier, Roye y hasta el [río] Oise, robando y devastando todo el país (...) los habitantes todos se ponen en armas para la defensa y guardia de esta ciudad [París] (...) se espera de haber en quince días dos ejércitos tales que quizá se arrepientan los enemigos de su temeridad con la cual verdaderamente han puesto gran temor en estas partes (...)
(...) Los enemigos se van reforzando en Picardía (...) dando voces de querer venir al saqueo de París (...)
En esta ciudad se enrolan gentes a cualquier hora, si bien son inexpertos en las armas muestran gran afecto hacia el rey (...)
En Normandía, Bretaña (...) se reúnen muchos soldados (...) para socorrer el corazón del reino. Quiera Dios que lleguen a tiempo (...)"
Finalmente el ejército hispano-imperial decidió no avanzar más hacia París, y se retiró a los Países Bajos españoles. El ejército francés recientemente formado, al mando del propio Rey de Francia y de su hermano el duque Gastón de Orleans (vuelto al servicio real), reconquistaría Corbie a finales del año.
En la obra "Museo Militar" (1887), del historiador y militar
decimonónico Francisco Barado, se encuentra la composición del Ejército
hispánico de Flandes, e Imperial, que invadió Francia. También se refleja la composición del cuerpo del Ejército de Flandes que quedó en el Brabante, para vigilar los movimientos del ejército neerlandés.
EJERCITO QUE ENTRO EN FRANCIA
General: Príncipe Tomás de Saboya
Segundo: Claude de Lannoy, Conde de La Motterie
Efectivos: (Unos 22.000 infantes y 15.000 jinetes)
Tercio español de Alonso Pérez de Vivero, Conde de Fuensaldaña
Tercio español de Don Francisco Zapata
Tercio valón de Lancelot Schetz, Barón de Wezemaal
Tercio valón de Jean-François d'Ognies, Conde de Willerval
Tercio valón de Pierre-Ernest de Gavre, Conde de Frezin (o Fresin)
Tercio borgoñón de Jacques-Nicolás de la Baume, Conde de Saint-Amour
Tercio italiano de Andrea Cantelmo
Tercio italiano de Carlos Guasco
Regimiento alemán de Albert-François de Lalaing, Conde de Hoogstraten
Regimiento alemán de Agustín Espínola (o Spinola)
Regimiento alemán de Emmanuel de La Biche, señor de Cerfontaine
Tercio irlandés de Owen Roe O'Neill
Caballería al mando de Juan de Nassau y de Don Juan de Vivero
- Compañías sueltas de todas las naciones
- Regimientos del Conde de Isenburg, del Conde de Bucquoy, del Barón de Seebach y del Barón de Vaugrenaud
Auxiliares del Sacro Imperio Germánico
General: Octavio Piccolomini, futuro Duque de Amalfi
Segundo: Barón Jean de Beck
Regimiento imperial del Barón de Beck
Regimiento imperial del Conde Goltz
Regimiento imperial de Adelshofen
Regimiento imperial de Wallenstein
Regimiento imperial de La Fosse
Regimiento imperial de Fernemont
Regimiento imperial del Marqués de Matthei
Caballería formada por 10 regimientos y una compañía polaca
Auxiliares de la Liga Católica
General: Johann von Werth
Regimiento bávaro del Conde Pappenheim
Regimiento bávaro de Edlinstetten
Regimiento bávaro de Wahl
Regimiento bávaro de Back
Regimiento bávaro de Hasslang
Caballería formada por 6 regimientos
Auxiliares del Duque de Lorena
General: Príncipe Francisco de Lorena, Obispo de Verdún
Regimiento lorenés del Príncipe de Lorena
Regimiento lorenés de Maillard
Regimiento lorenés de Saint-Balmont
Regimiento lorenés de Blainville
Regimiento lorenés de Henin
Regimiento lorenés de "Elst"
Regimiento lorenés de "Suze"
Regimiento lorenés de "Ennemont"
Regimiento lorenés de "Guiti"
Caballería formada por 5 regimientos
EJERCITO QUE QUEDA EN EL FRENTE DE BRABANTE
