martes, 11 de febrero de 2014

Nota de corrección de la Entrada anterior


En la entrada anterior señalé que los regimientos borgoñones fueron organizados en tercios en 1598, siguiendo lo anotado en el magnífico libro de Geoffrey Parker "El ejército de Flandes y el Camino Español 1567-1659". Sin embargo, esto induce a error, y los regimientos borgoñones fueron organizados en tercios en 1602, al igual que los valones.

La decisión fue propuesta al rey Felipe III por el Archiduque Alberto de Austria, gobernador y soberano de los Países Bajos españoles. Y era un intento de unificar todo el Ejército de Flandes en un mismo formato organizativo, y que las demás "naciones" de los Estados patrimoniales de la Monarquía española tuvieran las mismas atribuciones y ventajas que tenían los españoles, y de las que ya gozaban las unidades italianas del Ejército de Flandes. En carta escrita por el Archiduque Alberto al rey de España, en marzo de 1602, se solicitaba:

"(...) y mudándose los valones de regimientos a tercios es tanto más necesario el hacerse con los borgoñones, siendo los mismos los beneficios que dello redundan, en que interesa aún menos la hacienda de V. M., a quien suplico tenga por bien que se ponga al mismo pie de los españoles, (...)"

La confusión de señalar 1598 como el año en que los borgoñones pasaron a organizarse en tercios, viene dada en que, de alguna manera, los borgoñones ya gozaban del mismo "pie" de tercio que los españoles e italianos; es decir, a efectos prácticos tenían la misma organización y sueldo que los "tercios", pero a efectos nominativos se seguían denominando "regimientos".

Así todas las unidades pertenecientes a los territorios patrimoniales de la Monarquía española quedaron encuadradas en tercios en 1602: los españoles y los italianos, que siempre estuvieron organizados en tercios; y los valones y los borgoñones, que pasaron a organizarse en tercios ese mismo año.
En cuanto a las unidades mercenarias de la Monarquía española, los regimientos irlandeses, ingleses y escoceses pasarían también a organizarse en tercios a partir de 1602. Mientras que los mercenarios alemanes siempre se organizaron en regimientos.

Al comenzar el siglo XVIII, con la llegada de la dinastía Borbónica a España, y la Ordenanza promulgada en 1704, todas las unidades de la Monarquía española -tanto las de los territorios patrimoniales, como las propiamente "mercenarias"- pasarían a estar organizadas en regimientos, mandados por coroneles, siguiendo el modelo organizativo del ejército francés. Así, el rey Felipe V indicaba en la Ordenanza del año 1704 que:

"Toda la Infantería se forme en Regimientos, y cada uno se compondrá de doce Compañías inclusa una de Granaderos; en cada Compañía, un Capitán, un Teniente, un Lugar-Teniente, dos Sargentos, tres Cabos de escuadra, (...) de forma, que cada Compañía se componga de cincuenta hombres, y tres Oficiales superiores, que serán el Coronel, Teniente Coronel, y Sargento Mayor (...)"

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