domingo, 25 de agosto de 2013

Bandera de los mercenarios escoceses en la batalla de Rymenant


En el grabado de Baur se muestra la bandera que porta el regimiento de los escoceses. La bandera muestra un León con una espada y con haces de flechas. Esta iconografía fue muy usada por los holandeses; de hecho, en el mismo grabado, la portan más regimientos de infantería de los Países Bajos. 

Los colores son especulativos, pero el León solía ser rojo, naranja o de color oro. El color del fondo solía variar.







martes, 6 de agosto de 2013

Una carga Highlander en la Guerra de Flandes


En los siglos XVI, XVII y en parte XVIII, un Estado por sí mismo no podía movilizar grandes contingentes humanos para sus ejércitos: aparte del contingente nacional que con grandes esfuerzos podía reunir, solía recurrir a la ayuda auxiliar de los Estados aliados (si es que tenía aliados) y directamente a la compra de unidades o regimientos mercenarios en Estados que tradicionalmente eran muy proclives a la práctica de venderlos, como Alemania, Suiza, y Escocia e Irlanda.

Durante estos siglos, muchos regimientos se reclutaron en Escocia para servir en prácticamente todos los Estados europeos que estaban en conflicto: los mercenarios escoceses combatieron en los ejércitos de Suecia, Dinamarca, Polonia, Rusia, Francia, las Provincias Unidas de los Países Bajos, España y el Sacro Imperio Germánico.
  

Al comienzo de la Guerra de Flandes o Guerra de los 80 años (oficialmente en 1568, aunque en 1567 ya se dieron los primeros combates), muchos voluntarios protestantes europeos acudieron a alistarse en el ejército del príncipe de Orange, en su lucha contra el dominio español de los Países Bajos. Su ejército comenzó siendo un conglomerado de compañías sueltas de frisones, holandeses y hugonotes, unido al grueso de regimientos mercenarios alemanes.

Los primeros voluntarios ingleses y escoceses llegarían en 1572. El Consejo Privado de Escocia permitió oficialmente las levas o reclutas de mercenarios para el servicio en los Países Bajos a partir de ese año. Así un decreto suyo urgía a todos los desempleados y vagabundos de Edimburgo a dejar la escasez y hambruna de la ciudad y servir al Reino o pasar a combatir a las guerras de Flandes. Ese año, Escocia, que tenía una guerra civil de sucesión, obtuvo una tregua y Edimburgo se llenó de soldados sin empleo, a esto se unía el hambre y la enfermedad que había en la ciudad por el asedio al castillo.
En 1573, tras terminar la guerra civil en Escocia, los soldados que quedaron sin empleo acudieron en masa a las levas de hombres que hacía el Consejo Privado para ir a servir en la guerra de los Países Bajos.

Edimburgo, que estaba defendida por William Kirkcaldy, partidario de María Estuardo,  fue sitiada por tropas anglo-escocesas, partidarias del rey Jacobo VI. (Grabado del asedio del castillo de Edimburgo, Holinshed's Chronicles, 1577)


Según el conflicto de los Países Bajos fue languideciendo, las compañías sueltas escocesas fueron agrupadas en un regimiento, al mando del coronel Andrew Ormiston en 1573. Ormiston murió en un duelo con el capitán Henry Balfour, quien ocupó el cargo de coronel en 1574. Durante esta larga guerra, las Provincias Unidas acabarían teniendo en su ejército 3 regimientos permanentes escoceses, que conformarían la llamada "brigada escocesa".
Si bien, las levas (reclutas) fueron realizadas en las "Lowlands" o Tierras bajas de Escocia, donde estaban las ciudades y núcleos más poblados, y que eran las tierras más prósperas de Escocia; ciertos factores indican que algunas reclutas debieron de hacerse en las "Higlands" (Tierras altas de Escocia) en el intervalo de tiempo entre 1572 y 1577. En 1576 fue necesario poner un intérprete de la lengua gaélica para ciertas compañías, ya que no entendían el inglés; y las relaciones de la batalla de Rymenant (1578) denotan la presencia de los highlanders o montañeses escoceses, en cuanto a la descripción de su particular vestuario.