General: Manuel Pimentel, Conde de Feira
Efectivos: (Unos 15.000 soldados de infantería y caballería)
Tercio español de Alonso Fernández de Córdoba, Marqués de Celada
1.000 españoles fuera de tercio
Tercio valón de Jean-Conrard d'Aubremont, Barón de Ribaucourt
Tercio italiano de Fabrizio Doria, Duque de Avellano
Tercio italiano de Francesco Toralto
Regimiento alemán de Guillaume Bette, Marqués de Lede
Regimiento alemán de Everard de Brion
Regimiento alemán de Jacques Rennier de Rouveroy
Regimiento alemán de Henri de Wignacourt, señor de Maleve
Regimiento alemán de Ottavio Guasco
Tercio irlandés de John O'Neill, Conde de Tyrone
Caballería al mando de Sigismondo Esfrondato, Marqués de Montafia
- Compañías sueltas de todas las naciones
- Regimientos del Conde de Fuenclara, de Gaspar Visconti y del Barón de Granges
Pintura que representa los combates que se dieron por el cruce del río Somme, en agosto de 1636. En primer plano se muestra el ejército hispano-imperial -caballería a la derecha e infantería a la izquierda- y en el centro la fila de carromatos que transportan la impedimenta y las provisiones. Al fondo, al otro lado del río, el ejército francés trata de evitar el cruce. Los oficiales hispánicos e imperiales son mostrados con bandas, fajas y plumas de color rojo, el color distintivo de ambos ejércitos. También aparece mostrada la "cola" del ejército: lacayos, mujeres, niños, vivanderos o mercaderes, que seguían a las tropas en campaña. (Cruce del Somme en Cérisy, Pieter Snayers)
_______________________________
NOTA1: En mayo de 1635, el ejército francés que invadió los Países Bajos españoles, al mando de los mariscales de Brézé y de Châtillon, resultó victorioso al principio: derrotó a un contingente hispánico, al mando del Príncipe Tomás de Saboya, en Les Avins o Avein, en las cercanías de Namur. Reunido en Maastricht con el ejército holandés del Príncipe de Orange, toman al asalto la ciudad de Tirlemont (o Tienen, en idioma flamenco), la cual es saqueada, con muerte de civiles, y algunos de sus edificios incendiados. Tras este hecho tanto franceses como holandeses se culparon de lo sucedido.
Después el ejército coaligado franco-holandés captura casi sin lucha Diest, Aerschot (o Aarschot) y Tervuren, llegando a amenazar la propia Bruselas. Sin embargo la invasión se fue desinflando, quedando frenada en el sitio de Lovaina, la cual no logran tomar, teniendo finalmente que retirarse el ejército invasor al territorio de las Provincias Unidas, perseguido muy de cerca por el ejército hispánico de socorro, que había sido reforzado por un contingente imperial.
Así, el ejército hispano-imperial recuperó las plazas perdidas, y aprovechando el impulso de la contraofensiva se apoderó del ducado de Cleves, ocupando las plazas de Cleves, Goch y Gennep. Además los hispánicos tomaron en un ataque sorpresa la fortaleza holandesa de Schenkenschans, y una columna hispánica recuperó la ciudad de Limburgo, en poder de los holandeses desde 1632.
En marzo de 1636, el Sacro Imperio Germánico declara formalmente la guerra a Francia. Un ejército coaligado hispano-imperial devolvería el golpe del año anterior, y esta vez serían los hispano-imperiales los que invadirían Francia desde los Países Bajos.
Un cuerpo de ejército hispano al mando del conde de Feira queda en el frente de Brabante, vigilando los movimientos del ejército neerlandés, el cual había quedado agotado tras la reconquista ese mismo año de la plaza fuerte de Schenkenschans, tras un duro asedio de 9 meses.
