A lo largo del siglo XVI, la Monarquía española realizó varios contratos con asentistas para proveer de vestidos a los soldados para una determinada campaña. Hacia finales del siglo XVI, el Gobierno de España se encargará de la provisión de ropa al Ejército de Flandes. Así, en 1594, se firmó el primer asiento para proporcionar vestidos completos al Ejército de Flandes.
Estos asentistas -sastres y empresarios locales- no sólo recibían el encargo para confeccionar y fabricar un determinado número de equipos de ropa para los soldados, sino que en ocasiones también se les encargaba la elaboración de las banderas.
Por ejemplo, en 1588, durante los preparativos para la campaña naval de invasión de Inglaterra, se conservan diversos pagos realizados para la confección en Lisboa del estandarte real de la Armada española.
Asimismo también se conservan los pagos para la elaboración en Lisboa de 113 flámulas y gallardetes para las distintas embarcaciones que componían la expedición.
Para la misma campaña, al galeón "San Martín" -buque insignia de la Armada hispánica- y a la nave "Santa Ana" -capitana de la Escuadra de Vizcaya- se les entregan 4 banderas de lienzo con las armas reales pintadas.
También al galeón "San Martín" se le proporcionó "84 banderas de lienzo de colores blanco, amarillo y colorado" de diferentes tamaños, presumiblemente para ser repartidas entre los demás navíos que componían la Armada.
En la obra "Geometría y traza perteneciente al oficio de sastres" (1618), de Francisco de la Rocha (François de la Roche, francés de origen y afincado en Valencia), donde se indica el modo de confeccionar los distintos vestidos de la época, se señala la confección de una "Bandera de guerra".
Señala como muchas de las banderas de infantería eran encargadas por los capitanes. El Rey otorgaba una cédula real al capitán para poder reclutar su compañía, y era éste el que ordenaba la confección de la bandera de la compañía:
"Para cortar esta bandera de tafetán [tela de seda] para Infantería, es necesario saber la voluntad del largo y ancho que la quiere el Capitán, y allí determinará cuanta seda será menester."
También era el capitán el que ordenaba el diseño de ella:
"(...) si a caso fueren piezas [de tela] reportadas unas con otras; y si a caso fuere vaciada, y reportadas piezas unas encima de otras, según fuere, (...) porque a mí me ha sucedido hacer banderas que me ha entrado veinticuatro varas [antigua unidad de medida de España], (...) y en otras treinta y seis, y hasta cuarenta."
En la obra se muestra un grabado con las trazas para fabricar la bandera, y otro grabado mostrando una elaborada bandera de infantería española ya finalizada.
La bandera que muestra el grabado tiene un parecido a algunas de las banderas pintadas en las obras de Denis van Alsloot, que muestran los desfiles de la festividad del Ommegang de Bruselas en 1615, apenas 3 años antes a la realización del tratado de sastrería.
En la obra también llamada "Geometría y trazas pertenecientes al oficio de sastres" (1640), de Martín de Andújar, también se muestra como confeccionar una "Bandera de guerra".
En la obra se muestran 3 grabados de banderas de infantería española de diferentes dimensiones. Uno de los grabados muestra las trazas para fabricar una bandera de 3'5 varas de largo y de ancho.
Otro de los grabados muestra la anterior bandera de tafetán ya acabada.
Y el último de los grabados muestra una bandera ya fabricada "que tenga de largo cuatro varas y cuarta, y de ancho cuatro varas menos una sesma [una sexta parte], (...) y la Cruz [de San Andrés o de Borgoña] cinco varas, (...)".
Las banderas guardan parecido con algunas de las capturadas en la batalla de Rocroi (o Rocroy), ocurrida apenas 3 años después a la realización de este tratado.
En un grabado francés contemporáneo, que muestra las banderas capturadas a los hispánicos en Rocroi y que son llevadas en procesión por las calles de París para ser depositadas en la catedral de Notre Dame, se muestran 3 banderas capturadas con un diseño muy similar a las mostradas en la obra de Andújar.
Todas las banderas portan la cruz de San Andrés o "aspa" de Borgoña en su campo, símbolo identificativo del ejército español de la época. Además se puede decir que los diseños de las banderas, mostradas en las dos obras del oficio de la sastrería, son genéricos y representativos de las banderas de infantería española que campeaban por los campos de media Europa, y de parte del mundo, al menos entre 1615 y 1643.
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