LOS HIGHLANDERS ESCOCESES

Las Highlands o Tierras altas de Escocia eran un núcleo montañoso donde se habían conservado las costumbres y el idióma gaélico de sus antepasados. Habitada por diversos clanes ancestrales, aún mantenían una costumbre guerrera y de obediencia total al jefe del clan.
Reconocida su ferocidad en combate, aparte de sus guerras de clanes, los reyes escoceses siempre intentaron ganarse el favor de los clanes highlander para que un contingente de ellos participara en las campañas de sus ejércitos.

En el siglo XVI, los clanes montañeses escoceses se vestían con el "leine croich", una camisa que les llegaba a las rodillas, de color gris y algunas veces coloreadas de amarillocon azafrán. Un cinto, y, sobre la camisa, el "plaid" o mantón, que anudaban con un broche. Esta indumentaria se fusionó en el siglo XVII con la indumentaria más moderna de las Tierras bajas. (El "salvaje de Escocia", grabado francés de 1562)

Sus armas seguían siendo medievales: aparte de espadas y pequeños escudos, todavía usaban arcos y flechas; y en fecha tan tardía como 1644, en plena guerra civil inglesa, había un contingente de arqueros highlanders en los ejércitos escoceses. Si bien, en el siglo XVII comenzaron a usar las armas de fuego. En cuanto a su indumentaria en el siglo XVI, seguía siendo medieval.

Entre sus armas estaban el "claymore", una enorme espada a dos manos o mandoble; el "targe", un pequeño escudo redondo; espadas, armas enastadas, arcos, flechas y ya en el siglo XVII empezaron a usar armas de fuego. (Grabado de 1577 realizado por Lucas de Heere).

En 1607 William Camden escribió de los montañeses escoceses que hablaban gaélico y que vestían igual que los irlandeses, con mantas a cuadros, y con el pelo largo y grueso:

"These parts are inhabited by a people, uncivilized, warlike, and very mischievous, commonly called Highland-men; who being the true race of the ancient Scots, speak Irish, and call themselves Albin-nich (...) They wear, after the manner of the Irish, strip’d Mantles of divers colours, with their hair thick and long; living by hunting, fishing, and stealing. In war, their armour is an iron head-piece, and a coat of Mail; and their arms, a bow, barbed arrows, and a broad back-sword. And, being divided into Families, which they call Clanns, what with plundering and murdering, they commit such barbarous outrages, that their savage cruelty hath made this Law necessary"

Montañeses escoceses cazando con arcos y flechas, ataviados con las camisas o "leine" y el pelo largo. (Grabado, Holinshed's Chronicles, 1577)

Las cargas de los Highlander se hicieron famosas durante los siglos XVII y XVIII, sobre todo durante las campañas del Marqués de Montrose en el norte de Escocia, durante las guerras civiles británicas (1639-1651); considerándose la última carga la realizada por los clanes jacobitas escoceses en la batalla de Culloden (1746), ya en el siglo XVIII.
En pleno siglo XVII, en que la táctica de las formaciones cerradas de mosqueteros y piqueros priorizaban para el combate de la infantería, los montañeses escoceses seguían luchando a la manera de sus antepasados: Todos los clanes formados en una especie de batallón, agrupado cada uno en su clan de pertenencia, y formando cada clan las diferentes unidades del batallón. Armados con armas de mano y de fuego, se lanzaban gritando contra sus enemigos, buscando el choque directo.

Las victorias del Marqués de Montrose hizo, de alguna manera, famoso y temido el método de lucha de los antiguos clanes escoceses del Norte. Un modo de lucha utilizado durante siglos por los antiguos celtas, pero que chocaba con el modo de hacer la guerra en plena época de la revolución militar de la Edad Moderna.