En julio, el ejército hispano-imperal, al mando del Príncipe Tomás de Saboya, entra en Francia. La Capelle (o La Chapelle) y Chatelet se rinden tras un breve asedio. El Ejército francés de Champaña, bajo el conde de Soissons, reforzado por los restos del ejército del mariscal de Brézé, quien había retornado de los Países Bajos, trató de evitar que el ejército coaligado cruzara el Somme, pero fue derrotado.
Después el ejército coaligado franco-holandés captura casi sin lucha Diest, Aerschot (o Aarschot) y Tervuren, llegando a amenazar la propia Bruselas. Sin embargo la invasión se fue desinflando, quedando frenada en el sitio de Lovaina, la cual no logran tomar, teniendo finalmente que retirarse el ejército invasor al territorio de las Provincias Unidas, perseguido muy de cerca por el ejército hispánico de socorro, que había sido reforzado por un contingente imperial.
Así, el ejército hispano-imperial recuperó las plazas perdidas, y aprovechando el impulso de la contraofensiva se apoderó del ducado de Cleves, ocupando las plazas de Cleves, Goch y Gennep. Además los hispánicos tomaron en un ataque sorpresa la fortaleza holandesa de Schenkenschans, y una columna hispánica recuperó la ciudad de Limburgo, en poder de los holandeses desde 1632.
En marzo de 1636, el Sacro Imperio Germánico declara formalmente la guerra a Francia. Un ejército coaligado hispano-imperial devolvería el golpe del año anterior, y esta vez serían los hispano-imperiales los que invadirían Francia desde los Países Bajos.
Un cuerpo de ejército hispano al mando del conde de Feira queda en el frente de Brabante, vigilando los movimientos del ejército neerlandés, el cual había quedado agotado tras la reconquista ese mismo año de la plaza fuerte de Schenkenschans, tras un duro asedio de 9 meses.
En julio, el ejército hispano-imperal, al mando del Príncipe Tomás de Saboya, entra en Francia. La Capelle (o La Chapelle) y Chatelet se rinden tras un breve asedio. El Ejército francés de Champaña, bajo el conde de Soissons, reforzado por los restos del ejército del mariscal de Brézé, quien había retornado de los Países Bajos, trató de evitar que el ejército coaligado cruzara el Somme, pero fue derrotado.
Tras la derrota el conde de Soissons se retira a lo largo del río Oise. La plaza francesa de Roye se entrega a los hispano-imperiales, y la ciudad de Corbie (o Corbié) capitula tras un corto asedio. Mientras la caballería imperial al mando de Johann von Werth llega a las cercanías de París.
Pero finalmente se ordena al ejército hispano-imperial no avanzar más hacia París, y retirarse a los Países Bajos españoles. Un fuerte ejército francés -conformado con las nuevas reclutas y los restos de los demás ejércitos- es puesto al mando del duque de Orleans. El ejército francés recuperó Roye, tras un breve asedio. Después puso sitio a Corbie, a cuyo asedio se unió el Rey de Francia. El asedio de Corbie fue más costoso, tardando los franceses 7 semanas en obligar a capitualar a la guarnición hispana, cuando a éstos les ocupó tan sólo 7 días en hacerse con la ciudad.
En 1637, La Chapelle cae ante un ejército francés al mando del Cardenal de la Valette, tras resistir cerca de 2 semanas. El gobernador Marcos de Lima fue procesado por capitular antes que llegara el ejército de socorro hispánico.
En 1638 será Chatelet la que caiga al asalto ante el ejército francés al mando del señor Du Hallier, tras una dura resistencia y soportar varias embestidas. Durante el asalto los franceses pasaron a cuchillo a parte de la guarnición hispánica. Señala el alférez Lorenzo de Cevallos cómo el sitio francés fue más costoso, "pues habiendo tomado el Príncipe Tomás a Chatelete el año de treinta y seis en tres días, y no perdiendo más que cuatro hombres, ellos [los franceses] se estuvieron veintiséis días, y perdieron más de tres mil, (...)"
En 1637, La Chapelle cae ante un ejército francés al mando del Cardenal de la Valette, tras resistir cerca de 2 semanas. El gobernador Marcos de Lima fue procesado por capitular antes que llegara el ejército de socorro hispánico.
En 1638 será Chatelet la que caiga al asalto ante el ejército francés al mando del señor Du Hallier, tras una dura resistencia y soportar varias embestidas. Durante el asalto los franceses pasaron a cuchillo a parte de la guarnición hispánica. Señala el alférez Lorenzo de Cevallos cómo el sitio francés fue más costoso, "pues habiendo tomado el Príncipe Tomás a Chatelete el año de treinta y seis en tres días, y no perdiendo más que cuatro hombres, ellos [los franceses] se estuvieron veintiséis días, y perdieron más de tres mil, (...)"
NOTA2: En el frente italiano, en 1635, un ejército coaligado franco-saboyano-parmesano, al mando del mariscal Créquy, atacó el Ducado de Milán, asediando la plaza de Valenza del Po. Sin embargo, un ejército de socorro hispánico, al mando de Carlos Coloma, forzó a Créquy a levantar el asedio.
También un ejército francés, al mando del duque de Rohan, invadió y ocupó La Valtellina, derrotando a españoles e imperiales. Sin embargo el valle alpino tuvo que ser evacuado en 1637.
En 1636, de nuevo un ejército coaligado franco-saboyano, al mando de Créquy, invade Lombardía, derrotando al ejército hispano en la batalla de Tornavento. Pero la campaña resultó estéril, y los franceses abandonaron la Lombardía.
En 1635 una escuadra al mando de los marqueses de Santa Cruz y de Villafranca conquista las islas Lérins. Pero en 1637 son recuperadas por los franceses.
NOTA3: Alonso Pérez de Vivero, conde de Fuensaldaña, maestre de campo de un tercio español, y don Juan de Vivero, comisario general de la caballería de Flandes, los cuales tomaron parte en la invasión de Francia de 1636, ambos eran hermanos y naturales de Valladolid.
Hola! Tienes algo sobre las bajas de la batalla de les Avins por que vuelvo a encontrar disparidad en las fuentes. Richelieu menciona 5000 muertos y 1500 prisioneros en el bando español, pero el historiador Jerónimo de mascarenhas menciona 1300 muertos (entre el tercio español de Alonso ladrón y el italiano de Sfondrati), que según la relación española se quedaron cubriendo la retirada para que el resto del ejército, que ni combatió, se retirase. Y a parte mencionan 700 prisioneros apareciendo mencionados algunos. Siento ser tan pesado con el tema de las bajas, otra vez, pero es que me doi cuenta de que no se puede uno fiar de las bajas que publican los franceses en muchas ocasiones, sobre todo si aparece en las "memoires de Richelieu", que casualmente eran las que aparecían en la Gazzette de París.
ResponderEliminarY luego he visto idas de oya como 12000 muertos, pero vamos que lo que me gustaría es saber si existe algún informe sobre las tropas que se componía el ejército español antes y después de la batalla, a demás por puro frikismo he comparado las unidades con las que participaron en fleurus de 1622 y viene la misma cantidad de unidades (7tercios y tantos escuadrones de caballería) así que me inclino más por 10000 hombres y no 14000 como dice Richelieu y como siempre también me interesa tu opinión 😁😉
Hola Borhammer99, estoy de acuerdo con lo que dices, y que las bajas se acercarían más a las señaladas por Mascareñas. También que la "Gazette" era un instrumento de propaganda político.
EliminarPersonalmente pienso que en general el bando ganador siempre engordaba la victoria, y que los ejércitos en campaña estaban más reducidos que en las relaciones. Y que es a partir del siglo XVIII cuando se puede estudiar tamaño de ejércitos y bajas con más detalle.