James Graham, Marqués de Montrose. Con un ejército formado principalmente de highlanders y la "brigada irlandesa" de Alasdair MacColla, realizó dos magistrales campañas en Escocia, en las que obtuvo una serie de 6 victorias: Tippermuir, Aberdeen, Inverlochy, Auldearn, Alford y Kilsyth; que hicieron temibles las cargas de los "Highlanders". (Cuadro de William Dobson)


LA BATALLA DE RYMENANT (1578)

En algunos casos, los montañeses escoceses se desnudaban antes de la batalla, se quitaban la camisa o "leine" y la anudaban al cinto a modo de taparrabos. En la antiguedad los romanos recogieron testimonios de algunas tribus celtas que se desnudaban para el combate. Algunas representaciones de los "caledonios" en las tumbas de los legionarios romanos también los muestran luchando desnudos.
Esta éra una costumbre que se pierde en la antiguedad de los tiempos, éra una manera de mostrar valor al enemigo al luchar sin ninguna protección corporal. En la batalla de Rymenant (1578), en los Países Bajos, se describe esta práctica y denota por tanto la presencia de Highlanders en las filas de los Estados Generales de los Países Bajos.

Momento de la batalla de Rymenant, mostrando la carga desde el campamento rebelde y la huída de las tropas hispánicas de Juan de Austria. Algunas de las tropas rebeldes muestran las cruces de Borgoña en sus banderas, debido a que las tras la Pacificación de Gante (1576) muchos regimientos valones se pusieron al servicio de los Estados Generales. (Grabado de Franz Hogenberg)

Tras la ruptura de la tregua de 1577 en los Países Bajos, comenzaron de nuevo las hostilidades: El primer choque se dio en Gembloux (31 de enero de 1578) donde el ejército rebelde de los Estados Generales quedo prácticamente aniquilado. El príncipe de Orange tuvo que realizar nuevas reclutas para reforzar los restos del ejército derrotado y, además, con subsidios de la reina de Inglaterra se reclutó un ejército de 12.000 mercenarios alemanes, al mando del Duque Juan Casimiro de Renania-Palatinado.

Mientras tanto, Don Juan de Austria, el Gobernador español de los Países Bajos, y Alejandro Farnesio, general del ejército, se hacían con el control de muchas plazas del sur de los Países Bajos casi sin lucha: Lovaina, Jodoigne, Tirlemont, Aerschot, Bouvines, Diest, Nivelle, Binche, Chimay, Philippeville... se entregaron o se rindieron tras un corto asedio. Sichem, que se negó a entregarse y opuso resistencia, fue tomada al asalto, la población fue saqueada y toda la guarnición degollada.

Finalmente, Don Juan de Austria decidió atacar el campamento del ejército rebelde, que estaba al mando del Conde de Bossu, antes de que éste conectara con el ejército mercenario de Juan Casimiro. Tras unas escaramuzas iniciales con los mercenarios ingleses y escoceses de John Norris, los hispánicos fueron atraídos hacia las trincheras enemigas. Tras 8 horas de combate indeciso, los hispánicos se retiraron, dejando 1.000 bajas en el campo.

Detalle de un grabado de la batalla de Rymenant, mostrando claramente a la izquierda, en primer plano, montañeses de las "Highlands": desnudos, con las camisas anudadas a la cintura, el pelo largo y las espadas en la mano. (Grabado de Johann Wilhelm Baur)

El historiador italiano Famiano Strada describe el momento de la contracarga de los escoceses, durante la batalla de Rymenant (1 de agosto de 1578):

"Eran de ver las Escuadras de los Escoceses; los cuales, o por ostentar la audacia, o por no poder tolerar el calor, que el afan del curso con los ardentísimos rayos del Cielo hacían más intenso, arrojados los vestidos, con sóla la camisa, y aun desnudándose algunos de ella, y retorciéndola de la cintura a bajo, andaban poco menos, que en carnes, entre los armados. Ni por eso peligraban más ellos, que los que se cubrían con las armas: porque a éstos su misma defensa los ofendía: porque, haciéndolos el grave peso menos promptos para hurtar el cuerpo a los tiros, más tardos para levantarse si caían, siendo los postreros en las retiradas, o les alcanzaba muchas veces el golpe, o los pisaban los caballos, o les echava la mano el enemigo."