Me inclino siempre por la cifra más baja para un ejército en campaña, y que el cuerpo de ejército del Príncipe Tomás contaría con unos 8.000 hombres.
La relación del capitán Diego de Luna, que tomó parte en la campaña, coincide con Mascareñas, citando 1.300 muertos y 700 prisioneros, pero no menciona heridos.
El cronista Matías de Novoa señala, igual que en la batalla de Rocroi, como los hispanos rodeados de enemigos tuvieron que rendirse: "Capitulóse, pues; cosa jamás vista, y que admiró mucho a todos los soldados viejos de
Flandes, de que fuese en la campaña, y al primer ardor y con las armas en la mano." señala 500 muertos y 600 heridos, pero nada dice del número de prisioneros, tan sólo que fueron llevados a Maastricht.
Como bien dices el tercio español y el italiano quedaron destrozados y tuvieron que ser reconstruidos con otras unidades. Con el ejército francés pasaba lo mismo, y su ejército quedó muy deshecho al finalizar la campaña.
En la revista "Researching & Dragona" nº 19 se hace referencia a una muestra de febrero de 1635:
Tercio español de Ladrón de Guevara (1.112 soldados en 15 compañías)
Tercio italiano de Esfrondato (1.240 soldados en 16 compañías)
Tercio valón de Frezin (860 soldados en 12 compañías)
Regimiento lorenés de Brun (748 soldados en 10 compañías)
Regimiento alto-alemán de Hoogstraten (1.316 soldados en 18 compañías)
Caballería: 1.500 caballos al mando del conde de Bucquoy
En total no llegaría a los 7.000 soldados, ya que en "R&D" se indica que el tercio valón de Ribaucourt y el irlandés de Preston habían marchado ya a guarnecer Lovaina, y no habrían tomado parte en la batalla. El "Mercure François" tampoco cita estas unidades en la batalla, ni tampoco se citan bajas suyas en los textos.
Espero haberte ayudado, un saludo y muchas gracias por la consulta.
Desde luego muchísimas gracias, en ninguna parte he encontrado una revista a las tropas tan detallada y la poca cantidad de soldados que tenía cada tercio justifica las relaciones españolas de sobra ya que el resto de tercios no hicieron ni recibieron daño y la caballería muy poco participó.
ResponderEliminarIntentaré encontrar algo de los reñidos combates sobre el cruce del somme 1636, de momento solo he encontrado en "camino a rocroi"
Bueno, me gustaría también comentarte las bajas de la disputada batalla de Tornavento en Italia, según un libro que leí. Si no es molestia claro, puede que esté siendo un poco pesado consultándote tantas cosas...:)
ResponderEliminarHola Borhammer99, Vincart da una relación de la campaña de 1636, al final de la misma viene una relación de las unidades participantes, de la que me ayudé para hacer la entrada. Pero se limita a nombrar las unidades, con el número de compañías en algún caso.
EliminarSobre la batalla de Tornavento (1636), ambos bandos minimizan sus bajas (cerca de 1.000) y duplican o sobredimensionan las del contrario (más de 3.000, llegando a 6.000 algunas fuentes). Gualdo Priorato indica 3.000 muertos en ambos bandos, sin especificar cuantos en cada uno. Una relación anónima italiana indica más de 1.000 muertos en cada bando. Quizá estas dos últimas fuentes se acerquen más a la realidad. Algún día trataré de la batalla con más detalle.
Un saludo y gracias por los comentarios.
Gracias a tí, te recomiendo el libro de Italy 1636: cementery of armies de Gregory Hanlon, el mejor libro sobre esa batalla que he leído.
ResponderEliminarUn saludo y ánimo
Hola de nuevo.
ResponderEliminarte paso este artículo sobre Avins para que veas la relación que coincide bastantte con la de la coleccion de documentos... aun que no en las bajas.
https://hvsoria9.es/batalla-de-avein-avins/
Gracias Borhammer99
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